Estoy escribiendo estas líneas a pocos minutos de la noticia sobre la muerte física del Comandante Fidel.
Recuerdo como conocí a Fidel.
Como olvidar aquellas noches de lluvia campesina y mi padre con el radio de batería conectada su antena a un delgado alambre de cobre que se extendía por la pared de bahareque hasta los mas alto del rancho. Toda una búsqueda acuciosa que tardaba minutos y horas hasta que al fin del equipo sonoro salían unas frases que decían algo así; "Trasmite Radio Habana Cuba, desde Cuba, territorio libre de América". "Desde Cuba, donde el imperialismo sufrió su primera derrota en América Latina" Y de seguida los discursos de los barbudos.
Así conocí a Fidel, por la rebeldía de una emisora proscrita en mi país, y la clandestina militancia de un padre irreverente.
Crecí familiarizado y admirado con su leyenda, con su ejemplo y su leyenda y su ejemplo, es Cuba, es la revolución cubana; es la alegría de Camilo, y es el arrojo del Che.
Al saber la noticia de su muerte física, ni lloro ni mucho menos me causa molestia las palabras de los necios. Sencillamente porque no pudieron con él; ni saboteo, ni invasiones, ni atentados, ni bloqueo, ni predicciones mayameras después de la caída del muro de Berlín. Fidel desde los días en la Sierra Maestra fue un comandante invicto.
Y cuando otros arriaron la bandera del socialismo, Fidel la levanto con dignidad y convicción plena y fue nuestra brújula revolucionaria.
Desde la patria de Bolívar y Chávez con amor a Cuba y a Fidel; Honor y Gloria.
"Oye,tu que dices que tu patria no es tan linda
Oye, tu que dices que lo tuyo no es tan bello
yo te invito a que busques por el mundo,
otro cielo tan azul como tu cielo.
Una luna tan brillante como aquella,
que se infiltra en la dulzura de la caña
Un Fidel que vibra en la montaña.
Un rubí cinco franjas y una estrella"
Abrebrecha y después hablamos
