Los desempeños políticos derivan en un perfeccionamiento de esa praxis dirigida a buscar en lo posible la máxima eficiencia en la administración de los recursos. De esos recursos contextualizados, identificados y direccionados para impulsar un estado de cosas que, haga de una ejecutoria; un ejercicio de eficiencia y eficacia en cualquier construcción. El nuevo presidente (sin duda este gobierno tiene que ser la continuación del de CHÁVEZ) tiene que construir su propia forma o en su lugar una nueva forma legada para marcar esa retorica (en los actos) que hará sentir que seguimos el mejor camino, ese camino marcado hacia la máxima felicidad posible de todo un pueblo que tiene todo su patrimonio de fe puesto; en el resultado de toda esta lucha socialista.
El gobierno de calle que nuestro presidente MADURO encabeza, viene a representar un refrescamiento de ese gobierno popular (esta cualidad no se puede perder) que este pueblo comenzó a sentir desde 1999. Ha sido un acierto, al menos en este inicio, ha de suponer que en su desarrollo será con la misma energía y disponibilidad oficial que hemos visto. La madurez política de los funcionarios públicos con sendas responsabilidades debe dar sus frutos con mucha eficiencia y acierto en los actos que llevarán a feliz término esta gran empresa bolivariana de gobierno.
Ahora, las funciones públicas deben tener toda la máxima atención posible por parte de los responsables oficiales de tan grandes tareas de construcción. Entonces, es aquí donde entramos los miembros del partido, los que no tenemos funciones publicas oficiales (aunque de alguna manera tengamos que ver con funciones comunitarias), los patrulleros, los miembros del gran polo patriótico, las estructuras partidistas, desde las UBHCH hasta los comités políticos nacionales, pasando por los parroquiales y municipales. Hay que programar, informar, llevar ideología, explicar, promover valores de vida en esta revolución, agitar. Así la gestión del gobierno será más liviana, para reforzar el contraataque hacia los enemigos del bolivarianismo.
Tenemos que vernos las caras, todo el partido a la calle; al menos aquí en el Zulia eso es una urgente premisa. A tomar todo espacio para el desarrollo partidista, en el intercambio de ideas, en la información oficial para que todos sepamos de todo en tiempo real. Los responsables del partido no deben encerrarse ni enclaustrarse para dar foros, noticias, directrices. El partido en la calle, debe ser el mejor aliado del gobierno de calle, los militantes debemos cruzarnos en un compartir de ideas (que se hace, como se hace, para que se hace, cuando se hace, etc.) en todos los sitios. Los equipos políticos de todos los niveles con todos los militantes (activos o simpatizantes), hay que llevar información y quien mejor que la estructuras políticas para hacerlo.
No es mentira que la relación pueblo - partido se pierde en una parte del camino, hay que abrir ese canal. La canalla esta esperando todo descontento (producto de ello) para sumar, nosotros debemos apilar cuadros para las próximas victorias, hay que cerrar toda brecha y bien soldada. La adecuación de los dirigentes es inaplazable, las UBHCH deben convertirse en articuladores políticos de excelencia y no seguir de tongolas en elecciones, hay que pujar ese liderazgo colectivo. Habrá nuevos momentos y tienen que tener mejores protagonistas, estos nacerán de la praxis política tanto partidista como social. Hay que buscar pueblo, y el mejor pueblo esta en todas las calles, vamos entonces con el partido a la calle. Hay mucha gente esperando el convite, nos los dejemos con los brazos y las calles abiertas.
