Escuelas de Formación Popular “Eleida Orellana de Núñez.
Experiencia Municipio Miranda-Estado
Falcón.
1. No
compartimos el concepto del artepurismo. Creemos que el creador, el artista en general, no puede ni debe
permanecer aislado de la sociedad y de su tiempo.
2. La
necesaria contemplación de la realidad exige niveles de reflexión un poco
distantes del tumulto y del bullicio típicos de la contienda política
cotidiana.
3. Deliberada
o inconcientemente -¿puede un artista ser inconciente?- el poeta, en su vida y
en su obra, se ubica de un lado u otro del discurso del tiempo. Con las dos riberas no puede coincidir. Ello es evidente en la actual confrontación
social que ilumina a Venezuela. Citemos
dos ejemplos. Ramón Palomares y Rafael
Cadenas.
4. La
poesía, la poética y el poeta, trino indivisible, es, sin embargo, de rasgos
muy definidos en cada uno de sus componentes.
5. La
política, como espacio de propuestas o negociaciones administrativas de la
sociedad, reduce su acción a una temporalidad finita más o menos larga.
6. La
revolución, en su esencialidad transformadora, es más atemporal, menos finita,
aunque la realidad la vaya encajando en nuevos estantes socioculturales que
también serán, un día, pasto de termitas.
7. Sólo la
renovación constante salva a una revolución. En ese sentido, el poeta siempre será un visionario, un vaticinador,
como supieron griegos y latinos. Un
hombre de vanguardia que no le conviene a gerenticos ignorantes ni a
corrupticos exitosos.
8. Por todo
lo anterior, consideramos propicia la situación política para contribuir a
impulsar procesos transformadores más allá de dudas o reservas que muchos
dirigentes y algunas acciones de mando nos han creado.
Barquisimeto, 2005