El Reportero del Pueblo

Ignorancia en aplicación de los proyectos políticos

La cubanización, (castrismo), para Venezuela es un álgido error del presidente, Nicolás Maduro Moros y miles de jóvenes junto a familiares prefieren salir del país a través de las fronteras que asumir posiciones de mando para revertir esta grave situación, que ni los comunistas radicales y seguidores del chavismo, lo creen conveniente, solo consideran que fue un paso por la historia.

Es evidente que hay una recuperación del proceso bolivariano ante la posición complaciente del movimiento opositor, pero también es notorio que esa mejora no incluye a todos. Tenemos ,cuadros chavistas en la urbanización donde tenemos fijada nuestra residencia, cuyos hijos se han marchado a República Dominicana y las visitas a esta isla, viene permitiendo una escapada de familiares que dependen directamente del Psuv, así, tenemos que la salida de jóvenes y sus familiares, incluye también a los seguidores del presidente Nicolás Maduro Moros, bueno, la directora de prisiones, Iris Valera debe también lanzarle su allí picante a este novedoso grupo  de traidores que recibe beneficios directos del Proyecto Simón Bolívar.

Con este panorama, hay nuevos registros de un crecimiento del país de 1,8%, que incluye un esfuerzo en la capacitación de nuestros jóvenes de un 65%, pero, estos prefieren dejar sus estudios e irse a limpiar orinarios, dejando atrás todo el esfuerzo del Estado y su inversión para luego colocarlos en puesto de trabajo, acorde con este crecimiento del país. A la par que, no hay un encadenamiento con los factores de inversión y directores de esos despachos, aunado a la falta de alimentos y la mala paga o salario mínimo a que no le da derecho a la familia venezolana tener un lugar de posicionamiento de su lugar geopolítico, porque el gobierno bolivariano de Nicolás Maduro Moros es neoliberal en lo financiero y socialista en su programación, lo que indica una contradicción de sus principios ideológicos

Es allí donde deben esforzarse los políticos: ser incluyentes vía la capacitación, la creación de más puestos de trabajo y oportunidades tanto para hombres y mujeres, sin discriminaciones. Pero, manteniendo una disciplina partidista.

Con este panorama, es momento de invertir en infraestructura y hacer un gasto social eficiente porque una nación no puede ser calificada de exitosa mientras existan ciudadanos excluidos. Debemos aprovechar la circunstancia porque cuando un caudal económico está en subida, es oportuno hacer reformas estructurales y fiscales que no son posibles cuando se enfrenta una recesión.

Los políticos deben permanecer vigilantes y no descuidar la economía local porque los indicadores mundiales solo muestran una “recuperación cíclica o periódica”. Es la ocasión perfecta para que los gobiernos se comprometan de forma sistemática con las reformas estructurales que afiancen el retorno al crecimiento.

Nadie, puede ser ignorante. Todos los países tienen en su haber programas sociales, los estadounidenses, utilizan el sistema de cupones, pero, luego que Peña Nieto y Donald Trump llegaron a un acuerdo sobre la documentación de mexicanos ilegales que trabajaban en áreas agrícolas en la baja California y darles sus registros legales, van ahora, por las cajas de comida y eliminar los cupones que es más costoso por las tramitaciones con el mundo bancario. Por eso, este país nórdico va para una reforma histórica a nivel tributario a largo plazo, porque la crisis del dinero, no es solo con Venezuela, las grandes mafias y consorcios financieros han abusado de los grupos de países organizados que conforman muros económicos para solventar cargas impositivas, pero, el narcotráfico esta presente en todo el globo terráqueo dañando las grandes economías.

 Como se observa, la economía global es óptima y alentadora; no obstante, todo gobierno debe elevar el PBI a largo plazo, así como tener listas las herramientas necesarias, para contrarrestar una próxima crisis. Hay mucho por hacer y no quedarse maravillados observando la ola pasar y no aprovecharla para tomar un nuevo impulso.

La expulsión de la VIII Cumbre de las Américas no debe estar preocupando mucho a Nicolás Maduro. No ir a Lima le va a ahorrar muchos sinsabores. El aislamiento diplomático reforzará su discurso sobre agresión externa a Venezuela. Siempre puede volver a hacer una de sus mini cumbres de gobiernos amigos y clientes en Caracas.

No debe ir, no lo quieren, tampoco, como dije anteriormente, el chavismo menos.

Maduro está en otra cosa. Su plan es terminar de poner de rodillas a la población venezolana. Para lo cual lleva adelante una guerra interna de baja intensidad, pero muy real. Bajo el disfraz de un sistema electoral, y la parodia de instituciones democráticas, se va estructurando el momento de un golpe leninista irreversible.

Cree que esta en Cuba o en Rusia, dos momentos históricos distintos. De allí su fracaso. Pronto, Raúl Castro se irá a la rivera italiana a descansar con su hija. La herencia de Los Castro es millonaria y por dólares, cualquiera es apetecido

Para lograr lo anterior necesita más amigos geopolíticos de los que tiene ahora, y más decididos a apoyarlo en un choque militar. El modelo es conocido, y sus posibilidades evocan vagamente una combinación de Bahía de Cochinos (1961) y crisis de confrontación de superpotencias (1962). Dos hechos claves para consolidar al castrismo en Cuba por más de medio siglo.

Lo que Maduro ha tenido al frente hasta ahora es una estrategia de contención basada sobre todo en sanciones, con la esperanza de que el régimen chavista implosione por una combinación de desastre económico y furia opositora. Maduro ha aprovechado todo este tiempo para ajustarle las clavijas a la sociedad venezolana.  Denuncia peligros bélicos, pero al mismo tiempo va construyendo una atmósfera de agresividad, estudiando la posibilidad de jugar la carta bonapartista, y de arrastrar a Rusia a su juego. Las amenazas a Colombia ya son casi permanentes. Ahora Stratfor recoge rumores sobre una posible invasión a Guayana, por un antiguo reclamo territorial.

Nicolás Maduro no es Fidel Castro, Venezuela no es una isla, la cleptocracia chavista no es un bastión de efectividad ideológica, y Rusia ya no es la URSS. Pero el chavismo parece convencido de que existe en América Latina un nicho para un nuevo desenlace a la cubana. Hasta ahora nada le ha demostrado que no es así.

Pero a la vez es cierto que la fase de mayor peligrosidad del chavismo recién está comenzando. Los traqueteos de sables de Donald Trump no convencen a nadie, pero a la vez Washington siempre ha respondido con intensidad a las provocaciones 

La experiencia nos dice que un manejo deficitario puede ser también algo empujado por una disciplinada “derecha”. Así, en los EE.UU. son, paradójicamente, los gobiernos republicanos los que terminan con serios déficits y son más bien los demócratas los que arreglan el desbarajuste. Los demócratas –de “izquierda”- Clinton y, luego, Obama, arreglaron los déficits de Bush, padre e hijo, respectivamente. Y lo hará quien herede el tremendo déficit que Trump ya apunta a generar


Y, ¿en nuestros lares? Si bien las diferencias izquierdas/derecha obviamente existen, la realidad de las cosas es que, primero, hay otros asuntos que constituyen los grandes temas de bifurcación y, segundo, porque son esos los que vienen marcando el curso de la historia. 

Sin negar que podría estar aquí simplificando las diferencias entre uno y otro planteamiento ideológico, hay, sin embargo, tres asuntos políticos, conceptuales y éticos mucho más importantes y definitorio que constituyen el verdadero “Rubicón” de nuestros tiempos.  

El primer asunto es el del populismo, que no es monopolio de la izquierda. En nombre de la “izquierda” en Venezuela se han dilapidado los recursos nacionales en nombre de la “revolución bolivariana”. Un aparato productivo destrozado y una sociedad en fuga es hoy el legado de Chávez y Maduro. 

Si bien nada hay comparable al camino extremo del chavismo, el populismo de derecha también es parte de la realidad latinoamericana. Sin ir tan lejos, el manejo político del gasto público para atarlo a la “generosidad” del líder fue el patrón de conducta del fujimorazo durante los 90 mientras la economía crecía a ritmo muy lento. En su campaña electoral del 2016, por su parte, Keiko Fujimori abogaba por el uso masivo de los recursos fiscales acumulados para emergencias en el Fondo de Estabilización Fiscal. Pocas cosas más populistas que eso.

Un segundo divisor de aguas son los nacionalismos retrógrados. Disfrazados, de “izquierda” o de “derecha”, confrontan con opciones autoritarios los valores democráticos del ordenamiento globalizado contemporáneo que se encuentran, por lo demás, expresados en tratados internacionales de obligatorio, como los de derechos humanos, aprobados por decisión soberana de gobiernos y parlamentos nacionales.

El tercero y fundamental divisor de aguas es uno fundamental: la corrupción. Que, en su venalidad, fagocita tanto a personajes de “izquierdas” como de “derechas”, sin escrúpulos ni límite. En ese panorama tenebroso, que hoy agobia a buena parte de la región, las ideologías se tornan borrosas. La realidad nos llama a confrontando la ética y la transparencia cruzan un simbólico Rubicón contemporáneo generando graves consecuencias, más allá de las ideologías.
Los factores que marcan los territorios en estos tiempos están, pues, en disyuntivas como las de decencia/indecencia, honestidad/corrupción y chauvinismo/globalización. 

Lo importante, es que se debe fortalecer el país, hacer una autentica fortaleza moral y una identidad con la ideología de partido. Nadie, sabe cuál es la doctrina del Psuv y su embate en la calle, menos Somos Venezuela, un movimiento que tuvo su origen en la derecha a manos de María Corina Machado y, luego, fue tomado por Nicolás Maduro Moros para sí. Pero, el silencio de ambos es grande, tienen una lucha económica interna gravísima por el control de la zona minera, conocida como el Arco y la Faja Petrolífera del Orinoco.

Venezuela, está siendo manipulada y engañada y, nadie lo quiere admitir. No es utilizar la memoria dentro del partido, es ver la fraternidad. Como, la gente es manipulada y aceptan convocatorias, sin un texto de invitación, es mover los corazones, hacia un verdadero sentido de orientación, obviamos que es necesario un guía político.

La historia, es una sola y nos refleja el futuro del país. Hay una realidad, estamos en emergencia política y económica por unas ideas disfuncionales que nos desintegran como sociedad y, un sofá en La Haya, nos espera. Son seis o siete proyectos en expedientes judiciales, solo se espera, la decisión de la primera fiscal de los Estados Unidos de Norteamérica.

Por eso, exijamos la verdadera fraternidad; un congreso estatutario para solicitar además un rendimiento de cuentas y ahí nacerá una nueva dirigencia que pueden ser los mismos que están ahí o los que están afuera, pero ya bajo las normas y bajo una verdadera fraternidad y comunidad para caminar con los obreros y todos nuestros himnos y marchas hacía la victoria que estoy seguro que la vamos a conseguir si es que verdaderamente amamos la democracia y a Venezuela. 



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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