Mi artículo “Aceleremos
la caída capitalista aunque nos cueste sangre, sudor y lágrimas”
ha sido muy criticado en varios portales de Internet. En el mismo, este
humilde servidor, trata de aportar soluciones para evitar la quiebra
del Estado, después de que el Estado quiebre el bolsillo de la clase
obrera. Lo que ha levantado ampollas entre los enajenados (que mañana
se sentarán a ver el partido inaugural de la copa del Mundo de fútbol
sin ser conscientes de la realidad) ha sido, fundamentalmente este
párrafo:
“En España surgen
voces que piden la renegociación de la deuda, que significaría entrar
en una espiral diabólica sin salida posible. Asoman aumentos
de impuestos, copago sanitario y en educación (…) nuevas rebajas
de salarios y puñaladas a las pensiones públicas. La economía española
ha sido más ficticia que real, pues se ha basado en la especulación
y en dinero inexistente (…) Se hace necesario declarar la
suspensión
de la deuda, expropiar la banca privada e instaurar un Gobierno
Provisional
que excluya a corruptos y ladrones. Ni zapatero, ni Rajoy podrán
resucitar un cadáver”.
Después de aguantar
el chaparrón, resulta que el Banco Mundial afirma que la situación
económica española es "muy grave”, los medios hispanos dicen
que el plan para rescatar bancos y cajas en apuros ya no tiene fondos
(consecuencia de una economía ficticia basada en dinero virtual al
que hice alusión), que no hay un euro en caja, pese a que el Estado
tiene que pagar 23.000 millones de intereses antes del 31 de julio,
y, añaden, que vender bonos o letras del Tesoro para recaudar dinero,
genera nuevos intereses que hay que volver a pagar, o sea, la espiral
diabólica sin salida que yo citara.
Las maniobras actuales
de los países de la Unión Europea (UE) están abocadas al fracaso.
La crisis ya no se puede sufragar a costa de la deuda externa del Tercer
Mundo y las políticas económicas neoliberales (en las que ni siquiera
cree su “inventor”, Fukuyama) fueron experimentadas en América
Latina con un rotundo fracaso. Las salidas que proponen los medios
españoles
de la burguesía, van en la dirección de radicalizar aún más el
neoliberalismo.
Mi punto de vista es diferente; sin embargo no lo considero ni
revolucionario
ni socialista, el socialismo (inevitable), vendría después.
Nacionalizar la banca
privada, expropiar sus activos (nuestro dinero, regalado por el Estado
a costa de su propia ruina) y crear una única banca pública que conceda
préstamos a las PYMES (que son las empresas que generan empleo en este
país) haría caer el paro de inmediato. Eso (a la vista está) no lo
llevaría a cabo ni el PSOE ni el PP, de ahí la necesidad de excluirlos.
Las medidas que está adoptando la UE conducen a un desastre del que
pocos podrán salvarse, quizás Alemania y alguno más. España desde
luego, no.