A tan solo 45 días de una de las batallas más importantes de la Revolución Bolivariana, donde nos jugamos la permanencia en el tiempo del legado del comandante Chávez, se desatan las más venenosas cargas del imperio y sus lacayos en el país. Como armas de campaña, tratan de arraigar en el ideario del venezolano un pensamiento pesimista y contra revolucionario, que sirva de memoria latente para el 6D, y que lógicamente favorezca a la oposición.
A esto se le suma el tratar de lavar algunos rostros de personajes nefastos –ya convictos—, y otros que llegan al país tratando de sumarse a esa peregrinación falsa, con la ilusión de que una victoria por parte de ellos los haga resucitar y asumir cargos de poder. Sin embargo, estas no son estrategias aisladas, el imperio no trabaja de esta forma; estar preparados ante cualquier escenario es necesario, sobre todo cuando se lucha con un enemigo que jamás nos perdonará nuestras aspiraciones de emancipación.
A pesar de las dificultades, las soluciones siguen estando en la propuesta socialista y en revolución. Cualquier idea colectiva que nazca del Poder Popular solo serán reconocidas por unas instituciones de Estado, si y solo si, estas son dirigidas por un revolucionario hijo de Chávez. Aquí es cuando la praxis revolucionaria, y que debe responder a toda teoría revolucionaria, debe poner en marcha durante el tiempo necesario toda nuestra planificación y empeño para organizar y movilizar a nuestra tropa, buscando a nuestros cuadros desmovilizados, que están ahí, en el día a día, pero que necesitan de un puente para repensar y actuar. El presidente Maduro bien lo ha dicho: es una batalla difícil. No hay portaviones, no tenemos físicamente al comandante Chávez, es un pueblo el que debe hoy en su ausencia física, pero con su legado y moral intacta, retomar las banderas del socialismo y de la revolución. Esta es una discusión-acción que debemos tomar, sobre todo quienes tienen la tarea por primera vez de dirigir espacios en los Comandos de Campaña regionales, circuitales y municipales.
«Solo el pueblo salva al pueblo», retomemos esta consigna. Es una consigna que no pierde vigencia. Acompañemos al pueblo, escuchemos al pueblo, trabajemos por el pueblo. Es la única vía. Esta tarea en la cual nos mediremos todos los revolucionarios, es una de las pruebas más contundentes y sin derecho a reparo que hemos tenido. No vamos desde cero; vamos con un acumulado de 16 años de experiencia política y conquistas. Lo contrario sería echar atrás todo y cuanto conocemos, todo lo que hemos construido hasta hoy, todo aquello que ha dado beneficios y felicidad a nuestro pueblo, todo se comenzaría a debilitar. Nadie que esté en una casa de la Misión Vivienda Venezuela debería estar tranquilo ante una posible derrota; ninguna misión se mantendría porque los presupuestos adicionales no serían aprobados, los proyectos de Consejos Comunales no tendrían validez ni recursos. El imperio sabe que en un supuesto negado de un triunfo electoral de la derecha, su primera tarea es demoler del imaginario del venezolano al Movimiento Popular Bolivariano. En este caso, y como lo diría Glen Greenwald: no habría ni un lugar donde esconderse del imperio.
Desde el Frente Unido Carvajal aportamos una vez más a la discusión, pero también en la praxis revolucionaria, sin ambigüedades y sin vacilación: “Al capitalismo ni un tantito así” decía el Che. Por tal razón tanto la lucha como la movilización del pueblo, dará como resultado una victoria perfecta. Avancemos hacia la victoria que se construye no se decreta, muchas cosas debemos discutir en el camino, pero solo en el camino revolucionario y en el socialismo. ¡Chávez Vive! Y vive en la lucha y en nuestro pueblo.
Frente Unido Carvajal
@CarvajalUnida
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