La lealtad de Jaua

¿De quién habla Jaua, porque de él no es? Hace algunos meses atrás Elías Jaua criticó unas declaraciones de Eulogio del Pino donde éste decía que se habían cometidos muchos errores dentro de la petrolera (como si nunca hubiera formado parte de ella) y por tanto se les devolvería a los privados el manejo de los servicios a la industria en el Lago, como muelles, remolcadores, buzos etc. en unas asociaciones con el estado donde se les otorgaba a los privados hasta el 80 % del control accionario. El presidente Chávez y Rafael Ramírez habían eliminados estos contratos hacía tiempo y asimilado a los trabajadores tercerizados a la industria, lo que representaba un ahorro considerable frente al elevado costo de dichos contratos. Resultaba mucho más barato pagar sueldos y beneficios a los trabajadores que pagar esos contratos astronómicos. Sin embargo Eulogio del Pino por órdenes superiores revirtió todo alegando una apertura necesaria al sector privado, eficiencia y otros lugares comunes, típicos de la mentalidad pragmática. Casi que inmediatamente hubo una reacción de Elías Jaua, apelando a la defensa de la soberanía y la defensa de las conquistas de la revolución, y cosas así. Desde entonces Elías Jaua quedaría un tiempito al margen del gobierno.

Como en este caso, Elías había sido consecuente con sus ideas,… hasta que le tocó justificar los disparates del gobierno, para no salir del gobierno. Aquí diferimos de él respecto a lo que ha hecho. Debe ser difícil ser leal cuando no se sabe bien a qué o quién se le debe lealtad, más fácil es escribir sobre el tema de manera espiritual y brumosa.

¿Con cuántas cosas se debe haber comprometido Elías Jaua a las cuales se supone les ha sido leal? Ahora recuerdo la Escuela de política de Chávez; con la eficiencia, con los campesinos sin tierras, con los maestros y la educación, con la gente de Miranda y con las decisiones de gobierno. Elías Jaua puede ser leal a todas esas cosas, pero a una sola a la vez, lo que hace de la lealtad, de su lealtad, moneda corriente, un valor de cambio, algo muy difuso y contrario a su naturaleza declarada como asociada a la rectitud, al honor. Sería distinto si hubiera sido un compromiso superior con una idea superior, se hubiera evitado muchas vueltas, nervios y tantos disgustos.

Creo que cuando Jaua habla de lealtad alude a Luisa Ortega Díaz, una forma extraña de devaluar a la lealtad asociándola con su propia conducta y con la conducta de sus "camaradas". Comparativamente la conducta de los "hijos de Chávez" ha sido inmoral, si consideramos su inclinación a la mentira; que falsificaron al Plan de la Patria y este es el tiempo en que no han dado razones para justificar su felonía. También revirtieron decisiones importantes tomadas por Chávez, como la de echar del país a la empresa Gold Reserve, hipotecando al país a las trasnacionales, entregando todas la reservas internacionales en divisas a los privados irresponsablemente, endeudando al país. Pero no se sienten obligados a reconocer el error, como locos negadores siempre culpan de todo al Otro, inclusive han llegada a la desesperación "política" de culpar al pueblo de falta de lealtad, por su derrota en las elecciones a la Asamblea Nacional.

"Los cobardes se amilanan frente a las dificultades y se les quiebran "las paticas" y buscan el perdón de los verdugos" Dicho así, fuera de contexto, pareciera que estas palabras se refieren al presidente Maduro, con su liqui liqui de seda, extendiendo su mano al orgulloso Lorenzo Mendoza, al pelucón, o hablando de su "camarada Trump", o a Delcy Rodríguez y su colega Terry, o al Congreso de la Patria, capítulos Cisneros, Volmer y Polar.

"En mi vida política, los he visto a todos y a todas desfilar antes mis ojos, he visto a hombres y mujeres de honor que me reivindican con el Ser Humano y he visto a los otros y otras que con el puñal de la felonía acuchillan la Fe en el Ser Humano, a los y las cuales, solo agradezco que me hayan mostrado que es lo que no debo que hacer en la vida." Su visión de la lealtad es tal que serviría inclusive para juzgar a sus compañeros y hacer acto de contrición de sus pecados.

Sin embargo las actuaciones políticas del gobierno, luego de la muerte de Chávez, tienen dos caras opuestas, puntos de vistas opuestos. La primero cara es la del punto de vista del gobierno, muy condescendiente y autocompasivo, el enemigo del gobierno es el enemigo del pueblo y hace que la buena voluntad del gobierno se vea enturbiada por su maldad, por la intriga y la deslealtad.

Y la otra cara es la del punto de vista de la gente que las sufre (que sufre las actuaciones del gobierno), la gente de la calle, la de las colas en los abastos y en los bancos para cancelar los Clap, la que anda en metro o camina a sus casas cuando no lo hay, la que come basura y vela en las puertas traseras de los restoranes, o no come como antes, y ni siquiera se asea como antes, y que ve la injusticia brotar de los mercachifles y de los patronos, de otrora orgullosos propietarios, nuevamente ante sus ojos.

Desde el primer punto de vista habla Jaua, mira Jaua y juzga, como si su punto de vista es el punto de vista de todos los venezolanos, un poco como si él fuera el eje de la Tierra y el mundo gira a su rededor. Lo embarga un sentimiento de ser hombre bueno, el más bueno y justo de los hombres. La lealtad es su forma de vida, tenga ésta la forma que sea, su lealtad es anterior a su humanidad, así lo ve él, lo que impide ser juzgada por nadie porque sería juzgar a la lealtad misma ¿Quién puede contra tanta humildad? Es lo bueno de ser leales a nuestros compromisos con nuestras acciones y con las personas; la lealtad se mueve a nuestro propio ritmo moral, pero en cambio nos vemos bendecidos siempre por su luz.

Pero muy distinto es ser leales a las ideas y a los principios. Podemos cometer errores y entrar en contradicciones, porque somos humanos, pero lo superamos con la verdad y la fe en nuestros principios. Incluso se puede ser leal reconociendo que no lo hemos sido, porque los principios nos lo permiten.

Jaua se olvida que su compromiso fue con la revolución socialista y a ella debe su lealtad; no con sus camaradas, con Maduro o con Diosdado. Por más leal que parezca al partido sin embargo no se le ve una disposición a luchar por lo que cree, no se le conoce una crítica seria a las decisiones contradictorias y erradas del gobierno, ¡sin hablar del partido!, se lo ve más bien como un instrumento "neutral" para confrontar a los enemigos y críticos del gobierno ¿Por qué ahora hablar de lealtad? ¿Dónde están los desleales? ¿Por qué tanta pacatería hablando de lealtad si nadie en el alto gobierno ha sido leal a los principios socialistas, y mucho menos a Chávez? ¿Dónde está la humildad, el honor de Jaua si no es honesto?



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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