Uno de los elementos que ha caracterizado la dirección política de la Universidad de Oriente (UDO), a manos de sectores tradicionales de Acción Demócratica, ha sido su oposición acérrima al Núcleo de Sucre, por el simple hecho de que este núcleo siempre ha sido un bastión de izquierda, a la vanguardia de luchas trascendentales por los sectores más desposeídos. Salvo un período signado por la traición más vil de un grupo de profesores que saltaron la talanquera (Universidad Crítica), lo cual llevó a la colocación en el Decanato de Sucre a la profesora Francia Padilla de Korchoff (AD- Movimiento UDO 70), el resto de la historia ha estado marcada, con aciertos y desaciertos, por gestiones decanales apoyadas por los movimientos progresistas y revolucionarios. Si bien ha habido errores en estos gobiernos y omisiones por parte del Ejecutivo Nacional en el cumplimiento de ciertos compromisos, el denominador común siempre ha sido la existencia de una política de ahogo presupuestario y financiero por parte del Rectorado contra este núcleo, con el propósito de mostrar, en un escenario irreal, que el poco crecimiento de la Institución y las dificultades de funcionamiento, se deben a la mala gestión de la izquierda. Y es que la derecha venezolana ha aprendido bien del Imperialismo, por lo que emulando la vil acción contra Cuba y otros esfuerzos socialistas en el mundo, bloquean, obstruyen, sabotean, niegan, tratando de impedir por todos los medios que cualquier cosa que suene a revolución, pueda ser eficiente.
Así, en la UDO tenemos ejemplos a montón. En nuestros tiempos, la creación de la carrera de Bioanálisis, tan necesaria para la Región, fue atacada y obstruida a más no poder por la hegemonía adeca, simplemente porque venía propuesta por el sector revolucionario del Núcleo de Sucre. De esta manera, luego de estar todo listo para el inicio de la misma, la dirigencia de entonces, con la que orgullosamente compartí luchas y esfuerzos, debió enfrentarse sin temor, con actividades de calle e internas, a un poder al que no le temblaba el pulso para suspender de golpe garantías constitucionales (cosa que este Gobierno jamás ha hecho) que se negó rotundamente a que se otorgaran formalmente los primeros cambios de carrera para Bioanálisis. Luego de intensas luchas que incluyeron una recordada toma pacífica de la fachada de la Catedral de Cumaná, la cual duró varios días y que recibió el apoyo masivo del pueblo cumanés, el Poder Popular se impuso y hoy esta carrera se encuentra dentro de las emblemáticas de la universidad, con una alta matrícula y una excelente calidad académica.
Otras carreras, cuyos proyectos han surgido del movimiento progresista, no han tenido la misma suerte. Durante el decanato del profesor Manuel Gómez y como parte de su oferta electoral, se diseñó el plan para la instauración de Medicina Integral Comunitaria en la UDO-Sucre. El objetivo era ofrecer esta carrera de fundamental importancia para el estado y que, junto con Bioanálisis y Enfermería, pasasen a conformar la Escuela de Ciencias de la Salud. Paralelamente, esta escuela dictaría los Técnicos Superiores en Enfermería y Bioanálisis, añadiéndose además las especialidades de Fisiatría e Imagenología, tanto a nivel técnico superior como en postgrado. Tal iniciativa, que a los ojos de cualquier sucrense pareciera ser magnífica, se encontró con el muro adeco que hábilmente la pre aprobó en el Consejo Universitario (ente facultado para tal fin) para no quedar en evidencia, pero que luego engavetó y desterró al olvido. Los nuevos proyectos que tiene el movimiento de izquierda incluyen la Licenciatura en Educación mención Deporte y el Técnico Superior en Acuicultura, para darle continuidad a la Escuela de Pesca existente en Cumaná y potenciar un sector importante en lo que a seguridad alimentaria se refiere. Su destino será seguramente el mismo, a menos que el Poder Popular nuevamente luche y se imponga. En este sentido, Salud, Alimentación y Deporte, elementos esenciales para el progreso y el desarrollo del estado, se ven obstruidos por elementos que anteponen sus intereses políticos y su afán de perpetuarse en el poder (UDO 70 - MUD), sobre las necesidades reales del pueblo. Esta generación deberá asumir la misma vehemencia que la de los 90 para hacer valer los derechos colectivos.
El crecimiento del Núcleo, en el ámbito geográfico, igualmente ha tenido que soportar el pase de factura de la derecha universitaria. La creación de la extensión en Carúpano significó uno de los mayores actos de valentía política que en lo individual ha tomado alguno de los universitarios del oriente venezolano. El entonces decano y hoy candidato a la Gobernación, el doctor Luis Acuña Cedeño, le tocó recordar su origen humilde para colocarse al lado de los más desposeídos y apostar a la creación de esta extensión en respuesta al clamor de campesinos, pescadores, obreros y gente pobre del eje Casanay-Carúpano-Paria, quienes se veían imposibilitados de trasladarse a Cumaná para acceder a la educación superior. La amenaza del Poder Adeco de entonces se hizo presente pero Luis Acuña respondió con gallardía, sabiendo que todas las consecuencias recaerían sobre él como decano. Así, en la línea de Carmona Estanga (Pedro El Breve), AD-UDO 70 destituyó de un plumazo al decano electo, nombró un decano interino (Annick López) y expulsó a Luis Acuña de la universidad sin derecho a defensa y sin contemplaciones. Luchas posteriores permitieron la restitución de los derechos del profesor Acuña y hoy la extensión de Carúpano está consolidada, con 9 carreras y aproximadamente unos 4400 estudiantes activos, lo cual ha reivindicado el esfuerzo hecho entonces. La extensión de la UDO en Cumanacoa ha sufrido un destino similar al que inicialmente vivieron las aulas de Carúpano y se encuentra sumida en el olvido institucional. Nuevas luchas se avecinan junto al pueblo de Montes.
Los grupos reaccionarios del oriente venezolano se han entronizado en el poder universitario con una estructura diseñada para tal fin, que le otorga plenos poderes a la figura del rector a usanza de las monarquías europeas y recordándonos el feudalismo. Dicha estructura y un reglamento creado con un propósito político de dominación, hacen que cualquier intento de rebeldía, cualquier iniciativa de autogestión, cualquier empeño en obtener mejoras para la institución, debe pasar por el ojo inquisidor del rector de turno. Por lo tanto, la solución solo puede ser estructural. Únicamente un cambio radical de los estamentos establecidos en la Universidad de Oriente, una verdadera revolución interna, hará posible que realmente el Núcleo de Sucre salga del estado de abandono en el que se encuentra. En estos tiempos de socialismo, cuando el concepto de Poder Popular y Comunal toma cada vez más vigencia, el mantenimiento de estructuras de dominación, clasistas, verticales y antidemocráticas, resulta una verdadera aberración. Algunos apuestan por una Constituyente Universitaria, por un proceso desde abajo que siente las bases para una real descentralización y una verdadera autonomía. El mecanismo debe ser discutido, el momento político apremia... Si no cambiamos desde adentro, es probable que el Poder Popular se nos imponga desde afuera y que el pueblo organizado pase a exigir que su Casa Más Alta siga venciendo las sombras.
El autor es: Dr. Departamento de Biología Núcleo de Sucre de la Universidad de Oriente
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