La reciente cumbre de la OEA, realizada en la hermana República de Honduras, significó un notable triunfo diplomático para los países integrantes del Alba, que se constituye en una referencia, en nuestro continente, en materia de unión regional, en ella subyacen las bases de lo que deberá ser el organismo supranacional que habrá de sustituir lo que, hasta el presente, fue la OEA; la reivindicación de Cuba, como país integrante de este continente, marca el principio del fin de la hegemonía estadounidense y el comienzo de una nueva etapa en las relaciones entre nuestras naciones. Mientras, nuestro país se anotaba este triunfo diplomático, la dirigencia opositora daba nuevas muestras de su rol apátrida y dependiente de la voluntad imperial, Antonio Ledezma, el mismísimo “vámpiro”, se dirigía al senado brasileño para que, éste órgano soberano de esta hermana República suramericana, desestimara la voluntad de nuestra Patria de ingresar al Mercosur, dándonos evidencia de su condición de apátrida y enemigo de Venezuela, del territorio que lo acogió al nacer. No contento con esto, el “vámpiro” Ledezma frente a la acción del Indepabis contra el acaparamiento de bienes, en este caso, vehículos, llevada a cabo por el capo de Zuloaga, uno de los dueños de Globotoyovisión, acude al burdo argumento que: “si al señor Zuloaga le están montando esta olla, a cualquiera de nosotros nos pueden montar una olla peor” (La Voz, 4 de junio de 2009), como si fuera tan fácil sembrarle a una persona 26 vehículos en su residencia y después allanársela en presencia de medios de comunicación, públicos y privados; además que, el propio Zuloaga, admitió que dichos vehículos fueron adquiridos por sus concesionarios, desmintiendo con ello, las mentiras mediáticas creadas por el “vámpiro” Ledezma, para infortunio del mismo.
Esto nos explica, el por qué los patrones de esta dirigencia apátrida, que pretende hacer oposición al Gobierno Revolucionario, no le quedara otra, que importar mercenarios extranjeros para que vinieran al país a hacer oposición, tal es el caso, del español Vargas Llosas y demás dinosaurios de la derecha internacional; que, tal como era de esperarse, al ser invitados a debatir ideas por el Comandante Presidente Chávez, no hicieron otra cosa que huir, cobardemente, por la derecha, como lo hiciera días antes, la rectora Cecilia García Márquez ante el Ministro Acuña. Y estos, son los que pretenden darnos ejemplos de Democracia, pero no la practican, ya que no creen en la regla básica de toda Democracia: la confrontación de ideas, valga decir, el debate.
Y mientras nuestro Sistema de Justicia, viene dando muestras de activación y reimpulso, nuestra Asamblea Nacional recula con el mal ejemplo, designando a Nelson Merentes como presidente del BCV, solo roguemos que nuestro dinero ahorrado en esa institución, no vaya a parar en manos de sus “compadritos” de las universidades públicas, como ocurriera, recientemente, cuando este personaje estaba en Finanzas, en todo caso, reforcemos nuestra acción de Contraloría Social para que ello no ocurra, metámosle la lupa a esa gestión.
Y con esta apreciación nuestra, sobre esa designación, entramos de lleno al tema de las universidades, que ha estado sobre el tapete y no precisamente, sobre sus aportes al desarrollo nacional, sino por el lado más negativo, la ejecución de los recursos presupuestarios, cada año más crecientes, que el pueblo venezolano les aporta para su funcionamiento. Retomamos con ello, el tema que tanto enardeció a la rectora Cecilia García Márquez, y que algunos intentaron tapar quemando vehículos en interior del campo universitario. Nos llega un informe de los Profesores Miguel Alfonzo, representante profesoral al Consejo Universitario de la UCV, Ricardo Molina también representante profesoral suplente y Baldo Alessi, representante del Ministerio de Educación Superior ante esa instancia de cogobierno universitario, hacen público estos profesores una información suministrada por la Oficina Nacional del Tesoro (ONT), referida a la Universidad Central de Venezuela, la cual cuenta con 341 cuentas bancarias, distribuidas en 16 bancos venezolanos, cuyos saldos disponibles para finales de marzo del presente años son:
Tipo de cuenta | Cantidad | Monto (BsF) |
Ahorro inactiva | 6 | 9.959,65 |
Corriente inactiva | 9 | 178.267,82 |
Ahorro | 18 | 5.480.357,82 |
Otras obligaciones del sector público | 2 | 12.000.000,00 |
No definido | 19 | 42.211.528,60 |
Plazo Fijo | 12 | 53.029.829,46 |
Corriente no remunerada | 154 | 58.402.200,01 |
Corriente remunerada | 121 | 124.489.650,48 |
Total | 341 | 295.801.793,84 |
Se preguntan los profesores: “Si el presupuesto para el 2008 fue de 654.877.610,00 BsF, ¿295.801.793,84 BsF disponibles en cuenta no es el 45,16%?. Si el presupuesto 2009 asciende a 949.819.666,76 BsF ¿295.801.793,84 BsF disponibles en cuentas no es el 31,14%?. En estas circunstancias ¿cómo justificar un cierre técnico?. Si estimamos que la ejecución mensual esté en el orden de BsF 79.151.638,90 ¿el disponible en cuentas no es suficiente para funcionar 3 meses?” Acertada la pregunta, ya que universidades como la Carabobo, hablan de cierre técnico, solo le añadiría a la interrogante de los profesores, ¿no serían los estudiantes los grandes perdedores, si esas autoridades se salen con las suyas de cerrar las universidades para derrocar a Chávez?, ¿de cuándo acá las universidades tumban gobiernos legítimamente electos por el pueblo? ¿Serán locos?.
Más adelante los profesores se hacen una pregunta clave para el país, y los estudiantes en particular: “En cuentas inactivas hay BsF 188.227,47 ¿Será posible cerrar esas cuentas y disponer de ese dinero para dotar algún laboratorio?”, le añadiríamos nosotros, ¿Qué tan académicas son esas autoridades universitarias, que poco les importa la academia, valga decir, la formación de sus estudiantes?, y aclaran los citados profesores: “En estos montos no están reflejados los correspondientes a pago de nómina, pues la misma es enviada por la Opsu directamente a la universidad e inmediatamente la universidad deposita en cuentas individuales los sueldos…”, esto, en respuesta a la rectora Cecilia García Márquez, para quien el 80% del presupuesto se va en pagos de sueldos y salarios de su personal: “Los 600 mil bolívares fuertes de presupuesto alrededor de 85% son para pagar los sueldos y salarios y son casi 120 millones de bolívares fuertes los que le queda a la universidad para funcionar (…) La universidad se mantiene abierta a pesar de tener prácticamente un cierre técnico…” (El Universal, 22/04/2009), evidentemente, la rectora ejerce su función de mentir muy bien, esa no es la cifra correspondiente al presupuesto asignado a la UCV para el presente año. La mentira se ha constituido en un atributo esencial para ser de derecha.
Mucha tela queda por cortar en materia presupuestaria de las universidades nacionales, no será una auditoria la que aclare el problema, una institución en la que auditorias anteriores, han evidenciado que es inauditable, no será ahora que ponga en evidencia sus distorsiones y corruptelas; será su transformación y democratización la que permitirá reconducirla por senderos de honestidad y transparencia, la Asamblea Nacional sigue en mora con esta tarea que reclama con urgencia el pueblo venezolano, a ella hacemos nuestro reclamo.