A pesar de las manipulaciones y mediatismo, los candidatos opositores enfrentan con cinismo la historia antigua de nuestra patria con los marcos de referencia para adecuar al país hacia el modernismo. Jamás han respetado la política del decoro y los resortes que le han dado el poder y más, las llaves de la publicidad oficial en deterioro de los medios alternativos. Existen pocos leales, los otros buscan sus intereses particulares y le dan un flaco servicio al Estado porque sirven de propaganda letal en el exterior, pero si revisamos su hoja personal, nos damos cuenta de sus hojas de ruta y los negocios particulares que poseen, siendo beneficiados por el Estado de una manera constante.
Para ellos, somos un país en constante retroceso y atraso y que nuestros industriales deben hacer proezas para cumplir sus miradas al desarrollo industrial de América Latina y el Continente del Sur, siempre, algunos acusan que no hay materia prima para ejecutar las piezas o productos diseñados para la venta La colectividad desconoce de éste plan maléfico cuyo fin es colonizarnos de nuevo para imponernos la política extranjera, un yugo llevado por grandes naciones durante la historia universal de los pueblos. Pero, olvidan que estamos viviendo un cambio de era. Miramos hacia nuestro pasado y vemos con optimismo el futuro y orgullo el cambio de organigrama de trabajo, cuyo destino los venezolanos conocemos, ya no deseamos ser esclavos de un lejano imperio.
Lo más interesante es este proceso político, sin trauma se vienen dando conclusiones a un programa de gobierno que viene favoreciendo a las personas de tercera edad y una apertura al campo de estudio, la idea es buscar un punto de equilibrio entre la naturaleza, ecosistemas y los sistemas productivos que permiten elevar la producción agroalimentaria.
Somos optimistas para avanzar sin complejos en la afirmación de la democracia socialista y, donde los militares juegan un papel importante en la vida política del país, convencidos todos- civiles y militares- en la recuperación del país y la conciencia de libertad que, cada uno poseemos. Por esto, debemos ahorrar para generar disciplina fiscal y mejorar los productos electrodomésticos que entran al mercado del Sur y tienen mucha atención de demanda por su calidad ante las imitaciones de baja calidad. Es el mundo tecnológico entrando a nuestro Cono Sureño. El consumismo hacia lo foráneo debe limitarse y ver el mundo interno de nuestro Continente. Es necesario, mirar hacia las exportaciones no petroleras y convertirnos en productores primarios en este gran escenario continental y, donde los acuerdos deben ser muy específicos para lograr la mejor captación clientelar bajo un solo proyecto integrado como es el Simón Bolívar.
Por esto, hay que elegir asambleístas con suficiente capacidad y preparación para acometer el trabajo legislativo, y mediante la ley acoplar al Estado a una realidad internacional con un carácter globalizante. No todo el mundo puede ser asambleísta, es cuestión de voluntariado y estar en onda con el carácter de cada ciudadano, porque su opinión vale para interceder ante las grandes estructuras económicas.
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