El Secretario de la Universidad de Carabobo confunde su papel

En el mes de Noviembre del año pasado, 2.008, se efectuaron las elecciones para escoger a quienes serían las autoridades rectorales universitarias, y por ende los regidores de los destinos de la Universidad de Carabobo; por cuatro años. Una vez electas sus cuatro autoridades comienzan a hablar y a dar sus opiniones, cualquier interesado en los asuntos universitarios buscó ávidamente las declaraciones y, ¡ah sorpresa!, allí no se encontró nada referente a la Universidad de Carabobo y sus problemáticas, nada sobre qué y como van a hacer para resolver algunos inconvenientes que afectan a los estudiantes, a los profesores, a los empleados, a los obreros; qué planes o proyectos van a poner en práctica sobre la planta física, sobre alguna reforma en materia de estudios, etc., etc. Pasado un mes de tomar posesión de sus cargos estas autoridades no han dicho ni una sola palabra sobre los planes a desarrollar en esa administración, nada, menos aun sobre algún programa de optimización en los estudios universitarios con la finalidad de lograr un egresado de alta calidad; o con la calidad técnica y/o académica acorde con los retos y exigencias actuales.

En verdad que la nueva rectora de la Universidad de Carabobo no ha dicho mayor cosa, igual ha pasado con los Vicerrectores, pero quien si ha hablado, y hasta por los codos, es el nuevo Secretario, pero en sus intervenciones no parece fuera el Secretario de la Universidad de Carabobo sino el secretario de algún partido político, bien sea: Secretario de Organización, Secretario de Profesionales y Técnicos, Secretario Político, Secretario General, o dirigente de cualquier otro secretariado que los partidos políticos acostumbran tener en su directiva; y es aquí en donde el Ciudadano Secretario de la Universidad de Carabobo confunde el importante cargo para el que fue electo. Da la impresión que el Secretario de la Universidad de Carabobo ha tomado la iniciativa de convertirse en el vocero político de la oposición en Carabobo y se expresa como tal cuando habla de: Que no son democráticas ni constitucionales algunas medidas políticas que toma el Presidente de la República. Que las autoridades gubernamentales nacionales debieran actuar como él dice para realizar esto o lo otro y así evitar ocurra tal o cual cosa. Que la enmienda es inconstitucional y que solo es un capricho del Presidente Chávez, etc., etc. Y diciendo cualquier cosa de tipo político pasa su tiempo el muy ilustre Secretario de la Universidad de Carabobo, pero nada de exponer sus ideas sobre aquellos temas que son de su competencia y que le están taxativamente señalados en la ley.

En fin, el Secretario de la Universidad de Carabobo en vez de dedicarse al control de estudios universitarios, al problema de cupo para los nuevos estudiantes, atender todo lo que se relacione con ofertas académicas, pensum, actas, protocolos, intercambios universitarios y esmerarse en cumplir con las otras y variadas atribuciones que puedan incumbirle, se ha trocado en el vocero político de los partidos de oposición al gobierno nacional. No, así no se puede hacer una buena gestión universitaria pues esto sería como pedirle peras al “horno”; sencillamente no es posible. Me da mucha pena escribir en sentido crítico sobre este asunto, pero creo es necesario decirlo públicamente para ver si estas personas reflexionan y rectifican en cuanto a la actuación como autoridades universitarias, porque de no conseguirse una mínima rectificación en el mal rumbo que se ve clarito llevan, seguro que los venezolanos lamentaremos profundamente cuando percibamos los defectuosos y desaboridos frutos de cada cosecha, es decir, la preparación técnica-académica de las futuras promociones de egresados universitarios. Es notario el lineamiento que llevan los nuevos administradores de la Universidad de Carabobo, por lo que habría que olvidarse de la búsqueda de la excelencia universitaria; paradigma de anteriores períodos rectorales.

No se piense que lo que se busca con este escrito es que alguien deje de tener sus ideas políticas y que no manifieste su opinión sobre los asuntos que atañen a la conducción de los destinos de la nación, no por favor, no, el deseo es que las personas que ocupan posiciones de relevancia dentro de una institución se den cuenta que tienen una labor que cumplir allí y que tal labor será buena o mala dependiendo del desempeño individual y colectivo que se ejerza, siendo siempre mala esa gestión si se asume el protagonismo en otras lides, ya que ese equivoco hará ganarse muy pronto la aversión de la mayoría de la gente; en este caso de aquella que desea un futuro de franco progreso para la Universidad de Carabobo.


joseameliach@hotmail.com


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José M. Ameliach N.


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