Estas cosas, entre
muchas otras, explican la férrea oposición a una nueva Ley de Universidades,
por parte de los rancios estamentos directivos universitarios, tal como
ocurre ante la propuesta elaborada por los parlamentarios bolivariano
de una nueva Ley para este sector, y la cual se viene consultando desde
el año 2005, la misma fue presentada durante el mes de Diciembre
pasado y demonizada por los sectores ultraderechistas que hacen vida
en las Universidades públicas y privadas.
El ciudadano Rector de la UPEL, Profesor Raúl López, me designó como miembro de la Comisión Central de Currículo de esta Universidad, dicha designación me la comunicó oralmente en presencia de un testigo de excepción, el Rector consideró conveniente, según me expresó, que mi participación en la misma le daría un viso de pluralidad a la precitada Comisión, dada la circunstancia de la acentuada polarización que vive la sociedad venezolana y de la UPEL en particular.
Al parecer tal designación fue evadida por los propios miembros de la Comisión Curricular, uno de sus integrantes, concretamente el Profesor Santiago Castro, quien fue precisamente el señalado por el Rector para que fuera mi primer contacto con ese cónclave, me expresó que el, en lo particular, no tenía información sobre esa designación, (…), luego me dijo que ya el informe definitivo sobre el nuevo currículo de la UPEL estaba casi concluido, es decir en sus toques finales, por lo que no le veía sentido a mi incorporación a la Comisión Curricular, posteriormente evadió toda comunicación conmigo no respondiendo a mis llamadas telefónicas.
Lo cierto del caso es que el informe final sobre el nuevo y esperado “Currículo upelista” es un secreto bien guardado, parece que los niveles de consulta y participación fueron restringidos a un selecto grupo de expertos y conocedores en materia curricular.
Ello me hace especular…, y es que los seres humanos siempre tenemos la bendita costumbre de “cerrar el círculo”, sobre todo cuando no se nos dan la explicaciones correspondientes, que la negativa en cuanto a mi incorporación se debe a las siguientes posibles razones. 1) No soy especialista en Currículo, y en esa Comisión prevalece el criterio que solo expertos deben integrarla. 2) En lo personal considero que los “Expertos en Currículos” son los que mantienen y sostienen a la UPEL con un Diseño curricular desfasado, anticuado y descontextualizado, por lo que mi eventual participación como no especialista en la materia se ve como incompatible para ellos. 3) Pareciera que la participación del vulgo, valga decir del colectivo upelista le produce una especie de escozor a los miembros de la Comisión, y en consecuencia, quienes propiciamos la participación directa y protagónica de los sujetos del hecho educativo, no somos bien vistos por sus integrantes, en consecuencia no les agrada trabajar con personas como nosotros que preferimos la “equivocación del colectivo” a la “equivocación de los expertos”.
Creemos que el nuevo Diseño Curricular debe construirse mediante la participación del colectivo universitario de la UPEL, de los docentes egresados de esta casa de estudios, docentes en ejercicio, y demás personas interesadas sin exclusión de ninguna naturaleza, dicha construcción debe hacerse desde una perspectiva transdisciplinaria, tomando en consideración la necesaria superación de las contradicciones hombre—naturaleza, trabajo manual—trabajo intelectual, y práctica—teoría, la Práctica investigativa debe ser permanente y consustancial con la Docencia, la Práctica pedagógica debe responder a la contextualización y a la producción de conocimientos socioeducativos pertinentes, debe fundamentar la reconstrucción del saber pedagógico, dada la circunstancia de que la teorías pedagógicas que sustenta la Práctica pedagógica en esta Universidad está divorciada de la experiencia, la Extensión universitaria debe ser entendida como la Universidad en la calle, con todo su producto universitario, en el marco de la diversidad del pensamiento y del reconocimiento de los saberes populares, de la Universidad comprometida con la sociedad de la Venezuela del presente y el futuro, en fin debe ser un instrumento para la transformación universitaria.
Por último, creemos que es posible una nueva universidad para un nuevo modelo de sociedad centrada en el hombre y una nueva cultura ecológica. Que su único propósito no sea la de producir de manera estandarizada “Profesionales de la Docencia”, sino también la de servir a la sociedad venezolana contribuyendo a la reconceptualización de la educación nacional, con la finalidad de hacer de esta, un verdadero instrumento para la emancipación del ser humano.
mcrespo48@yahoo.es