En los planteamientos anteriores, sobre el derrumbe del gobierno de Maduro, Que a Maduro todo le sale bien, o la semejanza entre el contrabando de gasolina y de minerales, se ha pretendido vislumbrar, que una cosa es la lucha contra Maduro y otra contra el sistema que él pretende revivir.
Esto es así porque, en la escandalosa oposición a Maduro, se diluye o desaparece el objetivo de luchar tanto contra el sistema capitalista vigente, como a favor del socialismo. Pues, las referencias anticapitalistas y pro-socialistas, son solamente eso, referencias coloquiales.
Mientras tanto, el gobierno tiene los recursos y la capacidad para movilizar mucha gente, para ganar con ello su representatividad. Se justifique con un cuerpo de conceptos socialistas como: eco socialismo, socialismo productivo, agricultura urbana, o CLAP. Y la izquierda crítica reivindica el castigo a los desfalcos, acabar con la corrupción, enrumbar el gobierno a la vía socialista. De allí no se sale. Todos luchan pacíficamente: gobierno e izquierdas.
Mientras esa forma de lucha continúe, la democracia burguesa se consolida y las posibilidades socialistas se alejan.
Otra cosa es pensar en cambiar el sistema capitalista en su contexto imperialista. Que implica construir la unidad continental antiimperialista, definir las características fundamentales del modelo socialista y la índole de la economía que se pretende construir, que lleve a la vez, una lucha contra los intentos de insertar la economía venezolana al modelo imperialista de explotación donde los norteamericanos y europeos son los reyes.
Que genere un entusiasmo revolucionario, que alcance los estándares de Chávez en su mejor momento. Y que no jodan con eso de la nueva izquierda light, pacifista.
Hay que analizar profundamente los resultados prácticos de esa paz de la que habla Maduro, el Psuv y la izquierda crítica. Pues la miseria, la explotación, la degradación moral de grandes sectores de la población, es una realidad cotidiana.
Mientras no se haga revolución, el pueblo será llevado de aquí para allá, hasta que le llegue la hora de definir su posición en las elecciones. Y ¿qué pasará cuando el pueblo ya no crea en las elecciones? Eso lo dejó claro Fabricio Ojeda, en su tiempo.
Creo que la situación venezolana, merece una reflexión radical, como dirían los viejos revolucionarios: pensar la realidad desde el marxismo-leninismo, auténtico, y desde allí, la lucha contra el capitalismo y la propuesta socialista, será otra.
Ya no más remiendos al sistema capitalista y al que pretendió ser socialismo, ni luchas enclenques de las “que usté no es náa, ni chicha ni limonaa” o de las que usted es más socialista que Mao.
Evo Morales, está creando nuevas experiencias revolucionarias: la academia militar anti imperialista y Omar Torrijos, también hizo lo suyo en su tiempo. Que se aclare la lucha porque lo electoral llegó a su fin; fue la preocupación de Fabricio Ojeda.
