Debemos reconstruir la Fe, Gracia y Espiritualidad de mi pueblo ante las penurias de hambre que viene padeciendo de una manera reiterada y progresiva. Venezuela ya está en la historia política universal, pero, refleja un sentido negativo al presentar a Nicolás Maduro Moros, nuestro presidente. Como el líder que quebró la izquierda latinoamericana y se desligó de ella al entregarles todo su poder como civil a los militares venezolanos.
La libertad humana, siempre ha sido originaria y refleja un ideal de lucha permanente y, ante cualquier circunstancia el sentido de la historia desenmascara las realidades de nuestro acontecer histórico. Debemos reconquistar la historia del país que nos vio nacer y tonar las líneas de Rómulo Betancourt y Hugo Chávez Frías para darle perspectiva a un fin ontológico que está por verse que es la nueva patria.
La ideología del socialismo ya no le llega a las masas, la atracción y arraigo que tiene el pueblo hacia su presidente cívico. Militar se está perdiendo y ninguno de sus hijos desea asumir los riesgos para imitar a su padre. Aunque, saben que los venezolanos viven de sus últimos estertores que están muy lejos de la realidad como líderes de la izquierda venezolana, aunque hay una reserva en los comunistas y en ciudadanos como Marea Socialista.
El pueblo tiene hambre, el arroz, un plato típico del país pasó de 1.50 bolívares el kilo a 450 bolívares fuertes y los contornos pasan de 600 bolívares fuertes el kilo, un verdadero abuso del sentir alimenticio de un pueblo indígena, familiar y legendario por su autoctónidad.
La izquierda venezolana se desmorona ante la carencia de un liderazgo que arengue a las masas, para esto, no existe un candidato cierto y la perspectiva antropocéntrica anula nuestros sueños de ver una patria grande, como lo pensó el Libertador de América y Hugo Chávez Frías. El país necesita ir a una reforma en todas sus instancias y organizar una constituyente para aclarar puntos decisivos de esa gran verdad.
El pueblo debe despertar de este letargo y vigorizar planes para ir a una Reforma de Estado o revocatorio, sin olvidar una constituyente.
Los procesos de la naturaleza son exactos, así como los políticos y quienes interpretan realidades religiosas y coyunturales. Tenemos que hacer una reflexión social.
Lo primero que, deben hacer sus presidentes, me refiero a los países latinos, es hacer valer sus postulados para que el pueblo, los abrigue en su seno.