El derecho universal a la buena educación

La educación es un inhumano derecho capitalista en el Mundo, pero la buena educación, debe ser un derecho humano universal en la vida, porque si seguimos aprendiendo los escatológicos vicios de la Humanidad, pues no habrá ni derecho humano ni derecho inhumano, para contemplar el arcoíris del incomprendido Universo, ni con el ojo derecho ni con el ojo izquierdo de la Tierra.

Si vamos a escribir, pues vamos a escribir palabras sinceras, porque quien escribe con el corazón abierto será recompensado en el cielo, pero quien escribe con la mente abierta, será recompensado en el infierno.

Entre el cielo y el infierno, hay un planeta Tierra lleno de gente perezosa, mediocre y analfabeta, que como decimos los venezolanos "ni lava ni presta la batea", porque es muy fácil criticar mi artículo de opinión, pero ustedes no saben cuán difícil es sacarle fuego a una lira, que nadie quiere aprender a tocar.

Yo he estado equivocado durante toda mi vida. No hay peor equivocación que yo, y mi familia se sigue aprovechando de mis equivocaciones, para siempre destruirme por dentro y por fuera, siempre tentándome a usar las balas que no quiero disparar por valentía, y siempre obligándome a escribir las palabras que no debo resistir por cobardía.

El buen escritor no es cobarde, no es valiente, es buen escritor.

No pide una disculpa sinsentido, pide perdón consentido. No se preocupa, se ocupa. No reniega el sufrimiento, vive intensamente el sufrimiento.

Me enamoré hasta de tus corbatas, y tú, me presentaste a tu enanita esposa.

A veces escribo para no volarme la cabeza con una pistola, a veces escribo para que la pistola se anime a volarme la cabeza, y a veces escribo para que Jehová escuche mi lamento, y me ayude a rescatar una fe que se perdió en la pólvora.

A veces soy ateo, a veces soy agnóstico, a veces soy creyente.

A veces soy homosexual, a veces soy heterosexual, a veces soy bisexual.

A veces soy yo, a veces no soy yo, a veces soy nadie.

Quisiera ser emocionalmente perfecto, pero soy completamente imperfecto.

Si quieres aprender a escribir hasta sobre Mesopotamia, primero tienes que aprender a ser un poco de todo, y a hacer de todo un poco en la vida, después tienes que perder el miedo a equivocarte por la embalsamada retaguardia, y por último, tienes que aprender a amar en una irracional jungla llamada libertad.

La lectura es para gente con espíritu libre, porque leer te hace ser un ser libre, y aunque cuando cerremos las páginas del libro, volveremos a ser los mejores esclavos del capitalismo salvaje, siempre hay un mágico libro en la calle de las tres musas, que nos invita a romper la realidad y a volver a soñar despiertos.

Leer siempre ha sido un arte impopular en la historia de la Humanidad, porque para abrir los ojos, primero hay que saber qué son los ojos, y yo sé que usted no puede explicar qué son los ojos, sorprendentemente, no sabes qué son los ojos.

Pocos eruditos que escriben, muchos gordinflones que comen.

Quien escribe con los ojos abiertos, no puede sentir la pasión de lo que escribe con los ojos abiertos, porque la vista distrae, deserta, sabotea, adultera y peca.

El buen escritor siempre escribe con los ojos cerrados, para que las infinitas pesadillas del maldito oráculo, se conviertan en armonioso paraíso celestial.

La lectura siempre ha sido menospreciada por los terrícolas, y es la infinita violencia que viaja de costa a costa por el Universo, el pasatiempo favorito de los incultos Seres Humanos, que resuelven sus riñas con bárbaros genocidios.

Pancho, Goyo y Chucho. Tres adefesios que viven en mi comunidad. Borrachos, mujeriegos y charlatanes. Nunca han leído un libro, pero son muy populares, muy queridos, y hasta más respetados que un fracasado articulista venezolano.

La lectura de un libro no despierta el interés colectivo, pero anhelamos fervorosamente ser amigos de Pedro Picapiedra, de Homero Simpson y de Peter Griffin, porque son tan analfabetos y tan rudos como Pancho, Goyo y Chucho.

Seamos sinceros, leer las páginas de un libro impreso en papel, realmente no culturiza el cerebro de ninguna persona, ya que en términos ecológicos, comprar y leer un libro simboliza ser cómplice de un ecocidio, ya que para fabricar las hojas de papel que contiene el libro, se tuvieron que talar las maderas de miles de amazónicos árboles latinoamericanos, para obtener la pulpa de celulosa que se convertirá en el famoso papel de los cuentos chinos.

En pleno siglo XXI, ahora tenemos acceso a libros en formato digital, que se pueden descargar a través de la World Wide Web, y aunque no se devoran los ancestrales árboles de la Amazonía, siempre saturan la energía eléctrica de nuestras ciudades, porque si se agota la batería de mi moribundo dispositivo tecnológico, no voy a poder terminar de descargar el eléctrico archivo virtual.

Dicen que leer es muy bueno para la salud mental del lector. Pero hay que ser muy cuidadoso con el contenido que expone un libro, porque hay libros que se roban la espiritualidad de la persona, hay libros que cercenan el derecho a la libertad de información, hay libros que manipulan la razón sin pedirle permiso a la razón, y hay libros que envenenan el conocimiento por tanta politiquería.

Cuando usted decide leer un libro, primero debe entender que usted está leyendo el egoísmo del autor, la ignorancia del autor y el idealismo del autor.

Hay personas que se sienten superiores a otros individuos, porque han leído miles de libros a lo largo y ancho de sus vidas. Esas personas supuestamente muy cultas, se jactan de tanto intelectualismo y sus ínfulas de superioridad, son capaces de mofarse y de pisotear el alma de quien nunca ha leído un libro.

Irónicamente, suele ocurrir que la persona supuestamente culta, es incapaz de regalarle una sabrosa arepa, al vagabundo que deambula en su vecindario.

Irónicamente, suele ocurrir que la persona supuestamente inculta, es capaz de regalarle una sabrosa arepa, al vagabundo que deambula en su vecindario.

El buen escritor no sobrestima la inteligencia del lector, pero tampoco subestima la inteligencia del lector. No damos por hecho que el lector sabe, pero tampoco damos por hecho que el lector no sabe. El buen escritor debe ser un maestro.

La arepa es un alimento a base de harina de maíz precocida, muy pero muy famoso en Venezuela, siendo un símbolo cultural de la gastronomía venezolana, que a diario se disfruta en los desayunos, en los almuerzos, y en las cenas.

Hay lectores venezolanos y extranjeros, que desconocen el significado de una arepa, e increíblemente, hay lectores venezolanos y extranjeros que aunque conocen el significado de una arepa, son incapaces de verbalizarlo de forma escrita o de forma oral, por lo que yo debo aprovechar positivamente las herramientas tecnológicas del siglo XXI, para generar un contenido más educativo a favor de los lectores, sabiendo que el buen escritor debe ser maestro.

De hecho, el libro puede convertirse en un producto multicultural que rompe fronteras idiomáticas, pues sabemos que con un pedacito de una página de un libro impreso en español, se han podido resolver crímenes y casos de homicidios en países como Australia, Tailandia y Noruega, donde el libro en español jamás fue vendido en las librerías de sus continentes, pero aunque usamos el libro para distraernos mientras esperábamos la salida del avión en el aeropuerto, nunca pensamos que ese libro resolvería el asesinato en el hotel.

El buen escritor genera intriga en el lector. Queremos que busque, que indague, que no se lave las manos después de leer el libro.

El buen escritor debe escribir para que el buen lector, algún día se transforme en el escritor de su propia historia, porque el medio siempre será el mejor mensaje, y porque más temprano que tarde, el buen alumno siempre superará a la prosa del buen maestro.

Pero tenga muchísimo cuidado con los escritores socialmente resentidos, que no tienen escrúpulos en la vida, y que son capaces de plagiar el crepúsculo ajeno.

Hay escritores que no aceptan la derrota con tinta en el dedo, y deciden boicotear el buen trabajo de un príncipe principiante, porque pierden la filosófica humildad en sus egocéntricas vidas, y porque nunca aceptan que el muchacho corregido por la espalda, ahora es el profesor que me corrige de frente y por el frente.

Sin embargo, en nuestros países latinoamericanos abundan los malos profesores, que premeditadamente humillan al estudiante, preguntándole con saña y malicia lo siguiente:

¿Cuál fue el último libro que leíste en la vida?

Lo más probable, es que el muchacho nunca leyó un libro completo en su vida, y el profesor se aprovecha del déficit intelectual del estudiante, para humillarlo en el aula de clases, y para demostrar su egocentrismo con gafas, con canas y con verrugas.

A partir de ese fatídico día, el desdichado muchacho será el hazmerreír de la clase, y será llamado el bruto, el animal, la bestia, el torpe, el asno del salón.

El poder de los libros no debe ser usado para humillar a nadie, pues por el contrario, los libros deben ayudarnos a ver la luz del sol en medio de las tinieblas.

Es difícil para la débil mente precoz de un joven estudiante, poder superar la humillación pública que sufrió por culpa del abusivo profesor, y comprarte unos lentecitos de escritor para fingir intelectualismo, será una falsa apariencia que mojará la almohada de tu cama, con tantas lágrimas derramadas por inseguridad.

Quienes piensan que con la ignominia se forjan nuevos talentos intelectuales, pues tienen que recostarse de prisa en los sofás de los psiquiatras, y tienen que hablar largo y tendido con sus médicos, para que los traumas gramaticales no sigan perjudicando al pueblo de Dios.

Por supuesto que es mejor leer un buen libro en la biblioteca, antes que drogarse en la plaza o bailar reguetón en la discoteca, pero tus millones de horas de lecturas hasta el claroscuro del amanecer, no te dan derecho a maltratar la espiritualidad de las nuevas criaturas hispanas, que por tu culpa, serán las ratas y los ratones que se comerán los aburridos libros de las bibliotecas.

Si por mala suerte te topas con un pedante hombre culto, o como decimos los venezolanos, con un "sabiondo" que te intenta humillar, preguntándote cuál fue el último libro que leíste en la vida, pues yo te recomiendo que le exclames en voz alta el versículo 11 del capítulo 14 del Evangelio de Lucas, y luego abandones elegantemente el lugar donde se produjo la conversación, sin necesidad de aplicar la grosería ni la ofensa en contra del hombre culto, porque como dice el longevo refrán: "lo cortés no quita lo valiente".

Si desconoces el versículo 11 del capítulo 14 del Evangelio de Lucas, también puedes exclamar el versículo 12 del capítulo 23 del Evangelio de Mateo.

En ocasiones, el hábito de la lectura nos transforma en seres soberbios, sarcásticos, indiferentes, aislados, arrogantes, e incapaces de sentir el realismo mágico del prójimo.

El autor pretende sugestionarte con la palabrería de su libro, y si nos dejamos influenciar y hechizar por palabras que provienen del pecado de Eva, entonces pasaremos más de cien años en una amarga soledad, que cuando finalmente toque fondo y muera, todos la olvidarán sin decirle tres veces: adiós adiós adiós.

La mayoría de los libros que se distribuyen en las librerías del planeta Tierra, han sido escritos por hombres y mujeres de carne y hueso, que invierten muchísimo dinero para que la casa editora acoja sus bodrios comerciales, y que invierten muchísimo dinero para que la gente común y corriente, vaya a las librerías y compre el egoísmo, la ignorancia, y el fatal idealismo del autor.

Cuidado querido amigo, porque a veces no hay diferencia entre el idiota que bebe Coca-Cola frente al cochino televisor del living room, y el idiota que lee y se come los libros frente al limpiecito televisor del mismo living room.

Un libro puede ser un arma de destrucción masiva, y un libro puede ser un arma de construcción masiva, porque estoy seguro que mi lucha ecológica es muy distinta a la lucha racista de Hitler, aunque ambos supimos llenarnos de inspiración para escribir y defender con ímpetu a nuestras luchas, y pese a que ambos fuimos trágicamente humillados en nuestras sollozantes infancias.

El buen escritor sabe convertir el dolor en una composición artística, porque es mejor exprimir a la naranja, y luego beber el saludable zumo de la naranja, antes que reprimir el sabor de la naranja, y luego matar a millares de judíos desnudos.

Yo leí muchísimos libros durante mi jorobada juventud, y siempre encabecé el sagrado cuadro de honor en mi colegio. No obstante, ahora que vivo mi letrada adultez, puedo asegurar que los libros escolares son simplemente basuras mundanas.

Libros de Geografía. Libros de Matemática. Libros de Literatura. Libros de Historia Universal. Libros de Biología. Libros de Informática. Libros de Inglés.

Basura mundana, más mundanal basura, y muchísima más basura mundana.

Libros de Aritmética, Libros de Cocina Mediterránea. Libros de Abogacía. Libros de Ingeniería. Libros de Astronomía. Libros de Física Cuántica.

Basura mundana, más mundanal basura, y muchísima más basura mundana.

Libros de Periodismo. Libros de Química. Libros de Arquitectura. Libros de Cosmetología. Libros de Payasos. Libros de Guerrilla. Libros de Maternidad.

Basura mundana, más mundanal basura, y muchísima más basura mundana.

Ojalá y con tantos libros escritos y estudiados en los colegios y en las universidades del orbe, pudiéramos graduarnos como los mejores ciudadanos de un Mundo civilizado que vive en santa paz, pero tan solo mira la perversión que todos los días se fragua a tu alrededor, y dime qué diferencia existe entre un cirujano que cometió incesto, y un monito que se robó la banana del circo.

Ambos son delincuentes, pero el monito no tiene el doctorado del cirujano, y el cirujano no tiene la banana del monito.

Deseábamos leer un poema debajo del árbol, pero a veces un libro es el mejor anzuelo para cometer el acoso escolar, el acoso laboral y el acoso sexual.

La educación que proviene del Mundo siempre te deja vacío, confundido, enojado. Es un sacrificio sucio, viciado, traicionero. Es la educación del Mundo.

Estudiamos para ganar dinero, estudiamos para comprar la casa que le envidiamos al vecino, estudiamos para demostrarles a los demás que estamos estudiando, estudiamos para formar una familia sin toga, sin birrete y sin amor.

Estudiamos porque el Mundo nos obliga a estudiar, aunque realmente no estamos leyendo, no estamos escribiendo, no estamos estudiando.

Leemos y estudiamos los versados libros de medicina, y estoy seguro que la operación a corazón abierto fue magistralmente exitosa, pero dígame cuántos doctores se llenan los bolsillos con el conocimiento de los libros del Mundo, y dígame cuántos doctores serían capaces de operar el corazón de un vagabundo infartado, sin esperar recibir miles de dólares a cambio de su épica hazaña médica.

Los capitalistas libros del Mundo, curan y enferman a la gente del Mundo, porque son parte del mismo círculo vicioso del sistema capitalista del Mundo.

El buen escritor le atina al blanco y le atina al negro, se toma enserio sus riesgos sin ser descubierto por la grisácea sombra. Él siempre sabe menear la cola a punta de compás, pero no se deja amedrentar ni por nada ni por nadie.

Por la fuerza nunca se consiguen las cosas, y lamentablemente, nunca ha existido diferencia entre comprar comida en el supermercado, y comprar un diploma en la universidad.

Siempre necesitaré comida para conseguir el diploma, pero nunca necesitaré el diploma, para comprar y para comerme la comida.

Educacionalmente, nuestra alimentación es pobre y desabrida.

Estamos ahogados en el océano del Mundo, y mientras más leemos libros mundanos, más nos ahogamos en el océano del Mundo.

Surge la inevitable pregunta: ¿Cómo puedo mejorar mi alimentación intelectual?

Primero, debes entender que los libros del Mundo pueden culturizar el cuerpo y la mente, pero no pueden alimentar el alma, por lo que leer libros, puede convertirte en una persona más prestigiosa que yo, pero usted no puede imaginar toda la miseria espiritual, que se esconde en las manos de un famoso escritor.

Segundo, debes entender que los libros escritos por hombres, siempre te van a dejar sucumbiendo en el mismo laberinto escrito por los hombres. Yo sé que todos estamos obligados a leer esos libros, para supuestamente "progresar" en la vida, pero hay que leer esos libros sabiendo que estamos inmersos dentro de un laberinto, del cual jamás podremos salir ilesos leyendo los libros mundanos.

Tercero, debes priorizar la lectura de libros que superen a la limitada inteligencia humana, y que te permitan alimentarte sólidamente, en aras de adquirir la fortaleza que necesitamos para afrontar los desafíos de la vida en sociedad, y siempre buscando evolucionar sin vender nuestra dignidad humana.

Supongo que usted se pregunta: ¿Existe algún libro que supere a la limitada inteligencia humana?

Sí mi hermano, existe un libro que supera a la limitada inteligencia humana.

El libro se llama Santa Biblia, y aunque no es palabra de Dios, fue escrito bajo la inspiración divina de Jehová, por lo que es el único alimento humanamente comestible, para enriquecer nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu.

La Biblia es la vida. Así de sencillo. Si usted quiere aprender sobre la vida, pues lea la Biblia para aprender sobre la vida.

Estoy seguro que en tu casa hay una olvidada y polvorienta Santa Biblia, que se cansó de llorar sangre, y que como decimos los venezolanos, es otro "coroto" de la casa, y la verdad es inaudito que un cristiano prefiera leer mi artículo de opinión, antes que leer las sagradas páginas de la Santa Biblia.

El problema es que la educación del Mundo sataniza a la Santa Biblia de Dios, y como todos nosotros nos acostumbramos a vivir bajo las mundanas riendas del Mundo, pues ahora no tenemos la suficiente capacidad de discernimiento, para comprender la gran diferencia entre hacer el bien y hacer el mal.

Creemos que un átomo es más importante que un amén, aunque yo sé que con un átomo consigo un gran dolor de cabeza, y con un amén consigo dormir en santa paz.

Los libros del Mundo arrebataron la potestad de la Santa Biblia, y aunque quemar los libros que generan controversia, nunca fue una solución bíblicamente admisible, tampoco debemos olvidar que muchas veces son los gobernantes supuestamente cristianos, quienes se encargan de censurar la educación cristiana, en los colegios supuestamente cristianos de América Latina.

Los padres compran costosos libros escolares a sus hijos, para que ellos aprendan el abecedario de la vida en sus centros educativos, pero los padres no saben que para aprender lo bueno, primero hay que desaprender lo malo, pero como los padres también construyeron sus casas sobre el salitre de la arena, sin saber que estaban construyendo sus casas sobre las olas del mar, pues ahora piensan que los libros escolares son más educativos que la Santa Biblia.

Es verdad, todos tenemos una Biblia adornando algún rincón de nuestras casas, pero satánicamente, siempre nos olvidamos de la Biblia y siempre elegimos examinar a la mujer desnuda de la revista pornográfica, elegimos soñar con el bello descapotable de la revista de automóviles, elegimos leer el periódico después de jugar a la lotería, elegimos preparar la receta de las ricas albóndigas de la revista de cocina, y otra vez elegimos olvidar el contenido de la Biblia.

Si decimos ser fieles cristianos, pero la Biblia no es el principal libro que leemos y que estudiamos en nuestros hogares, entonces nos estamos engañando a nosotros mismos, y si nos parece más importante estudiar el libro de álgebra, para obtener el aplauso por la más alta calificación en el examen de la universidad, antes que estudiar el libro del Génesis para obtener la misericordia, por la más alta calificación en el examen de la vida, entonces una vez más, nos estamos engañando a nosotros mismos.

Querido hermano cristiano, sea sincero y respóndame: ¿Acaso usted conoce más a Simón Bolívar que a Nuestro Señor Jesucristo?

Yo creo intuir tu respuesta, pero no te sientas mal, realmente no es tu culpa.

Recuerda que los libros del Mundo enseñan las cosas del Mundo, y si me hubieran permitido conocer las palabras del Libro de Job, antes que conocer la batalla independentista de Venezuela, pues hubiera tenido la paciencia para no asesinar a tantos compatriotas, que nadie pensaría que yo asesiné en el pasado.

Las cárceles no fueron construidas para los escritores, porque los escritores nacen mentalmente encarcelados, por eso sienten una furiosa necesidad de escribir, para encontrar la libertad que se termina cuando se termina de escribir.

El buen escritor no encarcela sus culpas existenciales, en las cuatro paredes de un sucio penitenciario hispano, sino que libera sus culpas confesándolas por amor al bendito arte, y esperando que el lector no ejecute sus mismos delitos.

Pero como dice el refrán: "A lo hecho, pecho", y ahora pretendo remediar mis errores y enmendar mis locuras, compartiendo el evangelio eterno para quien quiera aceptarlo, y para quien quiera atesorarlo por la eternidad.

Aunque el único objetivo de todas las sectas cristianas, es conseguir el dinero de todos sus crédulos feligreses, a veces encontramos buenos contenidos educativos cristianos, que podemos leer todos juntos en familia, pero sin olvidar el capitalista objetivo de todas las sectas cristianas.

Hoy quiero compartir un excelente estudio bíblico trimestral, que pertenece a las Lecciones Bíblicas Sabáticas de los Adventistas del Séptimo Día Movimiento de Reforma, y que sin duda será de gran beneficio intelectual, para cualquier lector o lectora que se atreva a leerlo.

El estudio bíblico lleva por título "Educando a la Última Generación", y considero que todo buen cristiano de cualquier iglesia cristiana, debería tomarse el tiempo para leer el mencionado material educativo, que nos ayudará a comprender las grandes diferencias que existen, entre la educación que imparte el Mundo y la educación que proviene de Dios.

Si desea descargar gratuitamente el archivo PDF que contiene el estudio bíblico, lo invito a visitar el siguiente hipervínculo:

https://1drv.ms/b/s!AtNYg7Vlmh50iH7VGXpBzQvXXktM

Mientras lees la Biblia, puedes usar un diccionario, para conocer el significado de palabras que tal vez desconoces, y que son necesarias definir para entender claramente el mensaje bíblico. Además, las nuevas palabras descubiertas que se agregarán a tu vocabulario, puedes compartirlas con tus amigos y familiares.

Hoy es un buen día para leer un buen libro, pero debemos ser meticulosos al momento de elegir qué contenidos leerán nuestros seres queridos, porque a veces es mejor comprender lo poco que se sabe, antes que terminar ahogados en el océano por tanta información, que realmente no necesitamos saber en la vida.

Por cierto, ¿Realmente no sabes qué son los ojos?

El ojo es el órgano de la vista en el Ser Humano y en los animales. Es el agujero que tiene la aguja para que entre el hilo. Es el manantial que surge en un llano. Es cada una de las gotas de aceite que nadan en otro líquido. Es el espacio entre dos estribos o pilas de un puente. Es la boca abierta en el muro de ciertos molinos. Es la palabra usada como señal al margen de manuscritos, para llamar la atención hacia algo. Es cada una de las cavidades que tienen dentro de sí el pan.

El ojo es el grueso en los caracteres tipográficos. Es la aptitud singular para calcular certeramente magnitudes. Es la advertencia o el cuidado que se pone en algo. Es cada uno de los espacios de la red de mallas. Es la mano que se da a la ropa con el jabón cuando se lava. Es el círculo de colores que tiene el pavo real, en la extremidad de cada una de las plumas de su cola. Es la abertura que tienen algunas letras cuando llevan una curva cerrada.

El ojo es el anillo elíptico por donde se agarra y hace fuerza en la llave, para mover el pestillo de la cerradura. Es cada uno de los anillos de la tijera en los que entran los dedos. Es el agujero redondo o alargado que algunas balanzas, tienen en la parte superior del pie, para ver si el fiel está perpendicular o caído. Es el relieve de los tipos, que impregnado en tinta produce la impresión.

Es cierto, la educación es un derecho inhumano, pero la buena educación es un derecho universal.

La mejor educación no se consigue en la mejor universidad del Mundo.

Si usamos los ojos para reconocer la gracia de la vida, seguro que el derecho será un feliz deber.



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Carlos Ruperto Fermín

Licenciado en Comunicación Social, mención Periodismo Impreso, LUZ. Ekologia.com.ve es su cibermedio ecológico en la Web.

 carlosfermin123@hotmail.com      @ecocidios

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