“Odiar es un despilfarro del corazón, y el corazón es nuestro mayor tesoro”
Muchas veces el llamado sentir subjetivo es muy fundamental. Cuando las revoluciones se burocratizan no es una fatalidad en si mismo, como lo analizó Robert Michels en su estudio, de la relación con el poder, del partido alemán creado por Karl Marx y Federico Engels. Aunque la burocracia es hija directa de la escasez, y de la división que existe entre el trabajo manual, y el intelectual, que se apoyan, principalmente, en la aceptación del mando por los subordinados, producto de su poca preparación, de conciencia, y de organización.
La burocratización se debe más que todo, al grado de conciencia, y la no resistencia de los que la padecen, y qué muchos, la creen necesaria. Aunadas a decisiones políticas erróneas las multiplican. La represión contra la oposición, y los aliados, y la supresión de las fracciones en el partido comunista soviético, confundió al partido comunista con la clase obrera (que era plural) fusionándola con el Estado, ya que era un órgano capitalista, corrompiéndola y burocratizándola. Stalin fue el resultado de ese partido/estado único/ monolítico. En Venezuela, el fracaso del propósito de controlar todo el aparato productivo esta desquiciando la economía, llevándonos al comercio importador. Todo esto le asesta un golpe durísimo al proyecto de democracia socialista en Venezuela, y refuerza la burocratización.
Hoy Venezuela necesita severos controles jurisdiccionales, sobre la corrupción. Y no sobre los ‘críticos’ que luchan por una verdadera democracia socialista (Art 2. CRBV). Se necesita, una prensa, publica y privada creíble, y abierta donde no donde opine sólo la burocracia gubernamental, y donde exista un debate amplio y plural a nivel de las masas, sobre los caminos que podrían adoptar la economía y la sociedad para asegurar un consenso democrático. Se necesita un programa de ataque a los privilegios, y de un verdadero control popular sobre los aparatos del estado, fomentando y apoyando experiencias de autogestión ciudadana, con organismos eficaces que coordinen las mismas. Hay que permitir la libre expresión y la discusión de las diversas ideas, que existen en la sociedad venezolana. Y la de los partidos que conviven conflictivamente, actualmente en el país
Esto hay que decirlo con sinceridad. El experimento totalitario del siglo XX fracasó en sus modos de organizar la sociedad para la producción. Al ciudadano no hay que cortarle la capacidad de valerse por si mismos, a la espera de que el papá estado les dé, o les resuelva, les asigne, etc. Esto prostituye el carácter de las personas y genera, un chantaje de que al estado se le debe todo, cuando es el estado el que le debe a la gente, que es la que produce, pues el estado capitalista es parásito, improductivo, ya que no genera lo que debe generar, que es orden y eficiencia. Ya todo se sabe, ya están todas las cartas sobre la mesa para el 26-S. Pero siguen las contradicciones, el no hablar claro, el no tener al pueblo en igualdad de condiciones, y una elite cagándose en la asamblea nacional y en la opinión de la mayoría de los venezolanos, cuando se elude el tema de la inseguridad.
Realmente, www.aporrea.org no está en línea con la burocracia inmovilista, con la nueva clase política privilegiada, con los corruptos que muchos revolucionarios combaten.
El pueblo venezolano se esta cansando de ser usado a capricho por la cúpula bolivariana des gobernante. La resistencia pasiva que se manifiesta en la apatía al trabajo estatal, la asistencia a las masivas marchas obligadas, la delación como política de estado, la desconfianza entre hermanos. Parece estar llegando a su fin. Los abusadores lo saben y tienen el miedo propio de las que se sienten culpables de tantos abusos contra el pueblo indefenso. La etapa en que el pueblo revolucionario tome la justicia en sus manos se acerca a pasos agigantados. Nada podrán hacer la dirigencia carcomida por la corrupción, la ineficiencia, el chantaje.
Percasita11@yahoo.es