ESCENARIO ANTIÉTICO CARACTERIZA ACTUAL UNIVERSIDAD AUTONOMA
El escenario de la Universidad Autónoma Venezolana lejos de ser académico, es ante todo político y económico; estas situaciones se han montado en función de satisfacer aliados y clientes para enfrentar y conspirar contra el actual gobierno revolucionario, es decir, la Universidad se ha configurado como un ente político de la oposición. Cada nueva autoridad de estas instituciones, electa por una mayoría participante de cómplices y complicadas mafias, contemplan la promesa de satisfacer las demandas conspirativas, y por lo tanto, superar las insatisfacciones que dejaron las autoridades anteriores.
El visado académico-científico tiene limitaciones para atender a la clientela y a los aliados; por lo tanto se hace necesario la institucionalización de una “meritocracia” de lo administrativo y de lo gerencial como una vía para brindar las satisfacciones clientelares. Las limitaciones académicas no son de carácter cualitativo sino cuantitativo ya que las exigencias para los clientes ya aliados no son de grado académico o de capacidad científica puestos que estos requisitos a la larga no cuentan para ganar un concurso, simplemente las condiciones se basan en los límites de crecimiento alumno-profesor. Así pues, es lo cuantitativo lo que signa el visado académico como máximo satisfactor de las demandas de los Aliados y Clientes en la Universidad Pública Venezolana (pareciera ser que la Universidad Privada tampoco escapa a esta situación, pero allí la clientela y los aliados adquieren el Estatus de Socios).
La unión entre Aliados Externos y Autoridades, apoyada por una estructura clientelar interna devenida en funcionarado, ha sellado una nefasta alianza cuyo lema Autonomía y más presupuesto, ya se ha transformado en letanía de una nueva tribu. Para luchar por la autonomía se asume a la organización de la universidad como brazo político de la economía de mercado, organización esta que debe tener carácter nacional y extra institucional; y para la cuestión de presupuesto se tienen a los administradores, a los gerentes, que permiten justificarlo de acuerdo a las “crecientes necesidades” y los típico manejos de éste; situaciones que apoyadas en la autonomía no admiten inherencias de otros niveles que no sean los de la misma universidad; cuya máxima expresión es el Consejo Universitario, un especie transfigurada del autoritarismo que se hace acompañar de una doble autonomía la externa en relación a todos los demás poderes públicos, y la interna en relación a todos los demás espacios de poder de esta institución y del conjunto de la Universidad como comunidad. Esta supra autonomía del Consejo Universitario le permite legislar, administrar, transformar, organizar, sancionar, crear reglamentos, hacer leyes, invertir, hacer y deshacer elecciones y todo bajo la más brillante inteligencia, incapaz de error alguno, siempre omnipresente del rector(a) magnifico(a).
¿y los intelectuales? Los académicos para qué sirven?, que rol juegan en ésta confabulación de actores políticos-administrativos gerenciales?: juegan el papel de tontos útiles que son exhibidos como especies bizarra que generan productos que sirven para justificar la autonomía y los aumentos presupuestarios; pero a la vez se les ignora la satisfacción de necesidades básicas para desarrollar la investigación, peor aún le niegan o escamotean los recursos que deban asignárseles (por ley o por decisión gubernamental) para la producción de conocimiento, ya que son desviados para atender las demandas de clientes internos y externos.
Seamos serios, este modelo de Universidad no resiste más reformas, esta Estrategia como institución debe refundarse. Como organización debe y tiene que ser redefinida y como comunidad reorientada. Todos estos tres espacios, tienen que ser vistos en función de hacer de lo académico-científico previamente adecuando a las demandas de la sociedad, la base para gerenciar su formación permanente y generar aportes directos a la satisfacción de necesidades del pueblo.
La Universidad Venezolana se ha comportado como parte del Establecimiento, del Status Quo, es así que la Universidad nunca ha producido para el pueblo, para la sociedad, lo ha hecho para el Estado; esto la incorpora como un deudor de las demandas sociales, que tiene la obligación de asumir su responsabilidad como ente que también ha contribuido a generar la deuda social que el Establecimiento, la dirigencia del Estado, tiene para con el Pueblo.
(*) Dr. Freddy Bello profesor titular de la Universidad de Carabobo