Ante todo debo reconocer que a lo largo de este último año he caído en una profunda negación a lo que sería una derrota cantada. Sin duda, ganó la guerra económica representada por el maldito poder económico transnacional y nacional; pero es innegable que también coadyuvó a lo interno de nuestro proceso, el clientelismo, el sectarismo desde lo cupular del partido hasta las mismas bases de las Ubch. Pretender negar esto como revolucionarios sería como negar que el Sol sale todos los días.
Reflexionar ahora ante lo ocurrido no revertirá lo que vendrá. En casi todos mis escritos siempre hice un llamado urgente a la dirección del PSUV para que buscara las vías de diálogo con los distintos factores que hacían vida dentro del mismo, pero nada de eso sucedió. Todo lo contrario: Se estigmatizó a aquellos que hacían las críticas a lo interno de la revolución; muchos fueron tildados de contrarrevolucionarios, traidores y hasta de ser agentes de la CIA. ¿Qué lograron con eso? Dividir aún más a las filas revolucionarias y debilitar las bases del chavismo. ¡Qué falta de madurez política!
Debo aclarar que pertenezco al PSUV como partido de la revolución que nos legó nuestro Comandante Hugo Chávez Frías, pero esto no quiere decir que tengo un bozal político.
Camaradas, el haber hecho oídos sordos al llamado de unidad que nos hizo el Comandante en su última proclama, aquel triste 8 de diciembre, lo pagaremos muy caro. Sin duda, las cúpulas buscarán culpables dentro de las filas revolucionarias, lo cual será inmoral y poco ético. Queda ahora descifrar las claves de lo sucedido el 6D. Si me lo permiten, para el análisis yo podría contribuir con algunos elementos que se conjugaron para la derrota sufrida:
- La guerra económica.
- El coqueteo con la derecha.
- El clientelismo.
- La corrupción imperante.
- El gran desfalco a la nación.
- El nepotismo.
- El creer que las cosas se hacen porque se decretan.
- El no haber tomado las medidas económicas consecuentes con la construcción del socialismo.
- Los infiltrados dentro del gobierno.
- Las corrientes reformistas que rodean al camarada Nicolás y que se hacen sentir.
- Las pugnas internas por el poder y creer que el pueblo es estúpido y no se percata de esto.
- El favorecimiento a la burguesía a través de la entrega de divisas.
- El no haber fortalecido el aparato productivo para enfrentar la crisis.
- El no escuchar a las bases revolucionarias y movimientos sociales, de donde salieron propuestas verdaderamente revolucionarias para enfrentar la guerra económica.
- La prepotencia de algunos actores creyendo que se las sabían todas más una.
- La boliburguesía nacida bajo la égida y silencio cómplice de nuestro gobierno.
- Los sectores que desde el gobierno han defendido de manera solapada el estado burgués, hecho a la medida de sus intereses particulares.
- El haber tutelado el poder popular, castrando con ello su verdadero potencial transformador y productivo.
- El fracaso de la política comunicacional para enfrentar la guerra mediática.
- La falta de criterio político a la hora de escoger algunos candidatos a las alcaldías, conllevando esto a pésimas gestiones municipales que hoy pasan factura.
- Creer que este pueblo se conduce como la masa amorfa e impensante que fue en la IV República.
- La ausencia de una revolución verdaderamente cultural a la par de la revolución social.
- Los pequeños feudos que algunos alcaldes han hecho de sus municipios.
- La falta de voluntad política para atacar verdaderamente la corrupción sin importar apellidos ni cargos.
- El haber ocultado la información al pueblo del año 2013 sobre la entrega de divisas.
- La falta de eficiencia del Estado para satisfacer las demandas de la población.
- La burocracia imperante que permanece intacta dentro de las estructuras del estado burgués y lo poco que se ha hecho para erradicarla.
- El no haber aplicado el control obrero en las empresas del Estado a fin de evitar su burocratización y controlar la corrupción en ellas.
Por todo lo anteriormente expuesto, gran parte de las filas revolucionarias perdieron la confianza hacia el gobierno y sus instituciones. Es imperativo la rectificación por parte de la dirección política del proceso, pues la patente de corso que el pueblo le daba con su voto, ha llegado a su fin.
Lo que sí queda evidenciado es que el gran ganador del 6D fue el capitalismo. Camaradas, no se imaginan el dolor e indignación que mueven mi mano a la hora en que estoy escribiendo estas líneas. ¿Cómo aceptamos que tantos compañeros verdaderamente valiosos hayan quedado fuera de la Asamblea Nacional? Esto es la consecuencia de los errores fundamentales cometidos. Ojo, pero que nadie se llame a engaño, porque esta nueva correlación de fuerzas en la Asamblea Nacional nos pone en una situación en la cual nada se podrá hacer para evitar la derogación de las leyes que permitieron el avance hacia la consolidación del poder popular y la revolución socialista. ¿Y qué decir de la Ley Orgánica del Trabajo, que reivindica a la masa laboral, firmada por nuestro Comandante? Esto no será más que un recuerdo de lo que fue una utopía realizable, y como todo lo bello y sublime, poco dura.
En conclusión, camaradas, podemos decir que… nos jodimos, desde el mismo momento en que las filas revolucionarias perdieron la pasión necesaria para enfrentar al enemigo. Es el mismo de ayer, de hoy y de siempre: El maldito capital y la burguesía parasitaria que en los próximos días se sentará en la Asamblea Nacional representada por los actores políticos de la derecha y la ultraderecha venezolana, que por supuesto defenderán cual lacayos los intereses de los grandes apellidos, y pisotearán los derechos y conquistas de la masa trabajadora como bien lo refiere la historia de la IV República.
Paradójicamente, siendo gobierno, pasamos a ser oposición dentro de los espacios de la Asamblea Nacional. ¿Quién lo diría? Lo que es indubitable es que parte del chavismo, como del gobierno, no estuvieron a la altura del compromiso adquirido con nuestro gigante invicto, a quien le quitaron la vida por hacer una revolución humanista para la satisfacción de las grandes mayorías.
Por cierto, debo referirme a aquella frase que tanto recalcaba nuestro Comandante: "Comuna o Nada"; ésta quedará en su última palabra, pues la nueva Asamblea Nacional se encargará de que así sea. ¡Qué importante era que las bases entendieran que solo el pueblo salva al pueblo! Y esto debió haber sido en la acción concreta, pero no sucedió. Ahora solo queda ir a llorar al valle. Por lo pronto, pongámonos las alpargatas porque lo que viene es joropo.
Pero que la derecha no se equivoque, esto no quiere decir que se lo vamos a poner fácil. Aquí nadie se rinde. Por lo menos por parte de los verdaderos revolucionarios. Ahora le toca al camarada Nicolás Maduro dar signos claros e inequívocos de querer hacer la revolución dentro de la revolución, el tiempo se agota. ¡Rectificación o Nada! Vienen nuevos escenarios que demandarán mantenernos rodilla en tierra en apoyo al legado de nuestro Comandante. ¡Prohibida una traición más! Y a la directiva del PSUV les digo: Rectifiquen y convoquen a todas las fuerzas revolucionarias para enfrentar juntos lo que viene, apartando el sectarismo. El ejemplo empieza por casa.
Coordinadora del Movimiento de Batalla Social Punta de Lanza.
En Guatire, la Villa Heroica, a los 07 días del mes de diciembre de 2015.