“Mi vida: blanco de odios implacables”
Simón Bolívar
“Dios hizo los números enteros; lo demás
es obra del hombre”
Kronecker
He leídos dos artículos en APORREA, para mí interesantísimos –posiblemente no sea así para muchos otros- que merecen comentarios que, de resultar extensos (sobre todo en referencia a las matemáticas) tendría que recurrir a más de una publicación. Espero sintetizar para no cansar a quienes prefieren lo polémico, batallador o insultante, antes que lo meditado i por lo tanto, razonado. El promedio de mis lectores es bajo por eso; me lee apenas un promedio de trescientos lectores.
Los artículos son: uno de mi admirado amigo José Sant Roz, profesor de la Universidad de Los Andes, a quien distingo tanto como a talentos tales como Vladimir Acosta o Roberto Hernández Montoya. Se trata de su opinión sobre lo incomprensible o inadmisible, de “recular” como él dice, con respecto al caso de ponerle el cognomento de “bolivariano” al Curriculo Nacional de Educación (prefiero currículo i no el latinazo de “currículum”, pues aunque algunos hacen como Brewer Carías en la Constituyente, de citar latinazos sin saber Latín, e ignorar que el plural no es el disparate “currículums” sino currícula) lo que traería al mismo documento, el deplorable odio que experimentó Bolívar en su tiempo, por quienes no solamente son escasos de talento hasta aproximarse a la oligofrenia, sino que jamás han experimentado el sentimiento de patria. Tal vez por eso, los adversarios del Currículo, sin leer (i algunos lo leerán sin entenderlo) les alarma que a los niños, desde pequeños, se le inculque el sentimiento de patria soberana i el respeto i admiración por los héroes de la Independencia, especialmente Bolívar, de quien decimos “su espada recorre América Latina”, cuando en vez de su espada, que puso en reposo por la paz, es sustituida por su valioso i futurista pensamiento de Primer Ciudadano del Mundo, i supremo líder de la libertad de los pueblos. El artículo de Sant Roz, es completo i no necesita agregársele nada, sino manifestar el apoyo total que merece. Un país, donde todas sus ciudades i pueblos tienen como parque principal o emblemático la Plaza Bolívar; donde como dijera Neruda, “Padre, todo lleva tu nombre”; donde la moneda, sin excepción alguna todas las fundamentales, llevan su efigie i es el Bolívar Libertador; donde la República ahora i con firme justicia se denomina bolivariana como su Constitución, i hasta lo máximo que tendremos en tecnología, será el satélite “Simón Bolívar”, etc., etc., un Sistema Educativo, inspirado en sus ideas libertarias, éticas i filosóficas, i en las ideas de su maestro Don Simón Rodríguez, nombre a su Currículo Educativo como Bolivariano, resulta como ya lo dije inadmisible, que se le suprima lo de bolivariano. Lo de bolivariano lo enaltece. Creo que el presidente Chávez, con quien permaneceremos firmes en el proceso revolucionario, no debe darle ese gusto a la oposición i disgusto a su pueblo.
El otro artículo, de Julio Mosquera, titulado MATEMÁTICAS Y JUSTICIA SOCIAL, aunque breve, me ha parecido más que interesante porque toca un aspecto del conocimiento humano, por el cual he transitado del modo que expondré. En el bachillerato, sobre todo i más que en primaria, cuando aprendemos lo fundamental de la Aritmética, las matemáticas me causaban problemas i allí saqué las notas más bajas (descendí hasta un 13 puntos) i hasta podría decir que, me inspiraban temor. Con el tiempo me convencí que eran los malos profesores, excepto el Dr. Raúl Cuenca que me dio Geometría. Pese a mi pasión por el dibujo (i posteriormente la pintura) me fui a la ciencias biológicas i luego a Medicina, en gran parte por ese temor a las matemáticas, i luego una voz interior –la vocación- acentuada por el ejemplo de mi padre médico i de mi hermano mayor igualmente, médico. Lo cierto es que en medicina, solamente algunas materias como la Farmacología o la Estadística, exigían un poco de números.
Siete años después de graduado i con especialización, cuando de abrió la Facultad de Humanidades en L.U.Z., entusiasmé a mi esposa que había estudiado inglés en los Estados Unidos i era Secretaria de un consulado, i con suficiente inteligencia i dedicación, para inscribirnos en Filosofía (eran separadas las Escuelas de Filosofía i la de Letras). I allí reapareció el temor: una materia que había que cursar por dos años, era Lógica Simbólica o Lógica Matemática. El profesor era un mexicano, delgado, con fisonomía de indígena, con una preparación excepcional, a punto de leer por lo menos, inglés, francés, alemán, i también latín i griego. El inglés lo dominaba tanto que es el traductor de la obra de George Edward Moore PRINCIPIA ÉTHICA. Una joven eminencia, plena de sencillez i de humildad, más magnífico docente. Sus clases sencillas, repetía hasta que hubiésemos comprendido bien i con manejo apropiado del pizarrón. Fue un descubrimiento para mi esposa i yo, la claridad, completitud i belleza de esa Lógica Simbólica, a punto que siempre obtuvimos 20 puntos i al final de la carrera, ambos fuimos Summa Cum Laude. Eso nos valió una Beca de dos años en Europa i en Bélgica fuimos alumnos del eminente lógico Joseph Dopp, con quien, 18 alumnos, hicimos un Curso Superior de Lógica i Máquinas de During, aprobando solamente 5 personas: tres belgas i nosotros dos. Cuando regresamos de Europa, ella –la bella profesora Mary Finol de Jiménez- escribió un libro de Lógica para sus alumnos i regentó esa Cátedra hasta que se jubiló.
Por mi parte, me especialicé en Filosofía de la Ciencia; fui alumnos del “grand professeur de la petite Université de Louvain” M. Jean Ladrière (recientemente fallecido) i fui Profesor Titular de la Facultad de Medicina i la Facultad de Humanidades, dando en Filosofía las tres filosofías especiales: Filosofía de la Ciencia, Filosofía de la Historia i Filosofía del Lenguaje. I en Filosofía de la Ciencia, dicté tres seminarios sobre La Teoría de la Relatividad de Einstein (que fue mi examen final en Lovaina) i había en mi cátedra dos temas que me resultaron bellos: La Medida en la Ciencia (con Ladrière hice un curso sobre El Tiempo Científico) i el otro sobre Qué son i qué no son las Matemáticas, o en otras palabras, Filosofía de las Matemáticas o Metamatemáticas. Me sucedió entonces lo que decía Henry Poincaré: que se equivocaba sumando, pero que la esencia de la matemática, era su vida. Las Matemáticas, o por lo menos su filosofía, tiene una belleza indescriptible. I aunque actualmente me sucede tal vez lo que a mi maestro Bertrand Russell, quien decía también que con los años (vivió hasta casi los 98 años) ya tenían que explicarle lo que él escribió con N. Whitehead, o sea, el Principia Matemática.
Todo esto lo expongo, para que el escritor i estudiante Julio Mosquera se sienta tranquilo saber que las matemáticas, sirven para todo, pues bien decía Platón que posiblemente el mundo haya sido construido matemáticamente i que, en su Academia lo que decía a la entrada era: “Que no entre aquí, quien no sepa Geometría”, la cual resumía en gran parte las matemáticas de su tiempo, como se comprueba en los 13 libros de los Elementos de Euclides, quien pensaba que la geometría era “una ciencia racional del espacio” aunque luego va más allá i dice: “Consiste en superar ese nivel especulativo y en concreto, poner los teoremas geométricos en dependencia de la razón deductiva, además de la intuición representativa”. La ciencia se aproxima a las cosas por la intuición, que es creativa de la mente del hombre a partir de la realidad, i desde las hipótesis se pasa a la deducción para generalizar i crear conocimientos. Esa es la función de la ciencia, i el LENGUAJE FORMAL DE LA CIENCIA, SON LAS MATEMÁTICAS. Amigo Mosquera, las matemáticas parten de la realidad, nunca de la nada. Lo que pasa es que, a partir de allí, hai tantos niveles de abstracción que, los grandes sistemas formalizados axiomáticos, parecen no tener ninguna relación con la realidad, pero la tienen. Lo mismo que nuevas disciplinas en un tiempo solamente teóricas o de juegos matemáticos como la Topología, pero que después han servido hasta para los vuelos espaciales. I para finalizar este bosquejo: el planeta Neptuno, fue descubierto por Leverrier, por cálculo matemático de un trastorno detectado en la órbita de Urano. I del mismo modo se descubrió el planeta Plutón. Busque libros de Carl Sagan o de Stephen Hawking, o cosas de astronomía, para que vea los maravillosos resultados de las matemáticas. Por eso no dudo que sirvan hasta para la construcción del socialismo i la vida misma. Averigüe sobre las matemáticas fractales. Descubrirá maravillas. Eso que cita de Einstein tiene su explicación, imposible de hacerlo aquí, pero sepa que él era determinista en cuanto al mundo porque pensaba que “Dios no juega a los dados”. Sin embargo por lo cual no pudo conseguir unas leyes comunes para el Macrocosmos i el Microcosmos (Teoría del Campo Unificado) fue por el determinismo en el primer cosmos i el indeterminismo en el segundo. Si desea saber algo más, escríbame. Personalmente me gusta aprender de los métodos que pueden implementarse para esos logros sobre socialismo i justicia, porque sería dogmatismo creer que para algo humano no puedan servir las matemáticas; recuerde el pensamiento que coloqué al inicio: Dios hizo los números enteros i lo demás es obra del hombre. Saludo sus inquietudes de conocimiento matemático, o mejor, metamatemático. La matemática es el lenguaje formal, de todas las ciencias.
robertojjm@hotmail.com