La sociedad moderna debe ser estructurada bajo una concepción humanista que llegue a los sectores más humildes del Estado venezolano y que conforme una argumentación descriptiva de la antropología nuestra y, nos lleve a la conformación critica de un nuevo ideal nacional, donde se afiance la idea del retorno al campo, por parte, de ese gran sector campesino que reside en las zonas suburbanas de las grandes ciudades. Hay que resolver los paradigmas anclados en los núcleos de poder y regresar a una concepción comunitaria más amplia, donde se exponga nuestro reencuentro con la identidad de nuestros ancestros. El país gira hacia un nivel de conciencia que adversa el burocratismo y determina vacíos de poder que aniquila la concepción social de los centros urbanos organizados, que, trazan sus metas hacia un dimensión geopolítica novedosa para levantar criterios de esencia popular que elevaran nuestra acción social hacia los necesitados y se convalidaría con una transferencia de poder y una mejor asistencia sanitaria.
Estamos de fiesta, será hasta el 2012. Serán jornadas de trabajo que deben fluir hacia un respeto del ciudadano y expresar contundentemente que existe un solo camino para valorar el ejercicio democrático. Estamos frente a un proceso democrático que tiene sus lapsos para lograr la ruta final, equidad social para la familia en base a una democracia participativa y socialista, es el nuevo enfoque mundial del acontecer de los pueblos que ameritan una interpretación ideológica y humanista de su realidad humana como antropológica.
La Ideología es una forma conceptual de organización social para avanzar hacia nuevos basamentos políticos que determinarán la efervescencia de una realidad sociopolítica, donde todos los ciudadanos nos encontramos vinculados para desarrollar programas que determinen una posición cultural ante la historia. Venezuela se perfila hacia un nuevo estilo de gobierno, bajo la convivencia de otros países que integran su contexto continental para forjar la unión de los pueblos. Esta coyuntura histórica, nos adentra a la formación de partidos organizados que tengan un sentimiento nacional y luchen por sus ideales. Basta ver los tarjetones electorales para visualizar organizaciones que no reúnen las condiciones estadísticas para aparecer allí, solo resta la conformación de los colegios electorales para percibir esa gran verdad.
La multiplicidad de modelos, reflejados en el proceso de adecuación democrática debe representar un solo criterio válido para determinar un ideal único en la conformación de ese proyecto bolivariano que tuvo sus primeras voces de aprendices en el año 1971 cuando ingresamos a la universidad y cursamos una asignatura llamada Seminario Bolivariano. Esto, nos lleva a comprender un conjunto de axiomas que nos lleva a una diversidad de teorías, pero, en el fondo encontramos la voz libertaria de Simón Bolívar, eje de este importante movimiento clásista y latinoamericano.
Se debe acabar la ideología del odio y buscar la paridad del conocimiento a través de la interpretación de nuestra historia. En un sentido amplio y convincente, todos debemos ser bolivarianos. Con nosotros, debe seguir caminando Bolívar, bajo la estigmatización de una sola fuente de poder, el pueblo. El cual debe ser organizado y disciplinado para la lucha popular y seguir soñando, con la nueva patria y preservar los ideales dados en estos años de organización social. El pueblo, debe tener su voz propia y libertad para declarar sus propios paradigmas.
*Escritor
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