Algunos artículos y declaraciones de ministros y directores del gabinete presidencial, viene creando confusiones en los espacios abiertos, donde el pueblo trabajador eleva sus opiniones para la construcción de un nuevo país, bajo el Legado dejado por el presidente Hugo Chávez Frías en su doctrina política. Aún, cuando estas ideas sean abstractas, hay factores dentro del chavismo que desean mantener el status quo al lado de la burguesía y al transferirle poder de Estado a los militares, buscan estimular un falso equilibrio entre nación, civiles y militares, teniendo presente que hay una coalición cívico- militar activa. Esta contradicción viene generando una gran decepción dentro del chavismo y se intensifican las luchas internas en las bases del PSUV.
Ante esta realidad, las fuerzas izquierdistas se reorganizan para una futura radicalización del proceso, ya que se debe profundizar en el criterio socialista ante la posibilidad en un corto o mediano plazo de ser testigos en un incremento de la conflictividad social y de lucha, porque, los activistas y militancia del PSUV, ve como no se le pone coto al desabastecimiento y colas en los centros de comercialización de productos de la cesta básica. De todas maneras, la burguesía sigue controlando el poder por falta de una significativa correlación de fuerza en los actores políticos actuales de la izquierda venezolana, los trabajadores y el pueblo. Ellos, siguen siendo un factor decisivo en ésta nueva etapa del gobierno revolucionario.
Ningún funcionario público puede estimular a una multinacional norteamericana o israelí que se asiente en el país y controle el mercado interno de productos de primera necesidad, dañando al empresario venezolano, sabemos que las grandes empresas instaladas en el país vienen dando su fuerza a la guerra económica global y local.
Mientras, estemos sujetos a un sistema capitalista extremo, los cambios vendrán dándose lentamente y tendremos bases de barro y, bajo una constante amenaza de irrupción revolucionaria de los trabajadores y el pueblo.
Sabemos que las grandes empresas multinacionales traen sus propios trabajadores, lo que traería mayor desocupación y los jóvenes en nuestro país laboran a destajo para no pagarle salarios exactos, ni prestaciones sociales.
las multinacionales traen a los países del Tercer Mundo una crisis represiva, frágiles balances de los sectores privados y escasez de créditos, como una elevada deuda, así, como trabas para el crecimiento del mismo Edo.
Colombia, que, hace pocas semanas se situó delante de Argentina como tercera economía de la región, apenas viene creciendo un 5% en 2014 que, junto a Perú viene expandiendos a tasas rápidas.
Argentina y Venezuela, tienen un escenario difícil ante el despegue de algunos países del área, más Venezuela que esta siendo expoliada en su comercio interno y las divisas. Nadie desea una reforma económica fuerte en el control de cambios y de precios, todos estamos sujetos a una continua incertidumbre. La inflación en Colombia apenas es del 2% en 2014, la más baja de la región, pero, nuestros paisanos la provocan en nuestro territorio. México con su nuevo impulso petrolero, ya recuperado, busca impulsar las exportaciones hacia Centroamérica y el Caribe, pero no más al Sur. Le interesa interferir nuestras relaciones bilaterales con asesorías provenientes de Francia, Alemania, Israel, y Estados Unidos,
Ante la actitud de algunos directores del gabinete, los empresarios, ahora presionan más para que se termine de flexibilizar el mercado cambiario y seguir estimulando la inflación, para obligar al gobierno a una nueva devaluación y originar un conflicto social de gran magnitud.
Nuestra guerra económica es injusta en todo el sentido de la palabra. Además de confusa, se rebela contra el mismo Estado. Hay que tener una capacidad de ruptura con el pasado, teniendo como es lógico su antecedente, entramos en una nueva fase de éste proyecto político y lamentablemente muchos piensan en Adidas, en Nike, Cocacola y McDonalds. En consecuencia, creo que vivimos entonces en un modelo de fascinación social que conceptualiza lo social, como una manera de manipulación ideológica.
Este proyecto bolivariano es del pueblo, no de un grupo de personas en particular. En todo caso, debemos saber utilizar el lenguaje político.