La cultura de la corrupción e inseguridad debe ser erradicada del Estado Carabobo, con el esfuerzo de todos los valencianos y quienes hacen vida activa en la región. Es un largo período de inestabilidad política y carencia de valores para dar lugar a una debilidad cruenta de las instituciones oficiales. Ya no se puede caminar pequeños recorridos sin ser asaltados, hasta en las alcabalas móviles, los ciudadanos somos matraqueados, incluso, jóvenes soldados, ubicados en el puesto del Paseo Las Industrias se dedican a exigirles a los conductores cuarenta(40) bolívares fuertes de colaboración. Esta situación viene debilitando los cuerpos de seguridad pública y distorsionando el perfil de vida de cada venezolano que ama este país. Debemos recuperar las fuerzas para reorganizar a la nación y ser verdaderos militantes de una democracia socialista que batalla por tener un Estado saneado, una policía y un ejército saneado.
Deseamos un Socialismo del Siglo XXI abierto para las nuevas generaciones, más no dogmático. El Socialismo es una cultura netamente democrática, donde ha de descubrirse la más minima estigmatización social para desarrollarnos en una economía netamente ecológica y avanzar en la documentación de la historia. Es pasar del mito y la retórica hacia el verdadero campo dialéctico y así, darle campo a una biodiversidad donde todos, estamos incluidos.
Por esto, hay que defender el mercado empresarial y el control del gasto público, para, tener oportunidad de atacar la inflación con toda su caracterología y romper con las ataduras del liberalismo y la penetración corrupta en los niveles de poder del Estado, señalados al comienzo de ésta columna. En consecuencial el socialismo nunca atacara a la democracia, sino que la abordará para darnos un pilar en el mundo, basado en la credibilidad del nuevo tiempo.
Estamos en un trance de la nueva sociedad socialista, que, hacia America Latina fue abordada por Ernesto Guevara de La Serna para fomentar una serie de privilegios hacia una minoría que se encontraba en una pobreza atroz y que llevaba al rompimiento de la sociedad capitalista. En Latinoamérica, hemos venido luchando ferozmente contra el Islam, el Catolicismo y el Protestantismo. Tres flagelos fuertes del dogmatismo religioso que destrona la libertad consensual y que ahora, viene acompañando al mundo del narcótico para conformar grupos humanos anarquizados, armados y combatientes.
Lo cierto es que, estamos en la oportunidad de construir una sociedad fuerte y socialista, pero respetando la empresa privada, la cual debe ser resguardada y verdaderamente controlada por el Estado, para no crear prismas de desconcierto en los núcleos de expansión económica.
La Reforma es necesaria, pero, quienes son los hombres que coordinaran este proceso, desearíamos conocerlo. Ya basta de trogloditas y campechanos. Exigimos, verdaderos hombres de levante revolucionario y democrático para que laboren en un campo verdaderamente tecnológico y social.
emvesua@cantv.net emvesua@hotmail.com