El Estado y la sociedad siempre deben estar unidos, ya que el primero marca las leyes a obedecer y el segundo, somos la nación enmarcada en un espacio territorial llamado país. De allí, la importancia de agotar y finalizar las diatribas políticas y emerger como una sola fuerza a la unión de los pueblos. Acompaña a esta estructura, la religión que busca manifestarse en la Fe. De allí, se produce todo germen creador y la organización de los pueblos, quienes asumen mediante la fuente del Derecho, una legislación necesaria para amplificar el camino progresista que requiere la Nación.
Por esto, debemos prepararnos en una nueva ideología que nos lleve al deber y cada individuo debe poseer las concepciones fundamentales para implicarse en los asuntos del Estado, en caso contrario, debe abstenerse de toda acción existencial relacionada con lo económico, social y el propio liberalismo.
En América Latina, ese liberalismo es un hecho, hay un Socialismo definitorio que lo acepta, en el esquema Hegeliano, francés y alemán tenemos cuatro modelos de socialismo que se implementó luego de la ruptura de la Monarquía Francesa y el avance de los alemanes, más allá de Adolf Hitler para una conciliación de Europa.
Acá, en Venezuela no podemos seguir con los principios idealistas. Eso, fue el pasado y ahora quiere imponernos una jerarquización que tiene sus orígenes en el socialismo de mercado impuesto por los franceses para sobrevivir de los ataques de sus respectivas comunidades, los pequeños burgueses crearon monopolios para esclavizar al pueblo bajo otras tendencias y alternativas productivas hasta llevarlos a la hambruna, las colas y el sabotaje de precios.
De allí, la necesidad de implementar un racionalismo existencial, más no idealista. Claro, me refiero a Venezuela, donde un grupo de hombres quieren acumular riquezas bajo el signo socialista, pero, el marco francés del siglo XVII al XIX, solo, basta imaginar a Libia y Siria, países en pleno desarrollo y cuyos hombres y mujeres- género- eran felices y tenían propiedades y ahora, esas ciudades por la guerra permanente y el egoísmo industrial se encuentran destruidas con data de muerte muy elevada, acompañada de una hambruna atroz.
Es necesario poner orden en Venezuela y darle poderes a cada fuerza ministerial y jurídica, no haces de todo esto, un juego político porque el Estado Delictivo con sus distintas variantes sigue avanzando. cLaro, con presiones desde afuera y una vinculación directa con el narcotráfico y paramilitares, compuesto y organizado por terroristas de larga trayectoria y batallas en el Medio Oriente.
Hasta ahora, todo ha sido pura palabrería. Las actuaciones de muchos dirigentes gobierneros, tienen una insistencia en lo individual y político, sus concreciones en el trabajo creativo van al vacío por actos espirituales y de rebeldía. Sustraen del espíritu mismo acciones que justifican en una misma escala el desorden mental que reflejan y ante una razón universal que los obliga actuar así, como es la globalización, un sistema aferente al funcionalismo y adherido a las colonias norteamericanas para corromperlas y destruirlas en sus razones progresistas.
De verdad, estamos ante una realidad miserable. No sabemos, los venezolanos sí estamos en un programa de falso socialismo o un fascismo moderado, el ejemplo más simple en ese gran sistema estructural es el Estado, quién no desea romper con el pasado y cuyo fin es mantener una convivencia activa con el viejo capitalismo.
Es una verdadera teogonía clásica de repetición de herramienta como los motores, cuanto llevamos ya, desde ese primer motor agrícola desde la época de Rómulo Betancourt con el proyecto agrario y ya no tenemos café y el adquirido en el exterior a un costo de quintal muy caro, de muy mala calidad. Para luego ser mezclado con rezagos semilleros de tercera calidad, constituyéndose en un delito de estafa agravada al Estado y una falta de respeto al ciudadano, que desea vivir en equilibrio, justicia y paz. Una libertad, más allá de nuestros límites.
Nos encontramos en un pleno desorden de nuestros objetivos socialistas, las constelaciones por el control del poder quieren quebrantarnos para llevarnos a dos modelos socialistas del pasado, el socialismo democrático de nivel fascista representado por los movimientos de oposición y el modelo socialista liberalista y de mercado representado por una corriente del gobierno bolivariano representa por el presidente Nicolás Maduro Moros y que tiene algunos puntos de control en Colombia, Chile y el Perú.
Con estos dos sistemas, vamos a una hambruna cierta y nuestros niños volverán a comer perrarina, ahora sin leche, su fuente será el agua, es muy lastimoso lo que nos pasa, debemos ir a una análisis de las fuentes de poder.