El veto de Lula al ingreso de Venezuela en los BRICS fue inesperado para muchos. Sin embargo creo que se olvidan las tensiones y contradicciones que se vienen generando entre Brasil y Venezuela, las cuales alcanzaron cierto nivel da acritud, ya que Lula no dio la declaración de apoyo al Gobierno Nacional en las pasadas elecciones. Es más Lula tomo la posición de que era necesario el reconocimiento de los países en este evento. Por eso para el evento de Kazán debió evaluarse por alguien esos hechos y la fotografía de Lula “de nalgas agarradas con Macron,” cuando supuestamente iban a firmar grandes negocios: ¿Ese Lula iba a tomar una posición peliaguda contra los Estados Unidos y apoyarnos? Lula no es un Titán revolucionario.
Así que sorprende, tanto la posición más agresiva de Lula como sorprende también la sorpresa de los analistas y observadores, quienes debían no perder de vista que la posición de todos los países hoy en el mundo es la resultante de la posición del país en cuestión y la de los Estados Unidos imperialista, y Brasil es parte débil en esta dicotomía. En el juego mundial actual todas las piezas son importantes y ellos no iban a dejar a Venezuela actuar libremente integrándose a los BRICS por que tiene demasiados ímpetus de querer ser un ganador y por tanto mal ejemplo a otros países.
Aunque la medida fue vista como un gesto hostil y una alineación con intereses occidentales, lo que contrastó con la imagen tradicional de Lula como un defensor de la integración latinoamericana y algunos pueden pensar que esto perjudica al líder brasileño él sabe trabajar muy bien su imagen y a pesar de lo que haga, intentará mantener la imagen tradicional de líder progresista vinculado a los sectores populares. El manejo de la imagen es tan buena para estos líderes de centro derecha que José Mujica de Uruguay se la jugó completa con los Estados Unidos con Almagro en la OEA, apoyo a la posición contra los árabes, legalizó la marihuana que ha transformado prácticamente a Uruguay en un narco estado, y hoy Mujica con el manejo de su imagen es tenido por un viejito sabio y honesto.
Aun así la postura de Lula ha tenido un impacto significativo no favorable en su imagen, especialmente entre aquellos que esperaban una mayor solidaridad con Venezuela, especialmente vinculados a la izquierda o lo que queda de ella, y uno piensa que es necesario leer los elementos de la realidad política y de las fuerzas actuantes que dificultaban esa posibilidad.
Lula es un politico con buenos contactos con la derecha y su posición muchos la definen como pragmática, entendiendo por ello al politico que toma de la situación lo que le conviene y que le de mayores beneficios, agregándole a ello que es necesario reconocer que la tendencia de derecha es mayoritaria en América Latina, con casos extremos, tortuosos, por lo que su actuación contra Venezuela podría indicar una estrategia más amplia de Lula para abordar los problemas en la región desde esa posición de derecha y su visión de una integración (sin esperanzas) que respete ciertos estándares sin contradicciones imperialistas. ¡Ahora pido por favor panfletarios, no griten: las ratas abandonan el barco!
La Rueda de la Fortuna sigue girando sin fin de la historia.
La posición de Lula de negar el acceso de Venezuela a los BRICS, es una decisión para evitar fortalecer ese grupo opuesto a los intereses imperialistas mundiales y debemos verla a la par como una llamada a los revolucionarios, gobiernos progresistas, investigadores, para tratar de conocer cómo sería la evolución de los factores que componen el escenario politico y económico y cuáles de esos posibles desarrollos son favorables a las fuerzas que luchan por un futuro socialista y cuáles son las tareas que se deben realizar para ganarse a las poblaciones de trabajadores de nuevo tipo e incrementar el nivel de conciencia política y revolucionaria.
