Las universidades privadas y sus agencias de publicidad

A los estudiantes privados no les gusta que los llamen “Los nuevos templarios”, o por lo menos no a algunos de ellos. La inmensa mayoría no sabe de qué se trata, ni siquiera lee estas reflexiones. Están muy ocupados tratando de deslastrarse de la modorra que siempre cargan encima y lo intentan a punta de rumbas de todo tipo, sin saber que dentro de estas, habita el vacío del cual quieren huir vertiginosamente. Se molestan si se les califica como “estudiantes burgueses”, desconociendo su extracción social y la ideología que inconcientemente profesan, que les son incubada por el sistema que hoy defienden. Cuando se les dice “niños bien”, o aquellos que pueden incurrir en cualquier “travesura”, desde atrincherarse en uno de los municipios mas ricos de Suramérica y “quemar calles”, hasta la pretensión de tumbar a un gobierno legítimo y revolucionario, con la certeza de que salir ilesos, pues sus padres desembolsillaran cualquier cantidad de dinero para comprar la impunidad que les garantizará la felicidad que no tuvieron la capacidad, ni el tiempo de proporcionarles. Sin embargo no asoman ningún rasgo de incomodidad cuando no solo, son llamados “consumidores” por sus propios socios, sino tratados como tal; como simples números que engrosan o adelgazan las cifras que manejan las estadísticas propias del negocio de la educación privada. Claro está, en el supuesto de que estén enterados que para la empresa a la cual le pagan por obtener a cambio un titulo universitario, son meros objetos susceptibles de crearles la “necesidad universitaria”, o la voracidad de invertir en tal negocio, consumidores cuyo target es uno de los mas difíciles de complacer. Mas bien muestran cierto aire de orgullo al pertenecer a la esfera del “consumidor” de conocimientos (de La UCAB, La USB, La Metropolitana, La Santa María, El ISUM, La UCV), porque es parte del lenguaje que establece el control, la nomenclatura que fabrica el poder para controlar, el tecnicismo que facilita la meritocrática actitud que luego los envolverá por siempre.

La relación de las agencias de publicidad y los estudiantes privados, no es directa, hasta donde sabemos, a excepción de la cúpula que organiza los shows, y que aparece en los medios impresos, posando como para folletines rosas. Ellos tienen un contacto cercano con los creativos, y esto se ha evidenciado en varias oportunidades, la primera de ellas fue el histórico evento de la AN, donde la cobardía burguesa dejó su huella: el guión que ARS publicidad firma para que los manos blancas lo leyeran. La pintura blanca en la palma de las manos, aunque parezca producto de la mente ingenua de estos ricos estudiantes, no lo es; forma parte de un paquete que incluye las palmadas, la posición de las manos, los slogans, las pintas en la piel, el tirro en la boca. La idea de escribir la palabra libertad con la gente sobre La Cota Mil, que no solo tenia la intención de que fueran fotografiados por las cámaras que estratégicamente pudieran hacerlo desde los funículares del teleférico del Ávila Mágica, a la sazón en manos del dueño de Globovisión, también socio de ARS Publicidad, sino de unas cámaras situadas mucho mas arriba, las de satélites que te encuadran y definen con tal precisión, que cincuenta personas hubieran sido suficiente para escribirla, y luego conseguirlas en Internet, en cualquier parte del mundo; semejante desfuerzo creativo esta asociado a información previligiada que solo los estudios creativos manejan.

Pero la relación de la industria publicitaria con las universidades neoliberales, es más que cercana y de vieja data. Es lo que se llama en el mundo de los negocios “asociaciones estratégicas” a decir de Rafael Vegas Benedetti, miembro de la junta directiva de Target DDB Publicidad “…la agencia se une con Ars DMB&B para ofrecer un curso de preparación en diversas especialidades publicitarias, el cual goza de tanto prestigio que a los estudiantes les representa créditos universitarios en la UCV, Ucab, IUNP e Isum.” o lo que añade José María Costa, máximo responsable de JMC/Y&R: “En el fortalecimiento de las relaciones institucionales cuenta el trabajo de la agencia a través de su publicación Miradas, la página web y los programas de colaboración con algunas universidades (Universidad Simón Bolívar, Universidad Andrés Bello, entre otras)” Y si esto no nos arroja certeza acerca de la peligrosa conchupancia entre las maquinarias propagandistas del capitalismo y los centros de ideologización del neoliberalismo, a continuación les trascribo la lista de las agencias y sus clientes del área educativa, que para el año 1999 (buen año para la causa popular), aparecían en el ranking que presenta la revista Producto (Nº 186, Marzo 1999, de la cual ha sido extraída toda la información que aquí se maneja): Braunstein & asociados, C.A, Universidad Simón Bolívar. Madison Agencia de Publicidad, Universidad Central de Venezuela. Roberto Eliaschev & Asociados Publicidad, C.A., Fundación Gran Mariscal de Ayacucho. J Walter Tompson, Fe y Alegría, Ministerio de la Familia, Fundación del Niño. Ars Barquisimeto, C.A., Instituto de Estudios Jurídicos. Y por ultimo, entre los logros que Concep, C.A dice haber obtenido y que incluye en el mismo informe de las top ten de ese año, es el de, nada menos y nada mas: “La Cátedra Fundacional Johnny Fischbach” en La Escuela de Comunicación Social de la UCAB.

Ahora entendemos con mayor facilidad, la influencia que Ars (DMB&B para la época) tiene sobre los consumidores finales (estudiantes privados), si entre sus mejores clientes figura la tristemente celebre Globovisión, intermediario desinteresado, cuyo dueño se jacta de darles buenos consejos, sin esperar a cambio la mas mínima muestra de obediencia. Si las empresas de sus padres agrupadas en Fedecámaras son los clientes que dinamizan este mercado, y a los cuales visitaron en la feliz coincidencia de Margarita, para ratificarles que están estudiando porque son la “Generación de relevo versus el Estado omnipotente”. Y el relevo empieza por tomar las riendas de las empresas y la Federación o la cofradía, que heredaran, que conducirán en resguardo del vinculo que los une a los conspiradores de siempre.

Habría que investigar con mayor profundidad para calibrar mejor la ética de las universidades neoliberales, cuanto del presupuesto de estos centros de estudios, fue a parar al bolsillo de los dueños de las agencias de publicidad, que sin ruborizarse, mostraron en ese mismo número de Producto, la modesta suma de 438 millardos de bolívares, en un año que calificaron de incierto por falta de claridad en las reglas de juego (era el primer año de gobierno de la Revolución Bolivariana). A lo que Ricardo Zobel, estrenando la presidencia de Leo Burneo Venezuela, responde: “No le tengo miedo al gobierno, sino al petróleo a 8 dólares”.

En fin, ninguna de estas agencias, tiene ningún creativo, capaz de crear un eslogan, o un single, lo suficientemente respetable coma para que los estudiantes privados se posicionen con carácter, en el resto de los consumidores (Venezuela). Mas aun cuando toda sus fuentes de inspiración están entrelazadas con recetas de revoluciones coloreadas en otras latitudes.

Pocas cosas son tan fuertes como las consignas que el pueblo masera con sus luchas, con su historia, su gente, sus sacrificios, que le hacia gritar: “Con hambre, sin empleo, con Chávez me resteo”. Nada tan acoplado como aquello que nos recordó El Comandante: “Nada más fuerte que la idea cuyo tiempo ha llegado” contra la cual no hay imperio que valga. Digan lo que digan, hagan lo que hagan, no volverán y no es cuestión de empecinamiento de alguien. Es el carro de la historia construida por los pueblos, y que 8 años después ha macerado una consigna vislumbradora, como un faro continental:

¡Patria, socialismo o muerte! ¡Venceremos!.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 7108 veces.



Milton Gómez Burgos

Artista Plástico, Promotor Cultural.

 miltongomezburgos@yahoo.es      @MiltonGomezB

Visite el perfil de Milton Gómez Burgos para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Milton Gómez Burgos

Milton Gómez Burgos

Más artículos de este autor