La situación económica que atravesamos no es de fácil resolución y depende en grado superlativo de la consonancia de las Medidas Económicas complementarias que han de considerarse en el marco del ataque a la guerra económica, que tienen origen en la superposición de atentados a la normalidad económica siempre bajo parámetros fuera de la lógica económica, demostrado está que cualquier acción bajo los esquemas conservadores tienden a resultados equivocados, lo cual amerita otras respuestas de orden pragmáticos y realmente creemos que las medidas acordadas por el Presidente se mueven en esa dirección, entre otras se perdió la posibilidad de aplicar una congelación de precios a partir de la estructura de costos y la creación de la sistematización que ello requiere.

Dada entonces la relación del Petro con la futura certidumbre que debe conllevar la aplicación de un nuevo cono monetario en complementado con la nueva Ley de Ilícitos Cambiarios y su aplicabilidad en el marco de la nueva valoración del bolívar con las distintas divisas y en ello, nos jugamos junto al gobierno que la introducción de un nuevo esquema cambiario sustentado en el Petro, debe en un tiempo relativo normalizar el valor del bolívar, respaldado por las reservas de petróleo y otros minerales.

Ahora bien, la discrecionalidad del uso de divisas estará de parte de los importadores que deben usar las generadas por su esfuerzo de exportación sin que el Estado intervenga en el otorgamiento de las mismas. Escrito está que el mercado, al que tanto han apostado en sus exigencias los privados, sea el que regule en la relación intrínseca con el Petro y el precio del barril de petróleo, sosteniendo la incorporación de los componentes importados una base importante en la dinámica productiva que además generará el equilibrio necesario en la fijación de precios al consumidor, no obstante, bueno es observar el papel del Estado en toda esta situación ,en la cual no se debe convertir en un simple observador sin la intervención comedida del uso de los niveles de producción para el mercado interno y que las exportaciones sean no los remanentes sino parte esencial de habito de producción.

Por último, es de considerar que las expectativas del nuevo esquema cambiario, aunado a las medidas complementarias de incorporación del poder popular organizado e inducido en los conocimientos que tengan a bien producirse, coadyuvarán en unidad de propósitos y criterios a un camino despejado de las influencias externas y darán dios mediante las luces necesarias para una economía con valores reales y viables.

Generalmente cuando nuestras propuestas no coinciden con los argumentos y respaldos necesarios, la reacción se enmarca en las críticas conducentes a la disparidad presentada, es común que así sea, por cuanto hay información que podría no ser manejada tal cual el gobierno las ve y analiza.

Ahora creemos necesaria la mayor prudencia en aras a apostar que se atine en la resolución de la problemática, la economía como ciencia social, se inserta en la toma de decisiones considerando los elementos concretos de la realidad subyacente, de tal modo que, nos atrevemos a considerar la proximidad a una buena toma de decisiones que como hemos sostenido, la duda que podamos tener en la actual coyuntura es que las mismas son tomadas en un escenario de permanente evolución en cuanto a los precios se refiere, no obstante si al haber vamos, se ejerció el deber de asumir una probable solución que en las primeras de cambio pareciera incompleta sin antes evaluar otros aspectos como por ejemplo el precio de la gasolina y la problemática del transporte, que por cierto nos luce que si existe un asunto de ocultamiento de la flota de unidades , lo cual permite que sea necesario un censo nacional, porque particularmente observamos un retiro paulatino en la calle de la cantidad de unidades en uso y la reacción adversa de los dueños de esas unidades a la propuesta, inclusive de factores políticos que han arremetido contra dicho censo, nos preguntamos se tocó alguna tecla oculta en este orden, Veamos que pasa,con la esperanza puesta en lo acertado de las medidas y la valoración que arroje el anclaje con el Petro.