Hay que realizar un gran debate sobre el tema salarial y su vinculación con la capacidad y responsabilidad que tienen las personas en un cargo determinado y en el caso concreto de la academia, no se puede despachar con el que todos y todas "somos iguales" y por lo tanto, hay que eliminar las escalas de salarios y decirle adiós a las tablas salariales, tal como lo plantea el ministro de educación, que ahora maneja un enfoque "igualitarista y obrerista"...en la que toda diferencia de
sueldos según la óptica gubernamental, es una discriminación hacia los obreros y que no importa para nada los años de estudios que han realizado las y los docentes y que prácticamente, cualquiera puede dar clases...
Estoy totalmente de acuerdo con la justicia social y que debe siempre defenderse de manera real y contundente al débil jurídico-social, pero otra cosa es desconocer los meritos y los esfuerzos que se realizan para tener una profesión tan compleja y delicada, como es la docencia...para que después te digan que todas y todos en el sistema educativo deben
ganar lo mismo y que no importa, si estudiaste o no estudiaste...que no importa que actividades y competencias tengas en el sistema educativo, que deben igualarse los beneficios sociales diferenciados, porque las maestras y maestros, profesoras y profesores universitarios, según el ministro de educación, no pueden ganar más que un obrero…
Considero que ese planteamiento "igualitarista" tiene un sentido real y concreto, si nos encontráramos en una "sociedad igualitarista"…pero la realidad social es otra, y el real y verdadero problema que hay en el campo educativo, son los bajísimos salarios del personal docente, para que ahora la solución al deteriorado poder adquisitivo, sea el de que la docencia, el trabajo administrativo y obrero deben ganar lo mismo…
Las igualdades deben ser entre las capacidades, esfuerzos académicos y responsabilidades y si en realidad se quieren que todas y todos ganen lo mismo, produce una terrible pregunta reflexiva: ¿Para que estudiar?...