Venezuela y Nicaragua, en el marco de los países en vías de desarrollo, reflejaban un crecimiento rápido y por encima del promedio de otras naciones de América Central, del Sur y del Caribe. Pero en manos del socialismo se vinieron abajo y el costo de los productos textiles y alimenticios son muy costosos y en el tiempo, los márgenes de ventas se vinieron al suelo. Pero, lo que viene asfixiando la economía de ambos países es la captación de mayores impuestos y el control de la exportaciones e importaciones por el ala militar, cuando, estos hombres deben estar resguardando nuestras fronteras.
Bueno, el daño económico es fuerte y las vocerías comunales se roban los alimentos al abrir las cajas selladas y, esto viene por la poca preparación del pueblo y el asunto de los valores y respeto hacia otras personas.
A pesar de todo lo descrito, Nicaragua sigue siendo un paraíso en que la economía y los problemas sociales sólo existen en la mente de los vándalos y delincuentes que les atacan y les tiran piedras y de vez en cuando un morterazo para celebrar la macabra fiesta en la vivimos debido a su errático actuar.
El esfuerzo que hace la Conferencia Episcopal de Nicaragua, como mediadora y como testigo del diálogo, parece no rendirá los frutos que el pueblo espera, que es el hambre de libertad en democracia, con verdadera justicia social y con la paz del corazón y no de boquilla como hace la vicepresidenta, que mucho hablar de paz, amor, solidaridad, socialismo, cristianismo etc., que cree que engaña a un pueblo que desde hace ya tiempo está desengañado.
Esta macabra danza, no puede durar más, ya llegó y sobrepasó todos los límites que la voluntad y la conciencia de un pueblo con dignidad puede aguantar, y si este escenario es lo que sigue Nicaragua entera saldrá a las calles dispuesta a todo, incluso a que les asesinen si es llegado el caso, pero no quedará del lado del gobierno piedra sobre piedra y habrá muchas víctimas que lamentar pero esta vez no sólo serán del pueblo, serán también de los policías, de las turbas, del gobierno, de todo lo que encuentren a su paso que quiera detenerles.
Para evitar llegar a este escenario tan terrorífico es necesario, que esa reflexión que les pidió el gobernante a los Obispos, fructifique en actuaciones que conduzcan a la paz de los evangelios, no la de los cementerios, que por ejemplo contemple el acortamiento del período presidencial con elecciones anticipadas o con renuncia a seguir en los puestos presidenciales y vicepresidenciales y descabezar a todos los presidentes de los otros poderes como el del CSJ, la CSJ, la AN, la Contraloría y unos cuantos más que con su sumisión y adulación les siguen diciendo, como le decía a Somoza, no te vayas, quédate que sos el mesías y sos los ombligos de Nicaragua.
Incluso es necesario para que el sandinismo, que no es el orteguismo, siga siendo un partido con presencia en el escenario político nacional, teniendo sus diputados en la AN, sus alcaldes en ciudades y pueblos, sus concejales, que no se les coarte ni se les oriente como dicen los mandatarios, que sean ellos de acuerdo con las leyes los que tomen sus propias decisiones y que puedan hablar libremente sin tener miedo a que llegue el comisario político de su ciudad o pueblo a tirarlo del cargo porque no siguió los dictados de los caudillos y mandamases de turno.
Es estrictamente necesario, que la salida sea lo más pacíficamente posible, sin llegar a más derramamiento de sangre, que la Mesa de Diálogo llegue a acuerdos que devuelvan al país la paz y la tranquilidad, la fe en sus valores democráticos, el respeto a sus derechos humanos y sobre todo que tenga por siempre un verdadero Estado de Derecho, con todas sus consecuencias
La economía del país se está cayendo a pedazos. El gobierno sandinista está aislado internamente. El Gran Capital rompió con Ortega y a través de José Adán Aguerri, presidente del COSEP, hicieron un mea culpa que rompió el último nudo que los ataba al gobierno sandinista.
La sangre sigue corriendo en las calles y cayendo sobre el gobierno. El promedio es de dos a cinco muertos por día, todos muertos a balazos, y eso, anótenlo, le pasará la factura completa al FSLN en las próximas elecciones, sean en noviembre de este año o en 1921. Ortega ha bañado en sangre a Nicaragua y no parece conmovido por eso. Las madres y la generación juvenil se van a encargar de derrotarlo más temprano que tarde.
El caos, la zozobra, el terror desatado -al estilo Ton Ton Macoute no funcionará. Ahora mismo han conseguido éxitos relativos, pero no serán duraderos. Las pandillas armadas por el sandinismo no son confiables, ya se le voltearon varias veces a la dirección política que dirigen los secretarios políticos sandinistas en las ciudades. Poco a poco, Ortega ha tratado sin éxito de construir un ejército más sólido, llamando a excombatientes, a militantes dispuestos a tomar un rifle y matar muchachos. La vieja guardia, marginada por su esposa, no quiere hacer el trabajo sucio y por eso ha recurrido a las pandillas. Y si la casi desaparecida Juventud Sandinista tuvo como debilidad la falta de solidez ideológica e intelectual, los grupos juveniles delincuenciales son peores. Pronto no les van a hacer caso y la van a agarrar contra ellos mismos.
Finalmente, Ortega quiere ganar tiempo, como hizo ayer con los obispos, a los que sacó un par de días esperando un "milagro" que lo salve. Trata de proyectar la imagen de que está fuerte y que la Policía y el Ejército no le darán el golpe. Bueno, ya tiene su primer imponderable, la revolución cívica, y a lo mejor consigue el otro.
Esto es como una ruleta rusa, seguir girando el tambor con un tiro adentro, es una lotería peligrosa.