El magisterio venezolano experimenta una importante revolución educativa en materia de formación docente sustentada en la LOE (2009), en los principios y valores rectores de la educación; en las competencias del Estado Docentes y en la Política de Formación. En este momento histórico la participación y protagonismo se impone con niveles de corresponsabilidad en este proceso, como parte inherente del accionar cotidiano.
La formación docente con carácter permanente es un acto dialéctico. Es una relación de interdependencia horizontal donde todos aprendemos a desaprender para reaprender una nueva perspectiva de la formación del profesorado; con un enfoque sustentando en la igualdad de posibilidades para aportar en colectivo y juntos poder construir y reconstruir teorías pedagógicas y didácticas.
Es empoderarse del conocimiento sobre la base de la investigación desde la práctica pedagógica que se constituye en la concienciación reciproca y compartida al resquebrajar juntos planteamientos de enseñanza, de capacitación, de instrucción y actualización. Es concebir la formación con sentido amplio, argumentativa entre teoría y práctica / práctica y teoría contextualizada. Es el ser y el hacer docente con una actitud crítica y reflexiva del acto pedagógico para desarrollar habilidades de sistematización y así registrar en forma organizada sus relatos que conllevan a resignificar esa práctica al reconstruir otros saberes que hacen de esta acción uno de los grandes desafíos en el proceso de formación del docente.
Es una acción transformadora que rompe viejas estructuras que caracterizaron los estilos de formación sustentados en modelos mecanicistas, en una relación de saber y poder; uno que sabe y maneja el discurso académico yel otro el receptor que se apropia de técnicas, procedimientos y herramientas pedagógicas descontextualizadas.
Es ente momento histórico y protagónico, tenemos la posibilidad de participar para que lo viejo termine de morir y lo nuevo termine de nacer en materia de una educación como un derecho humano, transformadora que se perfile con criterios de calidad. Ello demanda el compromiso de todos y todas; la formación en colectivo debe responder a las premisas para construir en sociedad el conocimiento y redefinir la didáctica en la dinámica propia de la investigación desde el aula, para crear e innovar. Valorando el trabajo de los educadores y educadoras, con ética y profesionalismo, emergiendo así el estatus real del ser docente en su concepción más amplia.
Lo medularen este momento de cambios es la unidad docente para desarrollar las herramientas de socialización dialógica sustentada en el principio de igualdad, valorando a los docentes en su saber pedagógico, único, diferenciado pero compartido y consensuado. Conscientes que la investigación lleva implícito reconstruir la praxis educativa transformadora. No es desde las instancias centralizadas, sino desde los escenarios propios donde se desarrolla la práctica docente cotidiana.
Se trata de reimpulsar una política de formación docente que estimule lasoportunidades de participación y protagonismo del magisterio, como coautor en un encuentro dialógico de saberes. Un Estado Docente, garante del seguimiento, control y acompañamiento de la dirección del Sistema Nacional de Investigación y Formación. Es estimular la capacidad crítica y autocrítica de la práctica docente que conlleva la toma de decisiones importantes que permiten transformar la dinámica propia del acto pedagógico que impone los principios de valoración con pertinencia y coherencia con la política pública.
En este sentido, la formación docente debe transcender de lo teórico a la práctica, en una relación de reciprocidad en la acción reflexiva y argumentativa. Que genere los conocimientos necesarios para transformar lo cotidiano en extraordinario.
Metodológicamente la formación permanente tiene un carácter continuo, no debe responder a momentos aislados o desfragmentados; no se trata solo de cumplir con un cronograma nacional. El enfoque de construcción colectiva prevalece para promover una cultura de desarrollo profesional al investigar desde aula, por considerar la práctica como el escenario por excelencia para los fines ontológicos y axiológicos de la formación permanente. Admite develar las necesidades del magisterio y de lo pedagógico como el entramado de relaciones multidimensionales y a los planteamientos teóricos que fundamentan la política educativa.
Es generar mecanismos e incentivos a los docentes para impulsar una cultura profesional para investigar desde la escuela y en esa misma dinámica emerjan perspectivas educativas que contribuyan a transformar la escuela necesaria. Es reconocernos como corresponsablesal cumplir con una misión importante para vivir en unidad y sentir la educación como el arte de educar para la vida y por la vida en el planeta tierra, para que nuestra patria se constituya en país libre y soberano.
Que el Estado y la sociedad generen toda una política para que en la práctica la educación éste direccionada en hacer de nuestra patria un país potencia para reimpulsar y consolidar el socialismo bolivariano que garantice la mayor suma de felicidad posible como el bien más preciado para todos y todas, el cual fue el sueño y legado de nuestros libertadores Bolívar y Chávez.
Por una educación liberadora y transformadora. Por una sociedad más justan donde se exalten y garanticen los valores fundamentales según lo establecido en nuestra carta magna. El compromiso es de todos y todas.