El más reciente informe de la OPEP sostiene que nuestra producción petrolera en junio bajó a un millón 34 mil barriles diarios. Eso, al parecer indica, como comentó alguien que, según nuestros compromisos, como pagar deuda a cambio de petróleo, dentro de poco tendríamos que convertirnos, "sortilegios que da la vida", en importador del hidrocarburo. Sería esta casi la única manifestación de coherencia del gobierno con el viejo proyecto de enterrar al rentismo. Pero, "menos mal", dicen ellos, tenemos otras vainas que vender, como ya hemos venido vendiendo el oro de las reservas internacionales. Cuando Chávez optó por repatriar nuestras reservas auríferas, colocadas en el exterior, tasadas en dólares, eran sustancialmente superiores a las de ahora. Con todo lo que últimamente ha llegado allí procedente de las minas de Guayana. Es decir, nos hemos venido comiendo lo que está en la alcancía. Lo que de inmediato contrarresta la impresión primera. Lo del rentismo.
Pero también demuestra ese informe, cómo el actual presidente de PDVSA, "es duro de creerle", pues apenas con un mes en el cargo, declaró haber recuperado la producción en un millón de barriles al día. Pero al pobre casi inmediatamente lo desmintió, no Ramos Allup ni ningún "experto" petrolero de la oposición, menos un "chavista resentido", quienes tampoco son buenos en informar como es, sino la propia OPEP y tuvo que, como hace el gobierno cada vez que anuncia algo y no puede cumplirlo, como ahora con eso de los P-50, meterse la lengua en el bolsillo.
Mientras espera que los chinos la piensen bien, amarren la perra con la cabuya pertinente, corta y consistente, y comiencen a enviar los 5 mil millones de dólares en préstamo que acordaron, sólo para invertirlo en aumentar la producción sin que sepamos de otras condiciones, el ministro Quevedo, presidente de PDVSA, ha optado como buen cristiano, y las viejas culturas adoradoras de los dioses del Olimpo pero también del Sol, pegarse de los santos "a ver si le hacen un milagro". Como también además para espantar los demonios que todavía pudieran quedar rondando en PDVSA, porque aquella escuela o maleficio debió dejar, no cabe duda sus enseñanzas, malos hábitos y hasta sus gérmenes o bacterias y que él mismo, y sus hombres de confianza, no terminen contaminados o poseídos por ellos.
No lo quería creer, cuando leí la noticia que aquel funcionario había, como dice el pueblo venezolano, "mandado a hacer una misa" para que el petróleo brote de la tierra como estamos necesitando, pensé que el medio informativo le estaba gastando una broma. Por eso sonreí en mi taciturnidad. En fin de cuentas los venezolanos somos así y eso me gusta en demasía, "nos reímos hasta de nuestra propia desgracia".
Pero resultó verdad. Aparte de ver la foto donde el ministro aparece al frente del cura posesionado del altar, la noticia da detalles y pasados los días nadie ha desmentido aquello.
Las viejas culturas hacían ritos para que lloviese, los ríos resultasen preñados y creían conseguirlo, tanto que lo hicieron por años y seguramente habrá quien todavía lo hace; como que aún se hacen ritos al pie de los volcanes para que se mantengan contentos y calmados. Lo que no es habitual es ver al Estado pegándose a los santos le resuelva un problema pues, sin entrar en las complicaciones de la fe, lo cual no es mi interés y por demás siento respeto frente a eso, si quiero resaltar que esa conducta es propia de quien se siente derrotado y no tiene "nada en la bola"; es más una evidente confesión que aquello es "mucho camisón pa´Petra". Del acorralado, con los espacios cerrados, quizás con ideas, pero sin el cómo para ponerlas en práctica. Por eso, y porque no caeré en el simplismo de creer y decir que el ministro no sabe qué hacer en materia de operatividad y tecnología, pues para eso abundan los asesores, creo que esa misa está destinada a rogar a Dios abra con rapidez y "generosidad" la mano de los chinos y bajen "los churupos" más rápido que inmediatamente porque los espacios se achican.
Del ministro Quevedo, los promotores del congreso del PSUV deben tomar lecciones. Ya tienen sus espacios que son como iglesias, donde sólo se escucha la voz del sacerdote. Los demás que a ellas van únicamente les queda decir amén y de vaina si "ora pro nobis". No acepta que nadie ponga en duda la "palabra de Dios", porque como diría Jean Paul Sartre, el suyo tiene todo "totalizado". Tiene sus letanías, sus sacerdotes y hasta su Dios terrenal con respuesta para todo. Siendo así, lo único por hacer es reformar los estatutos y declararte como iglesia en funciones políticas, eso no les impediría seguir registrado en el CNE y todo lo que eso significa.