Una maldición es una expresión dirigida contra una persona o cosa, condenándola o deseándole algún mal o una desgracia. Como consecuencia, a quien le cae una maldición le ocurrirán sucesivas desdichas, es decir a partir de ese momento todo le sale mal. Sobre la Tierra pareciera que pesaran numerosas maldiciones expresadas por algún ser sobre natural que no le desea bien a los que viven bajo este hermoso cielo azulado. Una de esta maldición es la guerra, a la cual le he dedicado varios artículos. Otro de este anatema es la comida chatarra. Parece que el inventor de este comistrajo nos invitó a ingerirla para causarnos todo tipo de enfermedades. La comida chatarra solo sirve para engordar y no tiene elementos nutricionales necesarios para que el cuerpo realice sus funciones de manera óptima. Quien consuma la comida chatarra en demasía está condenado a la obesidad y a sufrir diversas dolencias. Es la maldición de la comida chatarra. Así mismo, cuando pienso en otras maldiciones me viene a la mi pensadora el dólar USA.
El patrón oro es un sistema monetario que fija el valor de una moneda en términos de una cantidad de oro. El emisor de la divisa garantiza que puede entregar al poseedor de sus billetes la cantidad de oro consignada en estos papeles. Este patrón monetario perduró hasta el año hasta el año 1971, cuando Francia y otros países, a cambio de los camiones de billetes verdes depositados en sus bancos le solicitan al banco del tesoro de EEUU la entrega de los lingotes amarillos, el equivalente a esos billones de dólares. Para la sorpresa de Francia y de los otros países el gobierno de USA (Nixon) les manifestó que debido a la guerra de Vietnam y a la Guerra Fría la reserva de oro estadunidenses se había reducido. Por lo tanto la convertibilidad del dólar en oro era imposible.
Como consecuencia de lo anterior, de forma unilateral, el gobierno de USA implementó el sistema de Bretton Woods, mediante el cual se pone en marcha el nuevo orden económico internacional, en el supuesto de realizar las transacciones comerciales a través de un sistema monetario internacional con un tipo de cambio sólido y estable basado en el domino del dólar. Aquí comienza la maldición del dólar.
Pasado el tiempo, con los gastos sempiternos, en materia de guerra, de los diversos gobiernos de EEUU para lo cual debe imprimir billetes sin respaldo alguno, la economía de este país se fue debilitando, dado el descuido en la creación de nuevas industrias y el desarrollo de su país. Además, con el surgimiento nuevas economías poderosas, como China y Rusia, la hegemonía del dólar cada día se debilita más. Según lo experto monetarios por la agotamiento de del dólar este dejó de ser la única moneda de reserva internacional dada la existencia de monedas fuertes como el rublo y el yuan, consideradas por el FMI como monedas de reserva.
Según expertos monetarios los billetes de dólar no es dinero real, no son más que papeles pintados solo basado en la confianza, es decir, sin ningún respaldo y de esto se dieron cuenta, lo advirtieron y lo señalan diversos mandatarios del mundo. Lamentablemente el gobernante que propicie el abandono del dólar como moneda de intercambio comercial le cae una maldición.
No es una coincidencia que los gobernantes de Irak, Libia y Rumania, quienes de alguna manera solicitaron el abandono del dólar como moneda de intercambio comercial, sobre sus países y sobre sus humanidades les cayó la maldición del dólar, así mismo, acompañada con sus asesinatos propiciado por el gobierno de EEUU. Para esto se valieron de mentiras y fake news difundidos por la prensa internacional, de manera de convertir a tales presidentes en asesinos, traficantes, genocidas, delincuentes, violadores de los derechos humanos, poseedores de armas de destrucción masiva, uso de armas químicas contra sus poblaciones. En fin fueron muchas las mentiras utilizadas por la prensa internacional, la cual contribuyó de manera efectiva con el derribo del gobierno y posterior homicidios de unos líderes, que solo deseaban alejarse del dólar como moneda de transacción comercial en el ámbito internacional.
Pero no solo fueron los presidentes de los países referidos anteriormente las víctimas de la maldición del dólar. Algunos recordaran el affaire donde involucraron a Dominique Strauss-Kan, economista y político francés y antiguo presidente del FMI. El experto en finanzas en sus conferencias se refirió a la necesidad de buscar una nueva moneda diferente al dólar, dada la desconfianza en esta divisa, y fundar un nuevo orden económico sustentado por un nuevo patrón monetario. Bastó tal sugerencia para que sobre el experto galo le cayera la maldición del dólar. Todos recordarán el caso que le fue armado sobre agresión sexual y violación a una joven, no muy santa, que le valió prisión en la cárcel, arresto domiciliario, renuncia al cargo en el FMI y el retiro de su candidatura a la presidencia de Francia (2012), así mismo, el desembolso de varios millones de dólares en su defensa. Finamente los abogados de Dominique probaron su inocencia, todo había sido una vil mentira, pero lamentablemente la maldición del dólar había caído sobre el infeliz.
La cerrazón de la maldición del dólar cubrió a Venezuela y en especial envolvió al presidente Hugo Chávez Frías. Mucha veces durante sus programas dominicales reitero la necesidad de abandonar el dólar como moneda de intercambio comercial, dado la debilidad y la desconfianza de este patrón monetario. Hasta llegó convencer a sus colegas de la OPEP de la creación de una moneda respaldada no por el oro como en la antigüedad, sino en las reservas de petróleo de estos países. Esta idea no la perdonó el imperio y por esto mi comandante Chávez sufrió el mismo destino de Husein, Gadafi, Nicolae Ceacescu y su esposa Helena. Lo mismos que pagaron con su vida la idea de crear un nuevo orden económico basado en una moneda real respaldada por activos y no en la confianza de un papel. Un pliego pintado que circula por el mundo y que nadie sabe qué hacer con estos billones billetes verdes.
La vida de miles de millones de personas que habitan sobre el planeta está determinada por la falsedad de unos líderes que mienten con descaro. Hablan frente a los micrófonos de los medios televisivos de economías fuertes basadas en papeles: en billetes de dólar, en bonos de la deuda, en las acciones de compañías, en fondos fiduciarios, en hipotecas, en giros, en letras del tesoro, en pagarés, en certificados de depósitos, entre otros, protegido por una moneda que no tiene respaldo alguno. Bien lo dice Mike Pom-peo, ex director de la CIA y actual Secretario de Estado de USA: mentimos, engañamos y robamos. Ciertamente, sobre estos nefastos parámetros se fundamenta la fortaleza del imperio: la falsedad, el ardid y la estafa. Es la maldición del dólar.
Pareciera que en ciertos lugares del planeta existen unos gobernantes que se creen capaces de extender el brazo de la "justicia" hacia todos los lugares del planeta. Para esto emiten leyes que trascienden sus fronteras amparados solo en su poderío militar y las mentiras. Por fortuna esto no basta y la historia recoge numerosas derrotas de tales hegemonías. No dejo de recurrir a las palabras de Simón de la Trinidad quien afirmó en el manifiesto a sus conciudadanos en Carúpano, 1814: "No es asequible lo que se debe hacer, sino aquello que el derecho nos autoriza". Lee que algo queda.