El pasado, hay que dejarlo con su ciclo expansivo y todos, estamos obligados a apostar hacia una sola dirección, la educación del futuro y el deseo de recuperar las inversiones ya dadas. Cuatro son los ejes sobre los que debería actuar un verdadero programa reformista: el mercado de trabajo, la consecución de un pacto educativo, la reconstrucción de un marco institucional sano y robusto y el impulso de la innovación.
Nuestro disfuncional y segmentado mercado de trabajo genera unas tasas de desempleo desorbitadas, no solo en momentos de crisis sino también en periodos de expansión, doblando la media europea. La pésima regulación condena a millones de trabajadores a la precariedad y a la pobreza laboral e impide que los jóvenes puedan acceder al empleo en condiciones estables. Debemos atajar la dualidad, estableciendo un contrato único que termine con la discriminación de los temporales, y focalizar nuestros esfuerzos en políticas de formación efectivas a lo largo de la vida, que ofrezcan nuevas oportunidades a amplios sectores de nuestra población.
Todas las dictaduras que ha padecido América Latina, de izquierda como las de Fidel Castro, Nicolás Maduro y Velasco Alvarado, y de derecha como Pinochet, Aramburu y Fujimori han pretendido justificarse con argumentos nacionalistas. Y, lo más grave, han conseguido muchas veces enajenar con el patrioterismo cirquero y sentimental de la banderita, el himno y la proclama que derrochan a manos llenas, a sectores importantes de la población
Eso explica lo inexplicable: que tantos tiranuelos despreciables y cleptómanos sean "populares". El nacionalismo es una perversión ideológica muy extendida, porque apela a instintos profundamente arraigados en los seres humanos, como el temor a lo distinto y a lo nuevo, el miedo y el odio al otro, al que adora otros dioses, habla otra lengua y practica otras costumbres, instintos —demás está decirlo— absolutamente reñidos con la civilización. Por eso, el nacionalismo en nuestros días es ya sólo una ideología reaccionaria, antihistórica, racista, enemiga del progreso, la democracia y la libertad.
Por fortuna quedan pocas colonias en el mundo y desde luego que Cataluña, donde el virus nacionalista ha prendido con fuerza, jamás lo fue. Pero eso no importa nada. El nacionalismo es una ficción ideológica y como tal puede permitirse todas las tergiversaciones históricas que haga falta. Por eso, pese a ser tal vez la región más culta de España, hay en Cataluña numerosos catalanes convencidos de esta grotesca falsedad: que Cataluña fue conquistada, ocupada y explotada por España ni más ni menos como Argelia por Francia, América Latina por España y Portugal, y media África por el Reino Unido. La verdad es muy distinta, ¿pero a quién le importa la verdad cuando se trata de ganar una elección? Si uno pregunta a cualquier nacionalista catalán cómo ha sido posible que una "colonia" llegara a ser, varias veces en su historia moderna, la capital industrial y cultural de España, la locomotora de su modernización, respondería, sin duda, que se debió al espíritu de trabajo y la superior capacitación de los catalanes frente a los otros españoles. Lo que, además, implicaría que, una vez independientes, los catalanes —¿ese pueblo superior? — alcanzaría y superaría pronto a Alemania.
El nacionalismo ha crecido en esta región, porque ha sido promovido desde la escuela por unos gobiernos locales que tenían un plan muy bien orquestado y que han puesto en práctica de manera sistemática, y porque los gobiernos españoles y los ciudadanos del resto de la península se desinteresaron del problema y, a fin de cuentas, dieron la espalda a la mayoría de catalanes que querían seguir siendo españoles, una mayoría que fue decreciendo por el desamparo y el aislamiento en que se sintió, ninguneada por el resto de España. Una eminente mujer lo expreso, Cayetana Álvarez de Toledo lo explicó con absoluta lucidez hace unos días, en el Ateneo de Madrid, al recibir el Premio Sociedad Civil del think tank Civismo. Su discurso fue una dramática reflexión sobre la responsabilidad que tiene el conjunto de los españoles, por su desinterés y apatía, en la tragedia que está viviendo Cataluña.
Insisto, sobre el tema, porque esta región española es el foco del experimento de un grupo de desalmados, conformado por el grupo de izquierda de Podemos para infectar toda una región expansiva que ha llegado a nuestras costas venezolanas, con una diferencia, acá cuenta con el apoyo de un ala militar que vieron la sabrosura de gobernar, cuando el comandante, Hugo Chávez Frías, les dio oportunidad de acompañarle en el proceso y proyecto bolivariano y, lo que hicieron fue engañarle. Los civiles que de momento fingían de ser izquierdosos se conformaron en un club de anarquistas que agotaron nuestros recursos económicos y quebrantaron nuestra economía, enriqueciéndose con empresas de maletín.
Queridos lectores. Todos los pueblos modernos o atrasados viven en su historia momentos en los que la razón es barrida por la pasión. Y es verdad que la pasión puede ser generosa y altruista cuando inspira la lucha contra la pobreza y el paro.
La pasión puede en algún momento destructiva y feroz, cuando no hay razón lógica y la mueve el fanatismo y dogmatismo.
La peor de todas, la que ha causado más estragos en la historia, es la pasión nacionalista. Religión laica, herencia lamentable del peor romanticismo. El nacionalismo ha llenado la historia de Europa y del mundo, de España, Nicaragua y ahora Venezuela, de guerras, de sangre y de cadáveres. Desde hace algún tiempo, el nacionalismo viene causando estragos también en Cataluña. Desde aquel primero de octubre.
En Venezuela hay una lucha fraguada e intensiva, siempre ha sido socialista, los presidentes de la era democrática se retrataban con Fidel Castro Ruz, el jefe comunista más cercano a Moscú, ya Rusia pensaba abandonarnos y China, la de Mano nos extendía las manos, pero, Fidel tuvo pasión por Rusia y no China y, el gran Ernesto Guevara de La Serna no les servía ya, para sus intereses y de una manera culta fue enviado a morir a Bolivia. En la hora de su muerte por fusilamiento, tenia a su alrededor muchos amigos cubanos, algunos nombres fueron revelados como jefes silenciosos de la operación. Esto, ya ha sido aseverado y publicado.
Ese pasado existió, solo queda la reflexión y el pensamiento lógico de nuestra historia. Tenemos en lo político, derecho a una historia, un ejercicio democrático y a una libertad con un Estado de Derecho. Nuestra Constitución Bolivariana no debe ser revisada para lograr una nueva, es perfecta, solo se necesita reforma leyes como la de hidrocarburos y agraria. Le dieron tierras agrícolas a unos vagos del izquierdismo y a ciudadano que jamás han sembrado un árbol en el patio trasero de sus residencias.
Parecemos una ciudad medieval, acosada por la peste, ya no hay ahorristas y el Estado es desfalcado por truanes y delincuentes, hay inseguridad jurídica pública. Ya las pocas empresas que se quedaron, no desean invertir y renovar maquinarias. Tenemos varios cementerios de autobuses sin repuestos, reflejamos un caos económico y una crisis económica provocada por el mismo Estado, cuyos dirigentes se encargan de escandalizar-
Esto, no es socialismo.
Nos debemos a un futuro, es el derecho al futuro, Venezuela es un polo de desarrollo y su prosperidad es tarea de todos, el presidente Nicolás Maduro Moros merece todo nuestro apoyo, solo de nuestra voluntad depende que siga siendo nuestro presidente o no. Nadie, de la oposición, salió a votar y surgieron dos falsos positivos, jefes de un minúsculo grupo de electores que no tienen fuerza y musculo para derrotar a toda una maquinaria adeca y copeyana que alimenta al gobierno bolivariano
Los adecos y copeyanos han sido socialistas toda la vida y su engendro es el Psuv, la plataforma más idónea para ellos engañar a todo un pueblo y llenarse de riquezas particulares. Nuestro presidente, Nicolás Maduro esta rodeado de serpientes venenosas y su programa de gobierno es violentado de manera reiterada por quienes provocaron la crisis económica, las guarimbas, crisis bancaria y desbatecimiento de alimentario.
Queremos una ciudad industrializada, empresas que sean locomotoras para el desarrollo y Capitales de trabajo, para tener obra de mano calificada, que los ahorristas retiremos nuestro dinero, como debe ser.
Hay que tomar el fusil de la libertad, las ideas e ir al mundo para mostrar las mejores ideas, mejores libros, todos los grandes logros de la vanguardia comunista, como el Che. Venezuela y España, toda Europa necesita de un verdadero ejercicio democrático para no vivir de recuerdos y nostalgias, necesitamos democracia y civilización. No necesitamos de vivir de voces extrañas.
Necesitamos deslichar el pasado y ver el futuro de una patria libre, necesitamos que el papa hable claro y se deje de rechinas.