No voy a perder tiempo defendiendo, éste no es el momento, el contenido transformador de la Ley de Educación Universitaria aprobada por la Asamblea Nacional. Quienes crean estar ubicados en el campo de la izquierda tendrán suficientes razones para adoptar una posición coherente frente al veto más allá del asombro, el impacto y la sorpresa que el mismo ha debido producir en su conciencia crítica.
Ahora lo conducente, a mi juicio, es reflexionar sobre el hecho político del veto presidencial a una ley revolucionaria. Este es el asunto a discutir antes de sumergirse en el pantano, en la arena movediza o en el espejismo, de una diatriba entre la derecha y la izquierda donde esta última va a la contienda con el brazo roto o con plomo en las alas por la contradicción indisoluble que se producirá después que sea levantada la sanción a la Ley de Educación Universitaria recientemente aprobada por la Asamblea Nacional, si la nueva Asamblea cumple, como es de esperarse, el mandamiento de Chávez a los diputados de PSUV a unir sus votos a los diputados de la oposición para completar la mayoría parlamentaria calificada que permita propinarle una derrota significativa a la corriente avanzada del pensamiento universitario venezolano y a la utopía posible de la universidad del pueblo.
No sería tan negativa la decisión presidencial si la misma hubiera contemplado lo sugerido por Toby Valderrama, aunque discrepo también de esa alternativa propuesta por este profesor universitario quien es un revolucionario a carta cabal y quien merece todo mi respeto: “… abrir un compás de espera en la promulgación de la Ley que permita dar cauce a esta imprescindible discusión.” Pero la decisión de Chávez fue un baño de agua fría y una bofetada para los parlamentarios revolucionarios, los estudiantes, los profesores, empleados y trabajadores universitarios, los altos funcionarios del gobierno y los dirigentes del PSUV quienes públicamente asumieron la defensa de la Ley de Educación Universitaria.
Lo primero que se pone en evidencia en este hecho insólito y que ahora es imposible de ocultar porque está a la vista de todos, es la presencia importante en el PSUV de una corriente de pensamiento derechista a la cual Chávez es permeable. Fue muy bueno que el Presidente revelara algunos nombres, deben haber unos cuantos más, de los profesores universitarios con posiciones derechistas en el tema universitario, militantes del PSUV, quienes lo auparon en la decisión de vetar la Ley que era necesaria para concretar el sueño de una educación creadora y del pueblo. Uno de ellos fue formado gremialmente de la mano del ex rector de la UCV Luís Fuenmayor y en su gestión al frente del Ministerio de Educación Superior se las ingenió para eludir los enfrentamientos con la ultraderecha universitaria, antes había eludido también enfrentar el concepto de la educación religiosa y dogmática impuesta por el poder de la alta jerarquía de la Iglesia Católica cuando se discutió la Ley Orgánica de Educación sacrificando la idea progresista de una educación laica, científica y antidogmática. El aludido es, un colega honesto de altos méritos académicos y políticos, experto en el arte de la conciliación, a quien aprecio mucho, pero no comparto su visión de la universidad que necesitamos ni él comparte tampoco la mía expresada en una obra que escribí en el año 2000 “Utopía Pedagógica del Tercer Milenio” la cual fue publicada al obtener el primer lugar en el concurso literario del IPASME.
La ultraderecha fascista encarnada en la oposición venezolana no va a satisfacer su hambre por devorar todos los avances democráticos de la revolución ni su obsesión por salir de Chávez vivo o muerto porque se le haya entregado en bandeja de plata la Ley de Educación Universitaria. Ahora irán con todo estimulados por una victoria ganada sin pelear.
El Presidente ha dicho que el mismo se pondrá a la cabeza de una gran discusión por el tema de la Ley de Educación Universitaria. Sinceramente no creo que tenga sentido una discusión con la derecha atrincherada en las universidades llamadas autónomas y mucho menos en las privadas. Sería una discusión donde se batiría la ideología neoliberal con la ideología de la revolución sin llegar nunca a un consenso de la universidad necesaria para la República Bolivariana de Venezuela, porque por encima de la universidad ideológica domina el tema de la universidad política utilizada por la derecha como punta de lanza para asesinar moralmente a Chávez y a la revolución.
Los primeros atropellados en la batalla de las ideas por la universidad democrática, ideológica y liberadora provienen de nuestras propias filas por un auto gol del Presidente, ahora iremos de nuevo a la pelea ideo política al reagruparnos con la guardia en alto para el combate del pensamiento a sabiendas que la lucha es contra la derecha interna del PSUV y la ultraderecha opositora defensoras del status quo en la universidad.
¡Patria Socialista o Muerte!
¡Venceremos!
(*) Profesor Universitario
