La lealtad es un corresponder, una obligación que se tiene con los demás, es un compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos, es un valor, pues quien es traidor en definitiva se queda solo. Cuando somos leales, logramos llevar nuestra entrega a su etapa más profunda y elevada, es una llave que nos permite tener auténtico éxito cuando nos relacionamos, es un valor que no es fácil de encontrar.
Es, por supuesto, más común aquella persona que al saber que puede obtener algo de nosotros se nos acerque y cuando dejamos de serle útil nos abandona. Es nuestro deber el ser leal a aquellos que de alguna manera depositaron su confianza en nosotros, demostrando incondicionalmente de nuestra parte todo nuestro potencial y fidelidad , esta es la energía que viene hacia nuestro interior cuidando nuestras actitudes y pensamientos, desarrolla en nuestro ser la conciencia plena, transformándonos en la creación más elevada de un ser humano.
Como vemos, la lealtad se relaciona estrechamente con otras virtudes como el respeto, la responsabilidad y la honestidad con nosotros mismos y con los demás También podemos ver como actitudes desleales, las críticas que se hacen de las personas, haciendo hincapié en sus defectos, lo limitado de sus cualidades o lo mal que hacen su trabajo o conducción en cualquier campo o actividad, o dejar una amistad por razones injustificadas considerando que son de poca trascendencia o valor para nosotros.
La lealtad es la consecuencia de un sentimiento afectivo, es el resultado del discernimiento propio para elegir lo que consideramos que es correcto, si se coloca como valor fundamental al alcance de objetivos personales se pierde el sentido de cooperación, la persona que participa en una actividad sólo por el éxito que se tiene, fácilmente abandona la empresa porque las cosas no salen bien o simplemente deja de obtener los beneficios que tenía en mente para su propio beneficio personal. Lo importante es vivir y sentir esa virtud por lo que representan para nosotros, y por las personas que en algún momento expresan un pensamiento que coincide con nuestros ideales y nos identificamos con él.
Con todo lo anterior veremos que aún sin darnos cuenta, las relaciones que hemos sabido mantener se deben en gran medida a la vivencia del valor de la lealtad. Podemos encontrarnos con insultos, amenazas, calumnias, son sus armas que poco dicen a favor de quien las utiliza, alianzas pactadas en la sombra, porque no se atreven a obrar a la luz del día, aprovechar debilidades ajenas para lograr sus objetivos, jugar descaradamente y sin principios con deslealtades.
Y en medio de todo esto, está en juego la fidelidad y honestidad propia, tener la conciencia tranquila, las ideas claras, tener a favor el propio discernimiento y voluntad de acción. No importa recibir una serie de golpes, por muy traicioneros que sean por mantener incólume nuestra convicción, es el enfrentarse a quien sea, defendiendo nuestros principios más honestos, y que la bajeza y ruindad de algunos no nos intimide, porque en definitiva somos y sentimos el sentido de lo que significa la lealtad bajo cualquier condición adversa.
LA VERDAD NOS HARA LIBRE Y ESTA CON EN LA REVOLUCION BOLIVARIANA
PATRIA SOCIALISTA O MUERTE ¡¡¡VENCEREMOS¡¡¡