La concejala Maria Eugenia Bellorín del partido Podemos, en el Municipio Mariño de la isla de Margarita, lanzó esta semana la insólita propuesta de crear un “fondo social” para costear implantes mamarios en jóvenes de escasos recursos. El “programa social” lleva el nombre de “Sin tetas no hay paraíso”, tal y como el seriado de televisión del libro de Gustavo Bolívar, basado en un hecho de la vida real.
De acuerdo a lo propuesto por la concejala, quien es además la primera dama del Municipio por estar casada con el Alcalde de la entidad Eligio Hernández, un ex copeyano recién pasado a la filas del partido Podemos, ahora las muchachas humildes de Porlamar, podrán contar con “ayuda financiera para agrandarse sus glándulas mamarias”.
La promotora de la idea “ revolucionaria”; no solo no reparó en el hecho de que la propuesta de “chica plástica”, es contraria a los mas elementales postulados socialistas, sino que el propio nombre con el que bautizó su “ oferta social ” , es el título de una novela que tiene que ver con todo ese mundo al que se ven sometidas las adolescentes de la ciudad de Pereira de Colombia que en su afán por conseguir dinero y ascender rápidamente en la escala social, hacen lo que sea por conseguir una operación y a través de la silicona, aumentar unas tallas mas en el volumen de su busto y de esta manera, encajar en los gustos de los llamados “ capos” o “ “traquetos” , personajes que se caracterizan por ser narcos. (Tomado del guión).
El anuncio no ocuparía ni mi pensamiento ni mi pluma, sino fuera por el convencimiento que tengo que esta “ propuesta” deja al descubierto, como los partidos de la revolución se encuentran infiltrados del mas puro oportunismo y vaciados de contenido programáticos e ideológico, mostrando cada vez mas un parecido obsceno con el clientelismo político que acabó con los partidos tradicionales, en los cuales bastaba tener dinero o votos para insertarse en la estructura partidista, sin considerar fidelidad filosófica, valores de integridad, honestidad o concurrencia en un pensamiento político.
Cuando una concejala de uno de los partidos de la revolución, considera que por encima de satisfacer las necesidades de educación, vivienda, salud, embarazo precoz, drogadicción se encuentra el agrandarle las “ tetas” a nuestras jóvenes humildes de Porlamar, y uno observa la postura de ciertos “ compatriotas”, se hace evidente que existe una gran simulación ideológica dentro de las filas revolucionarias.
Las “revolucionarias plásticas” se empiezan a parecer cada vez mas a las niñas bien de la década de los 90, que con maestría retrató Guadalupe Loaeza en sus libros, que regresaban a clases contando las novedades de sus viajes a Europa o a Estados Unidos, presumiendo su nuevo vestuario adquirido en Harrods, Selfridges, Marks & Spencer. Pero eso ya quedó en el siglo pasado. Hoy la novedad es platicar a las condiscípulas cómo les fue en la operación estética que se practicaron y dejar que toquen sus implantes (“se sienten como globos duros llenos de agua”) o enseñar los orificios que dejó una liposucción del vientre. (Amalia Rivera Triple Jornada)
La nueva moda es pues lucir senos plásticos, y las jóvenes humildes ahora, también son estimuladas a este desatino social, donde seudos revolucionarios y falsas revolucionarias con carros de lujo, mansiones y tetas de silicona aspiran llegar al “paraíso socialista”.