Espartaco

La calidad en la educación

La calidad de la educación en la perspectiva capitalista, fué abordada en el curso sobre Gestión Universitaria que semanalmente asisten las autoridades. El ponente central de este tema estuvo a cargo de Luis Bonilla, presidente del Centro Internacional Miranda. Fué una interesante disertación, en donde se dió a conocer el enfoque de tipo neoliberal de la educación, que ubica a la educación como “… un gasto que desvía importantes recursos y esfuerzos para la producción de mercancías…”. Destacó la gran cantidad de movimientos y movilizaciones en todas partes del mundo, en la búsqueda de una educación para todos por igual y para las mayorías. Las contrarreformas que se generan desde los centros del poder capitalista para minimizar a la educación como un derecho, la justificación para cerrar centros educativos públicos y la apertura de otros bajo la concepción mercantilista y de ganancias, que se enmarcan en el estado neoliberal; destaca Luis Bonilla en su disertación: “… la formación en historia o artística, vitales en la construcción de cosmovisión del niño y el joven no son valoradas, lo cual ha llevado a administraciones educativas como la española, la chilena (Piñera) o la de la ciudad de Buenos Aires (Macri) a plantearse la eliminación o disminución a su mínima expresión de las materias y contenidos geo históricos y artísticos, por ejemplo…”. Al capitalismo no le interesa formar ciudadanos, mucho menos patriotas, al capital solo le interesa profesionales tecnócratas aprieta tuercas que se integren al engranaje de la producción de ganancias; en ese sentido, la calidad no le importa. La importancia como pieza de la maquina del capital, es reducir la formación educativa a un área específica, donde se obtenga el dominio de un oficio para aumentar la producción.

Bonilla, expresó: “… El desafío ahora es retomar la ofensiva, como lo hizo el magisterio y los estudiantes en Córdova y el Mayo francés, para construir una agenda de transformaciones del sistema educativo a la altura de las necesidades y requerimientos de los más humildes, en el marco de un proyecto de emancipatorio del siglo XXI…”

Frente a ese tema, se debe destacar, que en Venezuela, el magisterio ha librado muchas batallas para lograr una educación más democrática y popular; lo que ha permitido, incorporar por la vía de los convenios colectivos acuerdos que apuntan a mejorar la calidad de la educación, expresada en mejores condiciones en los ambientes de trabajo y el nivel académico de los docentes y estudiantes.

Las conquistas por una mejor educación en contra de las políticas neoliberales de los gobiernos, al final, se quedaban expresadas como clausulas de relleno en la firmas de las convenciones colectivas, ya que en la cuarta repúblicas, en sus últimos cuarenta (40) años, solo se cumplían medianamente las clausulas con incidencias salariales; mientras que las de tipo social quedaban relegadas.

En la Agenda Alternativa Bolivariana, como documento madre del planteamiento constituyente, impulsado por el Comandante Hugo Chávez, cristalizado con el triunfo electoral del año 98 y la aprobación en referendo el 15-12-99 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; la concepción de la educación, quedó transformada cualitativamente, al ser declarada como un derecho humano de todos los venezolanos y venezolanas, en todos sus niveles; además se puntualiza que debe ser de calidad.

Para garantizar la calidad y la masificación de la educación, se han puesto en marcha varias iniciativas en la revolución; se pueden mencionar algunas: los simoncitos y las escuelas bolivarianas, las escuelas técnicas robinsonianas, las misiones Robinson. Ribas y Sucre, la entrega de canaimitas a los estudiantes y la transformación universitaria expresada en las universidades politécnicas territoriales. Estas políticas enmarcadas en la perspectiva revolucionaria, han permitido que Venezuela se ubique el quinto país del mundo con mayor matricula universitaria, la erradicación del analfabetismo y la deserción al sistema formal educativo se haya minimizado, por las facilidades para ingresar a cualquier nivel del sistema educativo.

El reto para avanzar con calidad en la educación enmarcada con una perspectiva anticapitalista, será la de mejorar integralmente la infraestructura educativa a todos los niveles, incorporar a la organización popular en la estructura educativa para cuidar y preservar las instalaciones para librarlas de actos vandálicos y del saquéo por parte de bandas delictuales, acometer un plan de formación para los docentes y la comunidad educativa, la dotación de comedores y medios de transporte estudiantil, que permitan superar las condiciones actuales que confrontan muchas escuelas, liceos y universidades, profundizar la territorialización educativa para que el ciudadano o ciudadana sienta la academia cercana a su casa, enlazar la pertinencia social y socio productiva con los planes de estudios, la revisión de las misiones educativas para corregir algunas dificultades o debilidades que garanticen un nivel de formación acorde con el desarrollo sustentable y sostenible del país.

Bajo esta perspectiva, la calidad de la educación responderá a las políticas colectivas, humanísticas, participativa, guiadas por los lineamientos del plan de la patria y del Estado de derecho y de justicia social, que conquistó el pueblo venezolano al aprobar la carta magna el 15 de diciembre de mil novecientos noventa y nueve.

La calidad de la educación en la perspectivas capitalista, está condicionada a la concepción de que la educación es un gasto; en consecuencia, a esa concepción hay que minimizarla o destruirla con la profundización de las políticas revolucionarias que han colocado al país, como uno de los pocos, garantiza la educación gratuita a todos los niveles de la sociedad.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2213 veces.



Rafael Pineda Piña


Visite el perfil de Rafael Pineda Piña para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Rafael Pineda Piña

Rafael Pineda Piña

Más artículos de este autor