Uno de mis profesores en el Instituto Pedagógico Luís Beltrán Prieto Figueroa de Barquisimeto en los años de 1990 a 1995,(Área de Historia de América y de Venezuela; Departamento de Ciencias Sociales, UPEL_IPB), y a quien visitara recientemente en su biblioteca sita en un suburbio peri-urbano de Barquisimeto, (porque ahora vuelve a ser nuestro profesor del Doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña y de cuya primera cohorte participamos como alumnos regulares), nos decía que una actividad académica de calidad en el campo universitario debe tener necesariamente como indicador el ítem de contar con una biblioteca a disposición de los estudiantes y profesores, bien dotada y actualizada; así como de otros servicios colaterales (comedor, servicio médico, transporte, áreas recreativas y amplios salones de estudios libres, por ejemplo, decimos nosotros por nuestra cuenta y riesgo…)
En sus clases, a modo de conferencias magistrales ayudado de los nuevos recursos audiovisuales que ofrece la computadora laptop y el video-beem o el conversatorio participativo, animado y con argumentos de amplia profundidad epistemológica, no olvida hacerse acompañar de libros en la lengua materna o extranjera, ( principalmente la francesa); hace recordar ello aquella frase de don Alfonso Reyes, quien en un tomo de los clásicos Jackson se puede leer en su introducción una frase impresionante: “…la universidad está en los libros”.
¿Cómo es entonces que los jerarcas del MPPEU dejaron desguarnecidos y como en el desierto, por así decir: sin el alimento material y espiritual, a su comunidad académica formada por sus profesores y estudiantes en la UPEL-IPB, en su proceso de enseñanza y aprendizaje o de recreación del conocimiento en diversas áreas del saber científico y humanístico, si cabe hablar así en un contexto donde la ideología permea todo?
Voces de pasillo conjugadas en el humo del rumor nos dijeron que la biblioteca del Instituto Pedagógico Luís Beltrán Prieto Figueroa de Barquisimeto, sede del Este, en la redoma Dr. José María Vargas, fue cerrada por falta de presupuesto y que el Auditorio Maximiliano Bezada lo estaban reparando y por ello no se podía realizar allí ninguna actividad, como una conferencia que habíamos programado como actividad complementaria. ¿Será eso contribuir con la calidad educativa que se pregona desde tan altas instancias oficiales? ¿Creen nuestras autoridades universitarias nacionales o locales de cuya corresponsabilidad no pueden desligarse, y aun los jerarcas del MPPEU, que ahora tiene otro nombre, que las bibliotecas no son necesarias en los actuales tiempos que corren? ¿O creerán más bien que con el libro de arena, cuyas páginas aparecen y desaparecen al tacto cono el hipertexto de la red de redes, que prefigurara el gran escritor argentino Jorge Luís Borges, se han abolido las bibliotecas físicas?
En realidad el Curso de Avance y Nivelación Académica, UPB_IPB, PAENA 2014, se inició con la biblioteca abierta, aunque uno veía pocos estudiantes solicitando sus servicos, pero había quienes usaban ese espacio para leer o estudiar sus cosas; y uno, que como profesor aunqu8e llevara sus propios libros al salón de clases, podía descansar y leer la prensa del día ahí en los mesones dispuestos para la ocasión. Pero llegó un día en que cerraron la puerta de esa biblioteca. No hubo explicación oficial, más que los rumores…
Aunque en realidad, a muy pocos pareció importar que cerraran las puertas de la biblioteca del Instituto Pedagógico de Barquisimeto, llamado sede del Este, como no fuera mi amigo El Ruso y uno que otro más; igual pasó con lo del comedor (el transporte si funcionó); de lo anterior cabe pensar que, son querer queriendo, como dice El Chavo del 8, internet ha sustituido el libro en nuestro núcleo universitario, ¿qué cosas, verdad?
Aunque verdad también es que los llamados Cursos Intensivos o de Verano transcurren tan vertiginosamente que no hay tiempo para mayores protestas.
Que se recuerde, en ocasiones anteriores durante Los Intensivos en la UPEL-IPB la biblioteca se mantuvo abierta, prestando sus servicios; no así el comedor que siempre ha estado cerrado e igualmente el transporte; que este año sí se activó, luego de que la comunidad estudiantil lo exigiera.
Lo que no se logra comprender es por qué sacrificaron la biblioteca… Será por eso que una de las estudiantes no dijo: “Bienvenido al siglo XXI profesor, ahora todo está en PDF y los libros de la biblioteca se pueden bajar por esa vía, pare de sufrir”; entonces yo me dije para mis adentros: “Nuestras autoridades universitarias, y principalmente del MPPEU s son unos verdaderos sabios postmodernos, ¿verdad? ¿Cómo no lo había advertido yo antes? Con razón están donde están y estamos como estamos. ¿No?
Como fuere, el PAENA 2014 en la UPEL-IPB ya concluye exitosamente y todos tan contentos…, sobre todo en un tiempo de inquietantes turbulencias sociales. Lo cual que hizo que el año pasado fueran suspendidos tales cursos, pero este año ha sido un honor compartir con nuestras dos secciones, de gente particularmente interesada en ser promovida, nivelarse y sobre todo aprender; además de compartir con un grupo de colegas motivados por compartir saberes, crear y recrearlos conocimientos, según el área e disciplinar en el que se es especialista.
Porque, he aquí otro “hallazgo”: trabajar con áreas integradas, como recomienda don Edgar Morín, aun es un sueño en estas casas de estudios de saberes fragmentarios en el que nos formamos y andando el tiempo seguimos reproduciendo, valga la autocrítica, si cabe.
. Ello lo descubrimos después de leer con nuestros estudiantes una de las últimas obras del referido sabio francés: La Vía (Para el futuro de la humanidad); además de comprender que eso de no contar con biblioteca en el lapso académico 2014- III, confirma lo señalado por la tesis central de otro libro que también compartimos: la “Civilización del Espectáculo”, de don Mario Vargas Llosa, ¿qué cosas, verdad? … Esto, que ya la gente no lee sino fragmentos, en la línea del mínimo esfuerzo, de la abundancia de información en la red de redes pero sin mayor conocimiento.
La sociedad es un laboratorio social y nuestras organizaciones universitarias sucumben a los encantos de la turbulencia de los cambios económicos y culturales, se pasa de la dureza y el rigor de los procesos administrativos-burocráticos y la flexibilización epistemológica, como también en los procesos laxos en el dominio de las competencias, ya que ¿será igual la experiencia de hacer un arqueo de fuentes documentales y biblo-hemerográficos en la web que en una biblioteca física? Ahí el problema es que el internet solo ofrece fragmentos.
Pero también es motivo de reflexión ya que Los Intensivos en la UPEL-IPB y en otras casas de estudios deben ser replanteados, principalmente en lo atinente a la dotación bibliográfica, laboratorio, comedor y transporte en función de los criterios de calidad educativa que debe predominar, ya que los buenos resultados exigen la mejora continua, no es una situación estanca, que se logra una vez y para siempre.
Para ello el Ejecutivo debe establecer criterios claros para distribuir el presupuesto financiero y que éste sea el necesario y suficiente, dice uno que es más que otro de los participantes del PAENA 2014, aunque ya dirán que no pasa nada, que todo eso ya está previsto, de tan eficientes, eficaces y efectivos que son como autoridades.
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