¿Cuál es el encanto del mercado libre para los empresarios capitalistas?
Eufemísticamente, la usura suele llamarse interés financiero, no obstante, la realidad es que consciente o inconscientemente nuestros bancos, con el BCV a la cabeza, han practicado usura cuando asimilan la divisa a una mercancía, es decir, como un objeto de compraventa.
Se trata de un sobreprecio del dinero muy distinto a la diferencia que arroja la compra-venta al valor de las demás mercancías no dinerarias.
Entonces: ¿por qué el BCV no se limita a vender NUESTRAS divisas al precio del mercado? Si este precio responde a la paridad que bota la aplicación de la cuestionable fórmula cambiaria (Bs.F/$), a esas divisas y el dinero en general se los estaría vendiendo a su precio real, por así decirlo, ya que, de partida, el dinero no es para comprarse ni revenderse, sino que se adquiere a cambio de la venta de alguna de las demás mercancías para luego darlo en pago de otras.
Ambos precios, el de la mercancía demandada por los fabricantes (M)[1], y la demandada por consumidores intermedios y los finales (M’)[2], pueden ser perfectamente diferentes sin que ello suponga usura porque en este caso se trata de comprar mercancías al valor y también revenderlas a ese mismo valor[3] , lo cual no es óbice para que-como ocurre en los mercados libres (este es el encanto y leitmotiv de los comerciantes y fabricantes)-no es obstáculo, decimos, para que los tenedores de mercancías ora del tipo M, ora del tipo M’, tiendan a vender y revender a precios apartados del valor de dichas mercancías.
Este alejamiento de los precios del valor responde a las pujas entre la oferta y la demanda de un mercado anárquico por naturaleza propia, porque las planificaciones de cada empresa sólo rigen para sí, para su particular mercado, y no para la sociedad en su conjunto, a diferencia de la planificación integral que caracteriza el sistema socialista.
Si bien los fabricantes e intermediarios no sufren de insolvencia porque, ante apuros económicos, reciben auxilios financieros de la banca-usurera, pues, por antonomasia-no así los trabajadores quienes suelen sufrir de insolvencia con salarios y honorarios subestimados frente a mercancías revendidas con sobreprecios, con usura.
Es esa sutil diferencia de valores reinante en el mercado el enigma que mueve y ha movido todas las especulaciones y definiciones científicas y paracientíficas presentadas como definiciones del valor, siendo este el eje y expresión de las riquezas de las naciones.
En la definición del valor se estrelló mente más brillante de la Antigüedad y la de todos los clásicos que afloraron con el desarrollo pleno del capitalismo, y clásicos que definitivamente fueron apabullados por Carlos Marx, ese genial analista y máximo e intérprete del valor, la plusvalía, intereses, ganancias, etc.
13/08/2017 09:26:39 a.m.
[1] Esa M incluye medios de producción y fuerza de trabajo.
[2] La fórmula general del capital recoge sus diversas metamorfosis: así, D = capital dinero inicial; M = mercancías compradas para la producción de otras mercancías, entre aquellas la fuerza de trabajo humana; M´ = mercancías producidas a partir de M; y D’ = dinero obtenido como precio de M’ = mercancía producida como valor de uso. Así obtenemos: D-M´…P…M’- D’, y donde P representa el proceso de trabajo sujeto a la contrata de asalariados.
[3] Vaya quedando claro que los llamados sobreprecios o la especulación también implican usura.