“Debo comenzar comparando que mientras Estados Unidos logró superar su dependencia de las importaciones petroleras gracias a la tecnología, Venezuela no ha logrado diversificar la economía para superar su dependencia de las exportaciones petroleras; eso, gracias a este modelo económico fracasado, que nos ha hecho aún más dependientes”. (Las negritas son mías de ahora en adelante), son palabras del diputado Omar Ávila correspondiente a un artículo remitido al diario el Nacional, “¿Cuáles medidas?” en fecha 12 de enero del 2016.
En verdad nuestro país ha pasado por diversas experiencias de reformas del modelo económico, no ha podido hasta hoy cambiar el patrón de desarrollo económico y de crecimiento, ni el modelo rentístico petrolero, el del capitalismo sustitutivo de importación promovidos por la Comisión Económica para la América Latina en los años de postguerra. El del capitalismo de estado con sus respectivos procesos de nacionalización petrolera, pero tampoco el socialismo chavista del siglo XXI. Todos han sido absorbidos por la cultura rentista petrolera, por los vicios arraigados tanto en la producción del capital privado como en el consumo de los ciudadan@s.
Hemos sido siempre dependientes del petróleo, de los ingresos por exportación, para atender las necesidades desde insumos, tecnologías, equipos, máquinas, materia prima, etc hasta bienes de consumo alimentario, de higiene y hasta tan vitales como medicamentos como hoy se pone en evidencia con la caída de los precios de petróleo a 24 dólares el barril, colocando a la industria petrolera y al Estado venezolano en no menor dificultades como también a la sociedad venezolana dada la situación de desabastecimiento a causa de la caída de las importaciones, situando al país en vulnerabilidad social y económica. Agreguemos a ello, que los Estados Unidos ha estado sacando beneficios de la guerra invasiva en Irak, Libia, saqueando su petróleo y por si fuera insuficiente para su despilfarrador patrón de consumo, aplica fracking de los esquistos en su territorio, contaminando el ambiente y el planeta siendo la nación más ineficiente en el consumo de petróleo si se compara con China.
¿Qué ha fracasado? El ingreso del petróleo por exportación ha sido distribuido de manera desigual en el país, a lo largo de más de un siglo hasta la revolución bolivariana, la renta petrolera ha sido distribuida de modo desigual, solo que en el período de Hugo Chávez Frías, esa brecha se fue reduciendo con las políticas de atención social que inauguraron las misiones socialistas, sin embargo, la venta de los dólares no dejo de venderse a la burguesía importadora y productora, acentuándose la concentración del ingreso, con la muerte de Chávez se aceleró un proceso de desinversión en el país, un proceso de desindustrialización creándose un índice de escasez superior al 60% donde de cada 10 productos solo se consigue 6 o menos.
De la mano de la desindustrialización y del congelamiento de las inversiones, la paralización del aparato productivo, el trabajar por debajo de la capacidad instalada desde el 2008, las incesantes batallas políticas opositoras contra Chávez hizo de la economía un instrumento de chantaje político, de los bienes de alimentos, medicinas y de higiene, medios de presión económica al gobierno socialista de Nicolás Maduro, el fin fracasar la revolución bolivariana.
No olvidemos que el gobierno chavista sustentó la política de importaciones y de subsidio a 6.30 para alimentos y medicamentos para contrarrestar la guerra económica de desabastecimiento, de extracción o contrabando de productos (el bachaqueo), desviándose el beneficio hacia otros países por parte de personas inescrupulosas que se lucraban de esos negocios fraudulentos para la exportación o importación, en todo caso el resultado fue el mismo inducir hacia el fracaso del modelo de inclusión social que hasta ahora ha podido lograr con eficiencia el chavismo redistribuyendo la renta nacional, allí está la mejor prueba estadística del índice de desarrollo humano, posicionando al país como nación de un alto índice de desarrollo humano.
Pero los asuntos sociales se han descompuesto, se han desviado los beneficios del subsidio, las importaciones se desviaron de sus destino, se especularon con los dólares, se fugaron al exterior, se lucraron con dichos dinero-capital, los agentes económicos privados apostaron a la paralización del aparato productivo privado, el gobierno no pudo sostener las experiencia socio-productiva, las experiencias de producción social, quedaron atrapados en la cultura capitalista, en los vicios de la viveza criolla, de la explotación del trabajo, del robo y el saqueo, deteniendo el proceso de empoderamiento económico tanto en el campo como en la ciudad.
Podemos decir con propiedad que ni las expropiaciones públicas del estado de las empresas han sido efectivas como tampoco las empresas privadas han logrado ser eficientes desprejuiciándose en atender las necesidades sociales, la demanda de la población venezolana, las empresas han sido utilizada con fines personales, aprovechándose de las necesidades públicas para hacer políticas desde el chantaje y la presión social.
El resultado es que las fuerzas económicas en general no han podido trascender el modelo rentista, el capitalismo rentista, solo el chavismo ha podido desde la política de la inclusión social, trascender la desigual distribución de la renta nacional, deuda social acumulada durante más de medio siglo, logrando exitosos indicadores sociales como plataforma de desarrollo, se invirtieron más de 500 mil millones de dólares en el lapso de la revolución bolivariana, de condiciones atractivas para la inversión privada, solo que por motivos de prejuicios políticos le ha sido imposible superar las barreras científicas y tecnológicas como a la clase trabajadora le ha sido difícil superar los hábitos de explotación del trabajo, el infantilismo de la dependencia del capital.
De modo que seguimos infantilmente dependiente, a más de un siglo seguimos sin independencia científica y tecnológica, dependiente de dólares para producir o exportar, seguimos sin las claves del desarrollo, incapaces de transformar la industria, de formar cadenas sustentándonos en el petróleo, en la petroquímica, en plásticos industriales, en los minerales estratégicos, en la trasformación del hierro, del aluminio, en bienes exportables para captar divisas, todo porque el capital privado desea ir por su lado de espalda al Estado, creyendo en la economía del mercado.
Luego admite el diputado Omar Ávila que “Es lamentable admitir que no solo aumentó nuestra dependencia del petróleo y de las importaciones, sino que, además, desestimularon el trabajo en favor del clientelismo y el rebusque, acabaron con los salarios y ahorros de los trabajadores, cerraron el paso a la empresa privada, dispararon la inflación, pulverizaron el bolívar y desaparecieron la comida, entre muchos otros “logros” del modelo fracasado de controles en la economía venezolana”.
Aumentó nuestra “dependencia del petróleo”, no solo el Estado, sino también el mercado privado, vemos las empresas privadas hasta la Polar como complejo industrial solicitando dólares para renovar sus procesos industriales importando materia prima auxiliares, por lo que dada la situación de la caída de los precios del petróleo tuvo el gobierno que recortar la venta de divisas, los dólares que produce la industria petrolera, luego del fraude de las empresas privadas, las empresas de maletín que desfalcaron al país con actividades especulativas, prefiriendo depositar en el exterior sus capitales mal habidos que invertirlo en el desarrollo industrial, podemos decir sin temor a equivocarnos, que el capital privado terminó haciendo lo que a lo largo de la República ha hecho, clientelismo dependiente del Estado, así como ciudadanos y ciudadanas, ahogados por la hiperinflación apelando al rebusque de dólares viajeros”.
El pago de la deuda, la fuga de capitales y de divisas han terminado por erosionar las reservas internacionales, conduciendo a la fijación de tres tipos de cambio, distorsionando la fijación de precios, pero no menos ha hecho y peor aún las pagina del Dólar Today para captar divisas y devaluar el bolívar, disparando la inflación, pulverizando el bolívar, empobreciendo a la población, obligando a revertir los avances del desarrollo social alcanzados hasta el 2012, encareciendo el nivel de vida, asfixiando la familia económicamente, obligando a fracasar el modelo, endosando la responsabilidad el capital privado venezolano apátrida al gobierno.
Señala el señor diputado Ávila que “No es un secreto –y ha quedado en evidencia– que los controles asfixian la economía. Revisando los acontecimientos internacionales, encontramos que el presidente de Argentina, Mauricio Macri, les ha devuelto a sus coterráneos la libertad para comprar y vender dólares”. El diputado al parecer quiere llegar al meollo del problema, a que el gobierno venezolano venda libremente de acuerdo a la oferta y demanda los dólares de la nación a quienes tienen más capacidad de compra, y a los que menos tienen vendérselo en las mismas condiciones que fije el mercado, sin importar las condiciones desiguales de poder de compra, ni las necesidades sociales, solo se guía por el interés privado.
¿Asfixian los controles la economía? Cómo lo asfixian, será la limitaciones de dólares la que asfixian la economía privada?, ¿qué haría un gobierno neoliberal al servicio de los empresarios capitalistas, solicitar dólares del Fondo Monetario Internacional de la banca Mundial hipotecando los activos de la nación para satisfacer las necesidades de importación?. No hay duda, el diputado Ávila desearía la libre oferta y demanda de dólares a cuenta de los dólares que produce la nación solo que para cancelarlo tendría el país que devaluar el bolívar frente al dólar, fortaleciendo la capacidad de adquisición del dólar en manos del acreedor, endeudando al país a los niveles de vuelta a tal dependencia financiera y comercial que critica el mismo diputado.
En tanto; dice Ávila: “En días pasados, Maduro lanzó un paquetazo de medidas tributarias con el único objetivo de buscar recaudar más bolívares para cubrir el déficit fiscal. En lo personal, considero que el aumento del ISLR de 34% a 40% puede desestimular aún más el ya deprimido sector empresarial, y con ello profundizar la recesión económica. Eliminar el ajuste por inflación en una economía hiperinflacionaria como la nuestra, cambia la naturaleza del impuesto sobre la renta y lo convierte, de hecho, en un impuesto al patrimonio confiscatorio”.
Parece que el señor diputado no ha despertado de la espantosa situación creada por la caída de los precios del petróleo, el déficit de las finanzas públicas, los niveles de inflación, la escasez producto del recorte de las importaciones, el aparato productivo detenido por falta de divisas, que ha obligado al Presidente Nicolás maduro optar por medidas especiales económicas sin descargar la crisis sobre los salarios de los trabajadores, a diferencia del capital privado cuyos ajustes silenciosos de los precios, ha significado un despojo de la estabilidad económica de la familia, por el contrario, las medidas del Presidente Obrero ha sido pechar a los más ricos, con el aumento del ISLR, a las transacciones económicas, eliminar el ajuste por inflación para evitar las evasiones de impuestos del capital privado, sin justificarse ningún deprimido sector empresarial, dado que en este ciclo entre el 2008-2015 ha venido deprimiendo por si mismo el aparato productivo, sosteniéndose con sus ganancias acumuladas para desestabilizar el gobierno.
Se queja el diputado Ávila, siendo un diputado de la República, un servidor público, “un diputado del pueblo”, sucede que se comporta más como agente del capital privado, un defensor de los intereses privado, reclama quejándose, “Por otro lado, regresa el nefasto impuesto al débito bancario –bajo el nombre de “impuesto a las transacciones financieras”– un mecanismo de “economía de guerra”, recesivo y altamente inflacionario. En fin, lo que Nicolás anunció es cómo les meterá la mano en el bolsillo a los venezolanos, pero no anunció qué sacrificios hará el gobierno y cuáles gastos va a recortar para reducir el déficit fiscal; por el contrario, sigue aumentando la burocracia al crear cinco nuevos ministerios que generan gastos excesivos a la nación”.
Quien ha hecho la economía recesiva el gobierno estimulando la demanda con los aumentos de salarios, cuatro en el plazo de un año, o la empresa privada, congelando el aparato productivo, hiperinflacionando la economía, deprimiéndola, haciéndola recesiva, frenando el crecimiento económico, todo porque el gobierno interviene en ella, para regular las distorsiones que crea la competencia del capital privado, de manera que los impuestos son recesivos, no los precios elevados que deprimen la demanda, así que el diputado Ávila no se queja de la inflación sino de los impuestos públicos con que se le paga su dieta, inconscientemente el diputado ignora de donde sale su salario, sino de las finanzas públicas a menos que presuntamente reciba honorarios por defender el capital privado en la asamblea nacional.
Así pues el impuesto a las transacciones financieras al capital servirá para cubrir el déficit fiscal, tomando en cuenta el que más gana, preocupados por el sacrifico del gobierno al parecer le parece poco los recortes del ingreso petrolero, el sacrifico fiscal para mantener el aparato burocrático, del cual forma parte el diputado Ávila, las misiones socialistas, los derechos sociales y económicos de los trabajadores venezolanos. Entonces no es al bolsillo de los trabajadores, de los venezolanos que le meterá mano el gobierno sino al que más se ha beneficiado de la renta petrolera, el que más ha ganado de sus actividades capitalistas, industriales, comerciales y financieras.
Concluyendo nuestro “diputado del pueblo”, entre comilla aclaramos porque pareciera más diputado de la burguesía, diputado del capitalismo en defensa de los intereses del capital, preocupado más por el aparato productivo de ellos, del efecto de los impuestos en las ganancias, que del fisco nacional, de fortalecer la hacienda pública, el patrimonio nacional.
Dice finalmente el diputado capitalista, “El pueblo venezolano, además del recorte del gasto público, estaba esperando que anunciara las medidas para reactivar la economía, el empleo, el poder adquisitivo, la producción, el abastecimiento, y erradicar la inflación. Estas son las medidas urgentes que piden los ciudadanos, hasta los que aún simpatizan con el oficialismo”. No hay duda esas son las intenciones, pero un país lo conformamos todos y todas, no es posible que el gobierno haga sacrifico en inversiones y el capital privado no haga sacrificios, condiciona las inversiones privadas al desmantelamiento de los controles y las leyes, sin importarles el bienestar social, la angustia de las colas, la escasez del pueblo, solo le interesa acumular capital y no democratizar la producción social, ni la distribución, solo concentrarla en pocas manos. He allí una salida, democratizar la económica, crear nuevos actores sociales y económicos responsables de la economía social.
Por último; apunta Ávila “En resumen, el gobierno es incapaz de cambiar este modelo fracasado, ante esto seguirán perdiendo apoyo popular; y ante este panorama, no tengo la menor duda de que la propuesta de cambio de gobierno será unitaria, constitucional, democrática, pacífica y electoral. La mayoría de los venezolanos estamos claros en que no queda otra que cambiar el gobierno para poder tener la libertad económica y el progreso que queremos”. El dilema de la oposición en los últimos 17 años es que ha debatido en largas batallas desestabilizadoras del país, paros petrolero, guarimbas, asesinatos, crímenes públicos, fraudes electorales, etc, todo con agotar la confianza en el gobierno, y en las ultimas elecciones del 6 de diciembre lo lograron finalmente bajo una coyuntura petrolera desfavorable para el país, en nombre del cambio, del giro hacia la derecha.
Indica Ávila: “La destrucción del país es tan grande que debemos pasar la página del 6-D, enfoquémonos en la agenda legislativa y en definir una ruta democrática y constitucional para cambiar al gobierno. Estoy convencido de que Venezuela tiene cómo y con qué salir adelante. Pero no es cambiando a unos ministros por otros que piensan igual. Este “nuevo” gabinete económico integrado por comunistas no es capaz de producir una rectificación. Insisto, hace falta cambiar el modelo fracasado de controles en la economía por uno de libertad económica”.
La destrucción del país, el modelo fracasado son productos del plan desestabilizador del país, aunado de las provocaciones del gobierno de los Estados Unidos, Colombia, Guyana, prueban entre otros, la idea de cambiar el gobierno de izquierda por otro de derecha, de cambiar ministras de izquierda por otros de derecha, de ministros y gobernantes socialistas por otros defensores del capitalismo, de la liberación de la liberación de precios o de la inflación, de la libertad cambiaria del dólar devaluando el bolívar, de empobrecimiento de la población con la desregulación del estado, ésta es la rectificación que exige el diputado “público”, del estado, para vergüenza de la nación insiste en cambiar un modelo basado en la inclusión social por otro basado en el progreso privado, en la libertad económica de los empresarios.
Al parecer el diputado Ávila al parecer desconoce la historia más reciente de Venezuela, asombrosamente un diputado de la República desconoce los sucesos del caracazo, de la sublevación del pueblo ante la aplicación de los programas neoliberales en la década de los 80 y 90 del siglo XX, ignorando del modo despreciativo, procede el diputado, sin importarle cuales consecuencias se podrán desatar hoy, fracasó el neoliberalismo en América Latina, sin embargos sus testaferros insisten en encadenar de nuevos dichos país, someterlos a la neo dependencia, y en especial a Venezuela, para saquear el petróleo de la faja del Orinoco Hugo Chávez Frías, claro las fuerzas sociales chavistas no lo permitirán, defenderán la revolución nacionalista, antimperialista y socialista al lado del pueblo.