No tenemos la certeza de que sea el mismo Miguel Marín quien, desde la Corporación Nacional de Alimentación Escolar, CNAE, sigue echando por la borda los logros y conquistas de Chávez en la Educación Bolivariana.
Sabemos sí que fue este personaje quien en enero 2016, a pocas semanas de la derrota del 6D, despidió injustificadamente a muchas madres procesadoras, no sólo contraviniendo el decreto de inamovilidad laboral que días atrás promulgó el Presidente Nicolás Maduro, sino negándoles la justicia social que apenas estaban comenzando a saborear muchas de estas dignas madres procesadoras.
Ahora nos enteramos que en los programas de alimentación escolar sólo comerán niños y niñas, y por ahora maestros, dejando por fuera hasta a las procesadoras de alimentos. No sorprende que sea orden expresa también del mismo Marín, claro que nada de esto puede decidirse sin que el Ministro de Educación lo autorice, así que más allá de Marín está la responsabilidad de Rodúlfo Pérez, Ministro de Educación.
Pero mucho antes incluso de la llegada de Rodúlfo Pérez a Salas, ya con la presencia del joven Ministro Héctor Rodríguez, vimos cómo comenzó a activarse progresivamente el desmantelamiento de la Educación Bolivariana, que nadie olvide la pantomima de la "Consulta por la Calidad Educativa" que tiene el tufo de Leonardo Carvajal y de toda esa derecha educativa que se apoltronó en Salas con la llegada de Héctor Rodríguez a este Ministerio.
A medida que pasan los días la Educación Bolivariana pierde terreno y la burocracia lo gana y con ello quienes desde 1999 enfrentaron a Chávez y a sus políticas educativas, ahora guardan silencio sepulcral ante una educación pública que se desploma vertiginosamente.
Hace tiempo que no oímos a Carvajal, ni a muchos de sus acólitos, despotricar de la educación; pero claro, ahora los colegios privados hacen lo que les viene en gana con los cobros por sus servicios educativos; Carvajal y su gente lo más seguro es que reciban sus correspondientes "honorarios profesionales", pagados por las arcas del Ministerio, para asesorar a Rodúlfo en cómo desmantelar el modelo educativo que tanto esfuerzo y empeño le costó al Comandante.
Las voces críticas se mantienen acalladas y el mismo pillaje y bandidaje que infectó al gobierno todo hoy ha tomado la esquina de Salas, a escasas cuadras de donde hace años los españoles comenzaron a erigir la ciudad.