Un mensaje a los estudiantes

Hoy, tal vez más que nunca, debemos sentir una profunda tristeza por las luchas que desarrolla una parte del movimiento estudiantil en Venezuela. Sin darse cuenta se someten cada día a su propia descomposición y de una manera irracional se dejan arrastrar hacia una violencia que golpea su propia esencia. Nos referimos, por supuesto, a los grupos de estudiantes, impulsados, financiados y guiados por sectores de la extrema derecha nacional e internacional.

Poco a poco su accionar violento va desnudando el escaso valor de sus proposiciones. Respecto a esto Héctor Rodríguez, líder del movimiento estudiantil venezolano y presidente del Frente Juvenil del PSUV, hizo un llamado a los jóvenes y estudiantes del país a “no caer en los terrenos de la violencia, por el contrario, es necesario confrontar la violencia con el debate de ideas”.

Si revisamos la cronología de los eventos propiciados por el sector estudiantil de la derecha, aupados por Globovisión y los sacrosantos miembros de la iglesia católica, apostólica y romana, nos daremos cuenta que se trata de un espectáculo que marca pauta de dirección hacia una serie de sucesos. Sí, una serie de tristes sucesos marcados por la obsesión del derrumbe y el despojo. De verdad, no entendemos su lucha, porque no vemos que quieran construir, sino más bien quieren derrumbar, incendiar el sistema político, el Estado y la democracia, para luego darle paso a sus financistas, a sus a sus guías perversos de sus malas acciones.

Entonces aceptemos –como sin duda debemos aceptar- que tras ese grupo de estudiantes existen otros sectores de peso, de prácticas y métodos asesinos, comprometidos con el desmantelamiento del estado revolucionario y negadores del poder popular como mecanismo de la lucha por el cambio social. Por ello es que debemos estar pendientes del rumbo que pudieran tomar los acontecimientos y no permitir que esos grupos de estudiantes manipulados de las universidades privadas alteren y desestabilicen la tranquilidad de la República.

Ante la violencia que no cesa es necesaria la actuación del Estado con el poder y la fuerza legitima de sus instituciones para neutralizar a estos raros combatientes que desde las universidades se atrincheran en una lucha sin ideales, sin propuestas ni argumentos.

Lamentablemente, ellos arrastran a otros jóvenes que se suman al coro de los arreados, de los sin banderas, de los que marchan sin saber el rumbo hacia dónde los llevan.

Es lamentable que sectores osados de la derecha hayan logrado penetrar en esas mentes jóvenes para sembrar las semillas del caos, el odio, el racismo y la violencia. Ante esa estúpida acción de los estudiantes de las universidades privadas, de luchar contra la nada, quiero enviar este mensaje para decirles que su lucha está errada, porque precisamente, desde el gobierno se le llama a la verdadera transformación para construir una sociedad de verdad, pero ellos se empeñan en querer construir su presente y sus futuro arropados con la cobija del pasado. Hay que apelar a ese sentimiento de autoconciencia para enrumbar la lucha estudiantil hacia su verdadera esencia.


(*)Politólogo

eduardojm51@yahoo.es




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Eduardo Marapacuto(*)


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