Luego del proceso electoral del 8 de diciembre, superado el análisis del mismo, establecido los resultados y según la óptica con la que cada uno de nosotros pudo valorar los resultados. Es fundamental, señalar de forma conclusiva que el sistema político venezolano se consolida, la democracia venezolana sigue desarrollándose, sobre la base de la Constitución política del Estado aprobada en el año 1999 por el pueblo, de forma progresiva y constructiva, generando mayor estabilidad y gobernabilidad. Las instituciones públicas y los poderes del Estado, especialmente el CNE (Poder Electoral) y el Ejecutivo, se legitiman ampliamente, a la luz del descrédito e insubordinación a la que fue sometido luego del 14-A.
En este sentido, y tomando como base, algunos otros análisis elaborados por medios de opinión y personalidades ocupadas en estos temas, señalo tres situaciones que hoy se presentan como fenómenos políticos importantes, que de seguirse consolidando, marcarán un avance sustancial del proyecto político revolucionario.
El primero de ellos, lo encontramos en el reportaje del domingo 15 de diciembre de 2013, 07:45 PM, en el Diario El Universal (http://www.eluniversal.com/
La nota señala: "El pueblo dio un mensaje y voto de apoyo sólido, para que la Revolución Bolivariana continúe y que el proyecto de Chávez se mantenga (...) un segundo mensaje del pueblo nos está diciendo ‘aprieten la mano, vayan duro, no aflojen, continúen la ofensiva económica defendiendo al pueblo, sigan protegiendo, no nos dejen solos', ese es un segundo mensaje que está muy claro en la calle", señaló el mandatario.
"Pero también compañeros, no nos confiemos, hay un tercer mensaje por allí que vamos descubriendo, vamos indagando y vamos procesando, hay un pueblo que dice que debemos rectificar a fondo muchas cosas malas que están acumuladas, errores de burocratismo", advirtió.
El segundo elemento de análisis, es la afirmación hecha por Maryclen Stelling, socióloga venezolana, y en la que coincidimos plenamente, que este escenario post-electoral descubre en la sociedad venezolana a “un Maduro fuerte, que toma decisiones, un líder que se distingue y se diferencia de Hugo Chávez”. (http://www.aporrea.org/
Para la analista, las medidas económicas no son la causa total del triunfo de la Revolución Bolivariana en las elecciones municipales del pasado 8 de diciembre, esta acción es un valor adicional de la gestión del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, “quién se encontró con su esencia”.
Stelling comenta que el mandatario nacional ha tomado una fuerza política importante, se legitima con el paso del tiempo y con su dirección de la gestión gubernamental, Maduro inicia un gobierno de calle, convoca al Gran Polo Patriótico, y luego dice que va a luchar contra la corrupción y la inseguridad. Situaciones claves, que le han válido, a nuestro juicio, decisiones políticas de enorme peso e impacto en la opinión pública nacional.
La oposición política venezolana, arremetió contra la figura del Presidente Maduro, después de su victoria del 14-A, aprovechando el escaso margen electoral que supuso su victoria (1,5%) y para ello, utilizó la campaña de deslegitimación y la guerra económica.
En este sentido, los resultados de las elecciones municipales, legitiman la figura de Nicolás Maduro, como líder político y como Jefe de Gobierno. Y consolidan el hecho, que el Chavismo, es una identidad política y socio-cultural arraigado en gran parte de la sociedad venezolana.
Como tercer elemento de análisis, que recoge a los dos anteriores, en una especie de síntesis para proponer un desafío de la revolución, es la necesidad de concretar el gobierno eficiente, el de la gestión pública responsable y con criterios de calidad institucional y de resultados, alineados a la acción revolucionaria.
Es fundamental para el desarrollo pleno del país, y la consolidación de la revolución en tránsito hacia una nueva forma y modelo de sociedad, mas humana, solidaria, de igualdad y justicia social, que el Alto Gobierno, las estructuras directivas, intermedias y operativas del aparato administrativo del Estado, se formen, capaciten y transformen su viejo y caduco modelo administrativo. Es trascendental, tener y actuar en función de una visión estratégica y participativa; coordinada y articulada en todos los niveles y áreas de gobierno, bajo la direccionalidad de la Constitución y el Plan de la Patria (Plan Económico y Social de la Nación 2013-2019).
Es bastante sencillo decirlo, pero cuan complejo es desde la práctica y voluntad política ponerlo en práctica, ejecutarla. Para ello, muchos análisis y propuestas deben hacerse y seguramente se han hecho, la cuestión es que se requiere por parte del alto mando político, y desde la figura del Presidente de la República, la capacidad de atención a dichos planteamientos.
Es primordial, llamar a los distintos actores científicos, académicos y políticos para sentarse en una misma mesa, y el mejor escenario para ello, debe ser la “Gran Misión Eficiencia o Nada”. Podemos dar ese gran paso, los demás serán un proceso de construcción colectiva y direccionalidad transformadora, que permitan desarrollar una gestión pública de calidad.
