CEMENTO Y CABILLA: PRODUCTOS ESTRATEGICOS PARA GANAR O PERDER.
Cuando se anunció la nacionalización de las Cementeras y se dijo que era para abaratar el costo de un insumo indispensable para la construcción y que como consecuencia el precio de la vivienda iba a bajar, muchísima gente sintió un fresquito, sin dejar de mantener una dosis de escepticismo; pasado algún tiempo no bajó el precio del cemento, ni bajó el precio de las vivienda, es decir la dosis de escepticismo pudo más que la alegría de tísico, sobre todo en un nada despreciable número de venezolanos, que con mucho sacrificio levantan sus viviendas, las reparan, amplían o remodelan.
Las ferreterías que es donde acude normalmente quien necesita una o varias pacas del preciado material, siguieron vendiendo por encima de los 30 bolívares; como se dispuso, que los consejos comunales, se encargaran de comercializar el producto, lo que sucedió es que se formaron pequeñas mafias, que para colocar en lista a quienes logran integrarse en ella, hacen que la gente o se baje de la mula o pague más de lo estipulado; muchos de quienes aspiran a beneficiarse se encuentran con alcabalas y generalmente con la respuesta muy común; “ya se acabó”. En definitiva las personas tienen que caer en las garras de los especuladores de las ferreterías o de las ventas de materiales para la construcción que al parecer jamás son fiscalizadas, ni por el SENIAT ni por INDEPABIS, organismos que sin mucho esfuerzo podrían comprobar lo que aquí se dice. Por otro lado cuando la persona solicita la factura, le entregan o una factura de esas que venden en las papelerías sin las características de las autorizadas por el SENIAT, o si le entregan ésta, lo hacen por menos cantidad, para que no quede prueba del sobreprecio y si alguien protesta con decirle que “o lo lleva o lo deja”, tienen.
Es decir la mafia del cemento que supuestamente se iba a acabar con las nacionalizaciones sigue vivita y coleando y más bien incrementada por algunos vivos que se escudan tras los consejos comunales para hacerse a unos realitos extras.
Ahora veremos si la historia se repite con la cabilla, me imagino que ya los mafiosos, estarán afinando sus estrategias para ver cómo especulan y aquí en el Táchira como sucede con frecuencia, mucha gente tendrá que acudir a buscar las cabillas venezolanas a Cúcuta, porque seguro que para allende la frontera habrá salida libre por los caminos verdes o de otro color.
Esta problemática que conduce inevitablemente a que una vivienda que comúnmente costaría entre 200 y 300 mil bolívares fuertes, al menos aquí en la capital del Táchira está por los 800 mil y 900 mil, algo insólito y a lo que no se le pone coto a pesar de que es flagrantemente violatorio de las leyes y consecuencia de la acción de mafias especuladoras, no solo en el cemento y la cabilla, sino en todos los insumos que se requieren para una vivienda.- Esto es algo que tiene por fuerza que ser resuelto. El Presidente se ha referido a esta situación y ha ordenado a los organismos encargados de evitar tantos desmanes, hacer lo conducente pero no ha pasado nada, todo sigue igual.
Ha anunciado el Comandante la necesidad de aplicar las 3R ahora duplicadas, es decir con fuerza al cuadrado; esperamos ver los resultados en aspectos tan puntuales y sensibles como el de los materiales para la construcción y más ahora cuando el Estado va a tener el monopolio de la fabricación, comercialización, y distribución de dos renglones, quizás los más importantes como son el cemento y la cabilla, cuestiones éstas que tendrá que resolver la Revolución sí o sí, si no queremos amanecer en el 2012, un día después de la elección presidencial llorando y preguntándonos qué fue lo que sucedió..-
MALO NO FUERA
Si yo fuese Chávez ordenaría de inmediato a INDEPABIS, hacer una encuesta-censo entre los compradores de viviendas en los urbanismos sometidos a medidas para protegerles su propiedad, a ver quiénes aceptan o no la medida, para, a aquellos que la aceptan, que creen en el gobierno y no en la campaña mediática que pretende descalificar las intenciones oficiales, sean convertidos verdaderamente en propietarios, a ellos se le cumpla la promesa del Presidente, de terminarles su vivienda y entregársela con la adecuación de los créditos y sin contratos leoninos como los denunciados, y a los demás, doblemente víctimas por un lado de los empresarios y constructoras inescrupulosos y por otro lado de los medios de la canalla mediática, se les deje en libertad para que como diría el nefasto personaje aquel se “autosuiciden” y hagan con su dinero lo que les venga en gana, están en libertad de hacerse el harakiri si es lo que quieren, eso si sin derecho a pataleo cuando se den cuenta, por los hechos, que sus compañeros de infortunio que creyeron en la palabra oficial, disfrutan de sus viviendas a precio justo, mientras ellos han quedado hipotecados por años y con su anuencia incrementan el grupo de estafados.
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