En el día de ayer asistí a un foro realizado en Barquisimeto, en la sede social de los profesores de la Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado”, en el que se trataría el tema de la Autonomía Universitaria, precedido el mismo por unas declaraciones de la directiva de la APUCLA donde planteaban el peregrino argumento de que la autonomía universitaria está amenazada. Se convoca entonces a un foro donde los ponentes son: el exrector de la UCV Giuseppe Gianetto (escuálido), un representante de la FAPUV y profesor de la Universidad Simón Bolívar, (escuálido), el exrector de la UCLA Ricardo García (adeco y escuálido) y el prof. De la UCLA Alexis Guerra, (cercano al “proceso”). Es decir, un panel muy equilibrado y plural, como podemos observar.
Suponía yo que el sitio iba a estar lleno de estudiantes y profesores anhelantes de oir las exposiciones académicas y llenas de conocimiento universitario del panel mencionado y encontrar caminos ante la amenaza a la autonomía universitaria, reiterada permanentemente por gremios y autoridades que han hecho de este argumento un comodín para nuclear a la comunidad universitaria a favor de sus intereses particulares y contra el gobierno del “autócrata de Miraflores”. Mi sorpresa es que el auditorio estaba casi vacío (apenas 30 profesores, la mayoría jubilados), por lo que concluí que en realidad la amenaza no se siente como tal por la comunidad universitaria, pues de ser así el auditorio hubiese sido plenado.
Pasemos ahora a relatar las exposiciones de antología de los panelistas: El prof. De la USB, de profesión politólogo, de quien no recuerdo su nombre, habló del Proyecto de Ley de Educación Superior (PLOE) como un mecanismo de control totalitario del RRRRRégimen totalitario que va a controlar totalmente a las universidades, las va a intervenir y colocar a disposición del proyecto totalitario y del pensamiento único, se va a militarizar a las universidades porque el totalitarismo del autócrata sólo da para el control total. Y bla-bla-bla-bla… totalitarismo total y preparémosnos. Varios de los asistentes al foro miraron a su alrededor y hacia el techo pensando, creo yo, que el gobierno había instalado cámaras para grabar y filmar todo para luego tomar represalias. ¡! Horror de los horrores¡¡. Torquemada se quedó liliputiense ante este dechado de sabiduría académica.
Luego le correspondió el turno al exrector de la UCLA, Ricardo García, quien con un lenguaje sosegado, con voz engolada y un traje de alta elegancia, expresó inicialmente que las universidades son autónomas y punto, así que depende de la comunidad universitaria si se dejan intervenir o no y bla-bla-bla, lenguaje y traje académico y olvídense que soy adeco.
Pero el clímax llegó con el prof. Gianetto. Allí salió bilis, argumentos viscerales, sapos y culebras, gobierno totalitario, soy hijo de inmigrantes (¿?), autonomía y libertad vs. totalitarismo, dictadura y pensamiento único. Las universidades son perfectas, pero perfectibles, yo no permitiré que un solo hombre determine todo. La autonomía la defenderemos hasta con la vida ante este gobierno totalitario y bla-bla-bla. Totalitarismo totalitario. Yo cerraba los ojos y las palabras que oía no sabía si eran de Marta Colomina, Oscar Pérez, Antonio Ledezma, Alvarez Paz o “el matacuras” que, vienen siendo lo mismo. Pero cuando los abría allí estaba Giuseppe Gianetto, el excelentísimo exrector de la UCV, la casa que vence las sombras, el Alma Mater. Quien se suponía que expondría argumentos académicos, de profundidad en el pensamiento, sólo dejó una estela nauseabunda de flatulencias intelectuales (esta rimbombancia sólo la digo para evitar el lenguaje escatológico del que se nos acusa a los “chavistas”) influenciada, imagino, por el reconcomio que le generó la denuncia del ex ministro Moncada sobre el despilfarro de la administración universitaria, sobre todo de la UCV y la toma del Consejo Universitario para bochorno de su gestión.
Por último, el prof. Alexis Guerra, de quien expresé es cercano al proceso, expuso en términos muy académicos reflexiones muy acertadas acerca de la autonomía universitaria, la cual según él, se ha convertido en un fetiche carente de contenido. Su exposición fue buena, desde mi punto de vista, pero carente de combatividad.
Cuando se llegó al período de preguntas y respuestas, Gianetto se convirtió en la estrella. Allí pudo dar rienda suelta a sus subjetividades. Ya se había despojado de su investidura académica, pero ahora asumió plenamente la postura de cualquier tirapiedras de la calle. Y como tal soltó lo más preciado de sus vísceras: Chávez es un dictador totalitario, un autócrata tropical, yo no permitiré que un solo individuo determine mi destino y el de mis hijos, iré preso por defender la democracia y la autonomía. Pero cuando creyó lucirse mas fue cuando ante una pregunta capciosa de un asistente se “espepitó” primero haciendo una diferencia entre chavistas universitarios buenos y malos: Merentes, Luis Acuña, Héctor Navarro y Genatios son buenos y Moncada es malo-malo-malo. Moncada es un traidor, un miserable, hijo de un militar, es un resentido, es un mal profesor, “y eso se lo digo en su cara”.
Realmente, mi paciencia fue ilimitada para oir todas esas barrabasadas, las que no se podían contradecir, pues se utilizó el mecanismo de preguntas sólo por escrito para evitar debates entre el público y los panelistas, lo que por supuesto, coartó la posibilidad de rebatir argumentos. El tema de la autonomía universitaria, en este contexto no se puede debatir, pues lo que se dan no son argumentos, sino consignas iracionales.
Sólo quiero agregar que anteriormente yo había enviado a la directiva de APUCLA una comunicación acerca de unas declaraciones de la misma sobre la autonomía universitaria, la cual agrego a este artículo como un testimonio argumentativo de mi posición ante este tema:
Profesores: Junta directiva de APUCLA:
La prof. Débora Velásquez publicó unas declaraciones, tanto en la
prensa regional como en el Correo del Profesor que sorprende por
cuanto pareciera provenir de escenarios aparentemente superados como
fue la polarización política de los años 2001-2002-2003, cuando todo
lo que hacía el gobierno, se consideraba negativo para una oposición
radicalizada que veía con gríngolas cualquier planteamiento o acción
gubernamental. El caso de la Autonomía universitaria siempre ha sido
planteado frente a este gobierno, como un escenario para la diatriba
sin argumentaciones serias, ni planteamientos de fondo, sino sólo
respondiendo a rumores de pasillo o a chismes del periodismo
palangrista (tipo columna "retacitos"). De allí que cuando la prof.
Débora, a nombre de APUCLA, sale a rasgarse las vestiduras en defensa
de la autonomía universitaria, vale la pena preguntarse: cuál fue la
actitud de APUCLA y de la prof. Débora cuando el gobierno nacional en
el año 2002 emitió un Decreto autorizando la elaboración del
Reglamento General para la autonomía de la UCLA?. Recordemos que una
comisión central, presidida por el Rector Francesco Leone elaboró el
proyecto de Reglamento en julio de 2003 y lo presentó a la comunidad
universitaria, dicho proyecto fue engavetado por las propias
autoridades y aún sigue engavetado, esperando mejores oportunidades,
no de carácter institucional, sino obedeciendo a intereses personales
o grupales.
En ese proceso, ni APUCLA, como gremio, ni la prof Débora emitieron
ningún pronunciamiento. En el proyecto de reglamento se establece lo
que ahora pareciera ser un deseo de la prof. Débora cuando
expresa: "conscientes de que existe la necesidad de profundizar los
cambios internos en el diseño e implantación de un modelo
universitario mas flexible, en el cual coexistan la separación de los
poderes y los sistemas de control que garanticen el uso eficiente d
elos recursos y la erradicación de aquellos vicios que se han generado
en algunas universidades con plena autonomía..." Precisamente eso lo
contemplaba el Reglamento, es decir, la descentralización del poder
en la Universidad que, como sabemos, todo recae en el Consejo
Universitario (valga decir, el Rector, que es casi lo mismo) que es,
como sabemos, poder ejecutivo, judicial, legislativo y contralor en la
UCLA.
Creo que por eso se detuvo (así como por la reelección de las
autoridades rectorales) el proceso de autonomía de la UCLA, NO POR EL
GOBIERNO NACIONAL. Allí hubiese sido interesante y corajudo de parte
de APUCLA y de la prof. Débora haber "dado un paso al frente" por
cuanto ese derecho quienes lo vulneraron fueron las propias
autoridades de entonces y las de ahora también (que, por cierto,
siguen siendo las mismas), con la complacencia y aquiesciencia de
quienes hoy dirigen APUCLA.
Históricamente, "cuando gobernaba Pérez Jiménez (verdadera dictadura y
autocracia) no había autonomía universitaria,, las autoridades eran
designadas policialmente. Durante los cuarenta años de gobierno del
puntofijismo (AD-COPEI), a las universidades no sólo se le negaban
los presupuestos sino que el allanamiento y la ocupación de la Ciudad
Universitaria era cosa rutinaria. No fueron pocos los estudiantes
acribillados por unas fuerzas de seguridad desaforadas que invadían los
pasillos y las aulas universitarias. La prensa de la época está llena
de fotos y reseñas de las continuas violaciones a la autonomía
universitaria", (diario VEA) así como de profesores presos, torturados y
maltratados.
Adicionalmente voy a permitirme discrepar de algunos de los
planteamientos que hacen en esta comunicación por cuanto es la
respuesta reiterativa y automática de los gremios universitarios
actuales respecto a las políticas del gobierno bolivariano hacia la
llamada educación superior (aunque no es el tema, también discrepo de
esta acepción de la educación universitaria, por cuanto me parece
supremacista).
Ahora, uds. dicen que hay una política de maltrato del gobierno hacia
las universidades ante lo cual hago las siguientes consideraciones:
--El gobierno bolivariano (a través de la Asamblea Constituyente)
constitucionalizó la autonomía universitaria, al consagrarla en el
artículo 109, devolvió a la UCV el Jardín Botánico y la Zona Rental,
que estaban intervenidos desde la época de Caldera I; decretó en
agosto de 2002 el proceso de autonomía para la UCLA; amplió la
cobertura universitaria para cientos de miles
de bachilleres que habían sido excluídos por las políticas de cupo de
nuestras universidades (a través de la Misión Sucre, la UNEFA, la
UNELLEZ, la UNERG, la UNEFM, la Universidad Bolivariana, las aldeas
universitarias).
--Este gobierno hizo lo que ningún otro de la IV República: reconoció
la deuda contraída por el personal universitario y no sólo eso, sino
que la pagó, quedando apenas algunos rezagos de deuda como los
intereses sobre las prestaciones sociales y la de los jubilados de
2006.
--El presupuesto de este año 2007 ha sido el mas alto en la historia
de las universidades.
--Ha cancelado directamente al personal docente, administrativo y
obrero beneficiado, asegurando el pago oportuno y en el orden justo,
para evitar las injusticias que se cometían en las universidades
cuando estos recursos se desviaban para otros fines.
--Se ha fortalecido la investigación a través del financiamiento a los
programas de investigación de las universidades mas los aportes
realizados por el FONACIT y ahora por la Misión Ciencia.
--Se ha dotado de transporte y equipos de computación a todas las
instituciones universitarias, sin exclusiones de ninguna índole.
--Se creó el Servicio Comunitario del Estudiante para concretar la
aspiración de Simón Rodríguez: "aprender haciendo", a través de una
dinámica educativa sustentada en el diálogo de saberes potenciando la
posibilidad de mejorar las condiciones de vida de nuestras comunidades
y el aprendizaje-servicio.
No es que pretenda con lo anterior decir que estamos en el edén con el
gobierno bolivariano respecto a las universidades, pero para hacer
afirmaciones hay que ser universitarios (es decir, racionales) y no
dejarnos arrastrar por las pasiones políticas o el desenfreno
polarizador que caracterizó nuestro comportamiento durante 2002-2003.
Por supuesto que tampoco los gremios en el enfrentamiento que tienen
con el gobierno pueden avalar las conductas irregulares de las
autoridades universitarias, como por ejemplo, el inflar las nóminas de
estudiantes para solicitar presupuestos astronómicos, e igualmente (y
tan o mas grave aún) inflar las nóminas de personal obrero,
administrativo y docente con el mismo objetivo que podríamos calificar
de fraudulento y hasta delictivo. Esto también hay que denunciarlo.
Por ejemplo, respecto a la ULA, en una comparación que hace la OPSU
entre el número de personal que se estimó en el presupuesto ordinario
de 2006 contra las nóminas recibidas se encontró una diferencia de
178 docentes, 184 de personal administrativo y 200 obreros demás, en
total 557 de personal de diferencia. Muchísimo mas grave aún, por
ejemplo, la UC: 1985 docentes, 728 administrativos y 238 obreros
demás, es decir, 2.951 de personal de diferencia. En la UCLA también
se presentaron estas irregularidades que obligaron a enviar varias
veces las nóminas a la OPSU. ¿Qué posición tuvo APUCLA ante esta situación?.
Es decir, es una práctica recurrente que se debe cuestionar desde los
gremios universitarios y no justificarla con el argumento peregrino de
que "hay que pedir más para que nos den menos".
De allí que la rendición de cuentas debe ser un ejercicio cotidiano de
nuestras universidades, por cuanto ellas no son un Estado dentro del
Estado, ni la autonomía se puede convertir en gobiernos autárquicos o
feudales donde se hace lo que queramos.
Hay que continuar la lucha gremial por nuestros derechos, tanto frente
al gobierno nacional, como frente a las autoridades universitarias.
La autonomía universitaria es necesario discutirla en el marco de las
realidades socio-políticas. Eso lo plantearé en otro correo que les
enviaré.
Saludos;
Soc. Cécil Gerardo Pérez. Prof. de Administración y Contaduría de la UCLA.
cecilperez@ucla.edu.ve