Al igual que otros ensayos desarrollados con anterioridad, en esta ocasión no pretendemos ser concluyentes. Por el contrario de lo que se trata es entregar un papel de trabajo como un aporte para contribuir al estudio del Proceso Político que transitamos y entender la situación interna del movimiento revolucionario de cara a la consolidación de la Revolución Popular y Bolivariana que Lidera el Comandante Presidente, Hugo Rafael Chávez Frías.
Recuento
Un conjunto de marchas y contramarchas es lo que ha signado la presente y sui géneris experiencia política, tanto a nivel del gobierno nacional, como de las instancias del poder regional y local; del mismo modo, en lo que se refiere al apoyo político desde la perspectiva de la (s) organización (es) que debería (n) estar mediando entre los intereses de la sociedad y el gobierno a objeto de bajar la “presión” que pudiese venir hacia éste último y que constituyen la plataforma política de apoyo partidista a la gestión gubernamental bolivariana.
En algún momento (revisar papeles anteriores), destacábamos la necesidad de impulsar políticas públicas que estuvieren insertas según el texto del contenido del Libro Azul , Guía de la Revolución; pues a juicio de expertos, algunas de ellas devienen exclusivamente desde sectores que no necesariamente conectan al Ejecutivo (como expresión del Poder Popular), con el sentir popular y otras instancias “revolucionarias” desde donde no surgen elementos referenciales que den contrapeso o se constituyan en alternativas a ser expuestas en una mesa de reflexión a los fines de impulsar en forma coherente, esfuerzos a los fines de políticas públicas más acertadas. La razón aparente, serían, tanto el desgaste electoral, como las disputas internas por el control del aparato político, creándose un vacío en la toma de decisiones que inexorablemente han permitido que el espacio “natural” de acción tecno política de los cuadros de la revolución, pase a ser cubierto en consecuencia, por otras instancias que sí han comprendido la necesidad de insertarse en la estructura administrativa del estado y del aparato burocrático de gobierno, a objeto de ocupar entre otros, escenarios que los actores “naturales” han obviado por las razones antes expuestas.
Estaríamos por tanto, frente a una situación de reacomodo político organizacional, que de concretarse, disipará la neblina que opacaba el horizonte a ser alcanzado; obviamente, esto deberá tener una repercusión importante a todos los niveles e instancias siendo que la Asamblea Nacional no escapará a dicho fenómeno en las futuras elecciones cuando sean escogidos los camaradas y compatriotas que conformen una nueva Asamblea Nacional; pues de no tomarse las consideraciones convenientes, dicha instancia legislativa (en términos de bloque), podría convertirse en un escenario en el cual se elabore la estrategia a los fines de propinar una vez más, un intento por desestabilizar la presente experiencia popular. De allí que, la posibilidad de la creación de un escenario artificial, podría ser concebido para infringir una derrota a las Fuerzas del Cambio desde y en la Asamblea Nacional , si no terminamos de entender la importancia de la simbiosis Partido-Gobierno con sus aliados para concretar las metas expuestas para el presente quinquenio.
Al respecto, consideramos que el movimiento revolucionario que acompaña al Presidente Chávez, tiene una responsabilidad por delante.
Primero , en el seno del pueblo, en el sentido de cohesionar la actuación tanto de su dirigencia como de los cuadros militantes más preclaros; para lo cual, la pugna intestina por el control del poder político en diferentes instancias conllevaría inexorablemente a la perversión del proceso. Dicho fenómeno, debe ser revisado y corregido de ser cierta dicha observación.
Segundo , instruir, educar y formar ideológicamente a un cuerpo que hasta agosto de 2004 (no obstante, el desacertado proceso –abril 2005- interno a los fines de la escogencia de candidatos para los comicios municipales, sería fiel reflejo de esa patética situación que como crítica angustiante está presente en el discurso del seno de toda la población), funcionara de manera colegiada en lo electoral; del resto, cada quien y cada cual “pone la brasa para su propia sardina”. Esto último, es un esquema -no justificable- que persiste como “lógica” de conducta política a los fines de la sobrevivencia personal, siendo que ello ocurre y es consecuencia, cuando las reglas del juego no están claras, no se aplican o son distorsionadas deliberadamente.
Tercero , hacia el exterior en términos de informar pero también de estimular y promover la participación ciudadana explayada en la Carta Magna mediante el estudio del Libro Azul, explicando en todos los niveles de la sociedad (trabajo que no se está realizando), el alcance del Plan de Gobierno en sus distintas vertientes. Para ello, “los técnicos” que constituyen el aparato burocrático del Estado, deberán asimilar la importe significación de nutrir sus estudios a partir de considerar las observaciones de la gente y el Pueblo en general, razón de los cambios que se están promoviendo. Es imperioso se conviertan en un ente tecno político .
Sobre el Partido (*)
Sólo el estudio ideológico le dará un verdadero sentido a la existencia de tendencias o corrientes del pensamiento político universal en la Organización Política que surja consecuencia del debate. Cada una deberá propulsar y estimular el estudio de las ideas que sustentan su visión de la vida, que consideran debe impulsar.
El centralismo democrático , es y será la única vía siendo que allanarían el camino a quienes tengan mayor y mejor calidad de actuación y capacidad de respuesta desde el partido con respecto a las exigencias de toda la sociedad. Obviar su existencia, como algunos han pretendido, es negar la posibilidad de la democracia interna pero también, es crear las condiciones para la disidencia en términos de división . Ello es un lujo que no deben propiciar. Recordemos la historia reciente del MVR y pasada de los partidos de izquierda en nuestro país cuando individualidades al no asimilar los procesos, opusieron a esa realidad sus intereses particulares a los fines de producir fracturas irreconciliables. El refrán que reza: ...”Cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo”... no debemos perderlo de vista. Los enemigos y adversarios de la Revolución desde afuera y dentro de ella, estimularán las contradicciones a fin de dividir cuando por otras vías no puedan alcanzar sus objetivos.
En el marco de la anterior reflexión, los espacios que le quedan a los denominados “escuálidos” (quienes están afectados sensiblemente por el acontecer), son aquellos desde donde pueden atrincherarse; una que otra Alcaldía o Gobernación; la misma Asamblea Nacional y por increíble que nos parezca, hasta algunos despachos del Poder Nacional, Regional y Locales, en los cuales se han insertado bien por la ignorancia e incompetencia de quienes de su mano los han ingresado o, bajo un esquema de mimetización donde solo han tenido como exigencia el cambiarse sin estupor, el color de la boina que antes usaban a los fines de continúan estimulando contradicciones y actuaciones para mantener su tesis de “arrinconar” al Gobierno revolucionario si éste no hace lo que a ellos y sus aliados internacionales más les convenga.
Una posible respuesta al problema del conflicto sobre la conducción política reconocible por la mayoría, es la necesidad, desde ya, de comenzar respetar los verdaderos liderazgos naturales en el seno del pueblo; estimular y captar los agentes del cambio dentro de la sociedad toda, para la defensa y consolidación de la Revolución Bolivariana. Esta idea estaría encontrando, sostienen algunos, resistencia en los sectores políticamente más “atrasados” [1] de la organización, pues ellos creen que por que “llegaron primero” pueden endosarse para sí, un derecho inalienable e intransmisible y a la vez, subrogarse aptitudes y capacidades que no poseen. Lejos de sumar espantan gente valiosa y dividen el movimiento popular organizado y como tales, le han “cerrado” las puertas o al menos, dificultan el acceso al entorno presidencial.
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(*) Parte del material acá señalado y utilizado como soporte, es producto de un trabajo aun más extenso realizado conjuntamente con el compatriota, Dr. Felson Yajure, quien en la época me acompañó en mi condición de Coordinador de la Oficina del Cte. Yoel Acosta Chirinos (ex coordinador nacional del MVR), de quien nos separamos –en el año de 1999- al no compartir el fondo político real del pronunciamiento conjunto que realizara al lado de otros dos ex comandantes del 4F (desde República Dominicana), en el cual atacan y reprochaban algunos de los lineamientos del Gobierno Revolucionario del Presidente Hugo Chávez esa postura a nuestro juicio contra revolucionaria nos obligó a separarnos de esa oficina que a la postre fue cerrada. Dicho trabajo fue realizado en esa ocasión, con el apoyo incondicional del camarada, profesor, Orlando Yajure.
Tendencias y Corrientes. Rol de cada una de ellas
En el Partido, que el ciudadano Presidente calificó sabiamente como suyo (no obstante que en lo que se refiere a las corrientes ellas como tal pueden estar presentes en todo el movimiento revolucionario, en esta ocasión nos referimos al MVR), se pueden visualizar dos “corrientes” en pugna con sus respectivas tendencias “ideológicas”. A saber, la “corriente” militarista y la “corriente” civilista y dentro de ellas, las tendencias: 1.) bolivariana y revolucionaria, está primera, está fielmente comprometida con el proceso; es encarnada definitivamente por el Presidente y los cuadros revolucionarios que dentro de ella actúan, mantienen una postura digna a los principios que la rigen. 2.) “Izquierdista” es aquella que pretende que todo se haga ya, de inmediato, a su manera y en forma perfecta. Son los que tiran los procesos por un barranco (sufren lo que Lenín denominara, “la enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”), al igual que los anarquistas, en la Guerra Civil española, por ejemplo, no entienden que al haber escogido la vía pacífica, ello obliga a realizar ciertas concesiones para evitar situaciones abruptas; obviamente, sin caer en la tesis social-revisionista de los adecos que pregonan un proceso de mil años sin concreción y paralelo, saquean al país. 3.) Del “Pantano” llamada así desde la época de la revolución francesa. Este sector, quiere estar bien con todo el mundo, con Dios y con el diablo, y a todo dicen que sí. Es indefinida –son los famosos ni/ni- y en buena medida son oportunistas por cuanto al apoyar a todos, lo que realmente buscan es su propio beneficio sin comprometerse con las posturas ideológicas más acertadas; se colocan en la espera a ver quien triunfa o se impone, para luego negociar y poder materializar sus expectativas. 4.) Oportunista , por su estructura y condición no dudamos en señalarla de derecha y reaccionaria. Se puede calificar como más de lo mismo y se identifica con elementos actitudinales y conceptuales de la ideología “punto fijista” que se quiere erradicar y combatir con esta Revolución.
Parte de sus integrantes provienen de la escuela que sustenta las viejas prácticas parlamentarias y de negociación del fenecido Congreso. Su fundamento es acomodarse económica y políticamente lo mejor posible; “raspar” la hoya antes de que el Gobierno caiga. Sus posturas no son entendibles y si, recriminables por cuanto anteponen sus intereses egoístas y personalistas a los ideales y sagrados intereses del Pueblo, sujeto del proceso. Los oportunistas, no tienen ideales y sin ideales no se construye un movimiento revolucionario, ni se funda una Nueva Sociedad. Estas dos últimas tendencias, Del Pantano y Oportunista, son las que actualmente intentan manipular y controlar los hilos de la organización y por que no hasta del Proceso; y en lo administrativo coadyuvan en el ahogo del aparato burocrático de la revolución de parte de sus enemigos y detractores.
En el marco de las “Corrientes” antes señaladas, se puede observar que el ciudadano Presidente juega sabiamente siendo que por ahora existe una situación que induce a pensar de la existencia de un “equilibrio” temporal.
De ser cierta la anterior a todo evento, se buscaría (por parte del máximo Líder), no se produzca un desbalance que rompa el equilibrio interno. Por lo pronto, quienes integran la tendencia Bolivariana y Revolucionaria, cada día tienen más coincidencias que diferencias. Eso molesta y desespera, a los jefes y militantes de las tendencias “oportunista” y del “pantano”. La derecha dentro del MVR y el gobierno, incluso los que aun estarían vinculados a planes desestabilizadores en la oposición y que podrían tener alguna conexión con las tendencias antes señaladas, intuyen que más temprano que tarde podrían quedar fuera del juego y cuadre políticos.
En atención a lo antes expuesto, preocupa el “ruido”, que en las comunicaciones pudiera estar siendo estimulado en el seno de la bancada revolucionaria, de cantos de sirena llamando e “invitando” a dar un zarpazo institucional desde la Asamblea Nacional. Dicha consideración no es descabellada no obstante seamos mayoría, pues pese a lucir minoría, en el oposicionismo existe experiencia en esas lídez, estando claro (al respecto recomendamos revisar algunos de los papeles de trabajo de las últimas reuniones del Grupo Santa Lucia y sus homólogos empresariales y sociales, de la cual ya se realizó un análisis), que su rol es más de resistencia que de oposición en el sentido de las reglas del juego político en el sistema democrático burgués.
El Partido que nazca producto del debate al interior del seno del Pueblo, debe convertirse en un efectivo canal comunicante entre la sociedad civil y el gobierno para aliviar las presiones hacia este último. Al respecto, deben revisarse por una parte, las quejas de funcionarios de gobierno en el sentido que presuntamente, ciertos “dirigentes” cuando los visitan, no es precisamente para conocer los programas sociales a los fines de bajarlos a la población y darlos a conocer para que las grandes masas populares se apropien de ellos; por la otra, la presunta posturas nada oportunas de funcionarios (tecnócratas del pasado que siguen operando hoy), que una vez llegan a los cargos, se desentienden de lo político y desarticulan toda relación de esas instancias con el pueblo. Este tipo de funcionarios (algunos de ellos claramente identificados con partidos que forman parte de la alianza política revolucionaria), al más alto nivel señalan más de la veces que ellos son “técnicos” por tanto no obedecen a directrices partidistas; excusa muy oportuna, para no atender las demandas emanadas. En ese sentido, debemos recordar que los funcionarios públicos son ante todo, Tecno-políticos y que están allí para coadyuvar esfuerzos en la consolidación de las políticas públicas del Estado venezolano y el proceso democratizador que desde el Alto Gobierno queremos impulsar.
Los gobiernos Regionales, Locales y el Soberano
Los gobiernos federales en su gran mayoría hasta fecha bien reciente, andaban al garete. Un número significativo tiene dificultades en el manejo de la Cosa Pública , algunos por primera vez ejercieron un cargo de esta naturaleza, magnitud y responsabilidad; siendo que su falta de experticia y la ausencia de un decidido apoyo partidista (Tecno-político), para que realice gestiones sanas y eficientes, los hace frágiles hacia el futuro inmediato.
A ello se le une como agravante, que al momento de haberse posesionado de los mismos en sus correspondientes fechas, se encontraron con la mayoría de los presupuestos comprometidos por las administraciones salientes, lo cual virtualmente anulaba, limita y amarraba a los noveles gerentes. El desconocimiento de las metódicas (a pesar del esfuerzo desde algunos entes), para solicitar debidamente los recursos y poder cumplir con sus promesas electorales, debilitó aún más, la posibilidad (salvo muy honrosas excepciones), de gestiones exitosas.
El solo hecho de que el Pueblo continúa votando por alguno de ellos ocurrió por dos razones: 1.) por la convocatoria del Líder indiscutible (con lo cual se confirmó que el portaviones aun funciona), y 2.) Por que entendían que de no hacerlo, le otorgaban un espacio a quienes ellos mismos habían derrotado.
El Pueblo, el Soberano enaltecido en La Nueva Carta Magna Bolivariana (quien para algunos pareciera no estar formalmente inserto en nada ni ser el sujeto del cambio), continúa atendiendo el llamado presidencial para que se organicen y tomen “El Cielo por Asalto” si quienes deberían facilitarles las vías de la democracia continúan burlándolos por su presunto bajo nivel político e ideológico. El aliento a no desfallecer en cada Aló Presidente, es determinante ante el vacío de dirección.
No obstante las reflexiones críticas que podamos plantear, es preciso observar la importancia de esta Nueva Etapa del Desarrollo Revolucionario, ya que es necesario se aplique lo que el Jefe del Proceso Revolucionario a determinado como …”la necesidad que se aplique la contraloría social en todos los Proyectos a ser implementados en favor del Pueblo”… (Solicitud que el Líder hiciera a los gobernadores y alcaldes), como vía para garantizar la Democracia Participativa y Protagónica a la luz del Desarrollo Endógeno que como alternativa, el Gobierno revolucionario implementa mediante su fuerza creadora a través de los cuadros tecno políticos comprometidos con la Venezuela Bolivariana.
Convocatoria y Proceso Revolucionario
Como quiera que existe la posibilidad cierta de que ello se agote como estrategia en solitario, el Presidente deberá revisar, modificar y cambiar, con la urgencia que el caso amerita, todo los aspectos de instrumentación políticos que le permitan consolidar una plataforma que garantice llevar a feliz termino el sueño anhelado por la gran mayoría de la población. Tendrá que saber en tiempo real, ¿Con qué y quienes cuenta? Deberá impulsar y promover nuevas alianzas sociales y políticas que le suministren tiempo para engranar un verdadero aparato que cohesione, sino a toda la sociedad, al menos a su gran mayoría. Ese aparato deberá estar constituido por mujeres y hombres probos y con una visión holística de lo que se quiere como proyecto de País y si es posible, como creemos puede ser, los actores que lo integren deberían estar más allá de los que conforman la estructura partidista actual.
En el seno de toda la sociedad venezolana existen experiencias significativamente enriquecedoras; profesionales y dirigentes probos, ganados a esta batalla para consolidar la Quinta República , quienes por cierto, no comulgan –en términos de estilo burocrático, populista y oportunista- con algunos de los que “conducen” en la actualidad a la organización.
Sobre la Historia Política
El estudio de la historia de la humanidad nos lleva a la necesidad de confirmar, una vez más, que ésta la escribe los pueblos; por ello sostenemos que las revoluciones se caracterizan, al menos en la historia moderna, por la participación masiva, decidida del pueblo (teniendo como referencia sus propias particulares expresiones históricas), y no porque sean violentas en abstracto o guiadas a través de acciones de facto para sustituir un régimen por otro. Por ello debemos revisar la propia realidad sin obviar, claro esta, caminos transitados en otras latitudes y por otros pueblos.
Simón Bolívar no sólo fue grande por haber tenido la capacidad de producir ideas y tener la inteligencia que le permitió visualizar hacia donde conducir el Proceso. Fue grande pues comprendió que el actor fundamental era su Ejército de mujeres y hombres de todos los pueblos que querían la Libertad e Independencia y al igual que él, conocían claramente a su enemigo; pero por sobre todo, que comprendió que se debía a ello y sin ellos no hubiéramos tenido la Gloriosa Gesta Emancipadora. Igual ocurrió con el héroe de las juventudes venezolana, José Félix Rivas, quien sin el concurso de la juventud de su época no hubiese podido derrotar al realista José Tomás Boves en la Batalla de la Victoria el 12 de febrero de 1814, el cual, viéndose derrotado huyó hacia Villa de Cura evitándose con ello, pudiera invadir Caracas. Como vemos, es cierto que las Revoluciones las encarnas personas con nombres y apellido quienes en tanto líderes nacen del seno de grupos o clase social que motoriza el Proceso. Insurgen y formar la primera línea de la vanguardia necesaria a los fines de conducir las luchas del Pueblo. Más sin embargo, sólo el pueblo puede obtener su propia libertad y bienestar. Por tanto sus conquistas no pueden ser observadas como dadivas. Para que ello no ocurra, es necesario organizar y adoctrinar a los miembros más avanzado del pueblo (cuadro político), en una Entelequia que actué en forma coherente, ordenada y planificada, para llevar adelante el Proyecto.
Nos referimos obviamente al Partido y este debe surgir como consecuencia de nuestro particular Proceso histórico; no es ni puede ser concebido como una circunstancia de la coyuntura política a través de la cual fueron nucleados los sectores de la sociedad dispuestos a enfrentar el modelo político puntofijista. Pero lo que parece que se olvido, es que si el partido no cumple su misión, nuestro principal líder podría distanciarse y si no tenemos claridad de esa realidad ineluctable, habremos fracasado. Lo anterior tiene como corolario, recordar que sin un partido ideológicamente fuerte, bien organizado, cohesionado; a la vez que, dirigido por verdaderos lideres del pueblo con capacidad para orientar las luchas por la construcción de la nueva sociedad que queremos en todos sus aspectos y circunstancias, la Revolución Democrática y Socialista, estará comprometida y pudiera no tener feliz término.
Educación Política
Hace falta un aparato que organice, planifique, dirija, oriente, concientice y eduque políticamente al pueblo (el que por más de cuarenta y cinco años fue castrado por agentes y líderes de la burguesía en el propósito de evitar su despertar más allá de sus mezquinos intereses de clase), para que exista democracia participativa. Hay que recordar, que la participación es producto de una toma de conciencia política. Es un proceso que no se construye de la noche a la mañana. Un ave no puede emprender el vuelo si todavía depende del nido que lo vio nacer y si aun no tiene plumaje no le podemos pedir que vuele. De allí que quepa la siguiente pregunta:
¿Lo que existe hasta ahora es (o son), Organización (es) Cohesionada (s), Ideológicamente fuerte y Dirigida por los mejores líderes?
Para lograr el triunfo de una revolución, se necesitan la convergencia de factores objetivos y subjetivos. Los factores objetivos serían, la existencia de una situación crítica tanto en lo económico como en lo político tal que, la clase dominante le es difícil mantener en el poder y que para el pueblo es imposible soportar. Sabemos que estos factores alcanzaron su mayor expresión un 27 de febrero del año 89. Los factores subjetivos por su parte consisten, en las circunstancias de eventuales hechos, muchas veces fortuitos, que le dan virajes a los acontecimientos de manera impredecible. Pero también, es la voluntad y disposición popular para dar la pelea y el que emergiera una vanguardia capaz de llevar esa pelea a feliz término; aún cuando esa vanguardia (pese a que muchos de sus miembros son hijos del pueblo), no hubiere nacido con ocasión del fragor de las luchas populares; para lo cual, a manera de reflexión, muchas de las apreciaciones que algunos de estos “vanguardistas” hacen, cuando del pueblo se trata, es consecuencia de una visión asociada a su origen pequeño burgués. Estos a pesar de enfrentar los mismos enemigos del pueblo, por lo general al no identificarse ideológicamente con éste (el Pueblo), terminan combatiéndolo, pues sus reales intereses son sustituir a la fenecida clase dirigente para ocupar su puesto, más que organizar al pueblo para que desde la óptica de la democracia participativa, realmente tomen el poder. A nuestro juicio, es acá donde “cojea” nuestro proceso y el partido. La disposición del pueblo existe.
¿Existe una vanguardia capaz de conducirlo?
Nuestra opinión es que existen buenas intenciones, pero sólo con ello no basta. Si bien es cierto que coexisten organización (s) con presencia nacional, construidas algunas de ellas en tiempo record (sería el caso del MVR), triunfante en varios comicios electorales (con una base electoral, cuyo último censo, la ubica como la más numerosa en todo el país), más sin embargo no es cohesionada a nivel de su dirigencia fundamental por tanto, mal podrían cohesionar al pueblo.
Esto lo saben los enemigos de ésta sui generis experiencia de revolución sin violencia. Es aquí donde está la debilidad a ser superada y que se encuentra ligada íntimamente al aspecto relativo a su fortaleza ideológica; pues la cohesión y la unidad no nace por simples deseos, sino basada en objetivos comunes y concretos (un programa revolucionario), y una sólida organización única nacional que permitirá identidad de ideas e implementación de estrategias y tácticas comunes; más allá de la refundación de la República , la elaboración de una nueva Carta Magna y la lucha contra la corrupción. Las anteriores son premisas de corto plazo, pero y en el mediano y largo plazo ¿qué? Lo que creció de manera aluvional, de no orientarlo desaparecerá, para lo cual, obtenidos los triunfos, se hace impostergable la tarea de unificar y fortalecer ideológicamente el partido (o la entelequia que lo sustituya), y garantizar que no conviertan en letra muerta o en mero formalismo, lo que la ANC en su momento histórico consiguió.
Ejercicio de Gobierno y Poder Popular
Las marchas y contramarchas (salvo honrosas excepciones), son producto de la incompetencia gerencial de parte de quienes se les ha dado o se les dio una responsabilidad y no han sido capaces de satisfacer las exigencias y demandas tanto de la sociedad como del Ejecutivo. Este es un fenómeno que se observa en “todo” el aparato burocrático del Estado; así como, en un determinado sector político de manera que forzada la barra, se han estado generando las condiciones –ello hay que reconocerlo- para que el Jefe del Estado y Líder del Proceso se vea en la necesidad de tomar medidas para evitar una posible fractura. Este es un escenario que está siendo evaluado por los detractores del proceso a tal extremo, que los más radicales continuarán impulsado medidas, calificables de actos terroristas, con el propósito de generar caos y desestabilización. La incompetencia gerencial en lo administrativo y política no es exclusividad de un solo sector. Los comprometidos ( civiles y militares ), deberán asumir la responsabilidad y así corregir a la brevedad las anomalías existentes o de lo contrario, obligarán a que de manera drástica, sea inclinada la balanza perjudicando sus intereses.
Ante la elocuencia de tales hechos, el Líder fundamental del Proceso, simplemente optaría, así suene a pragmatismo puro, por quienes demuestren ser más capaces. La “lucha” por el control del poder dentro de las organizaciones existentes, entre civilistas y militaristas [2] podría ser calificable de traición; si entendemos que en esa diatriba se está colocando en peligro el Proceso mismo. En ese sentido, no es cierto que los primeros (civiles), estén cohesionados en términos de un proyecto determinado como algunos aseguran y los segundos (militares), aún cuando “eventualmente” pudieren no estar consustanciado con los postulados de la revolución socialista que esgrime el Comandante Presidente; más sin embargo, actúan como una cofradía y pese a posibles diferencias entre ellos, tienen cultura organizacional y de subordinación al inmediato superior.
Ello es importante a la hora de definir cuestiones trascendentales. Es necesario destacar que en el mundo castrense (dentro y fuera de la FAN ), subyace una visión (un esquema aprendido y repetido hasta la saciedad por más de cuarenta años), que prevalece mucho más allá de las contradicciones internas [3] que puedan estar presentes (con lo cual una vez más se demuestra cuan falaz es la tesis de la no deliberancia), consecuencia de posturas frente al gobierno nacional y los derroteros que éste transita a la hora de asumir un rol; más allá de ello actúan y punto, luego enderezan el entuerto. En esto último es donde el denominado “liderazgo” del civilismo debe caer en cuenta pues de no digerir esta situación y asumirla responsablemente en tanto dilema existencial, más temprano que tarde serán desplazados.
En este sentido cabe una reflexión en torno a lo que tradicionalmente se conoce como derecha e izquierda en nuestro país. Efectivamente, en el ámbito de este proceso, se impuso una matriz de opinión según la cual la derecha estaría representada en los militares y la izquierda en los civiles. Ello, no es totalmente cierto, toda vez que, en ambos espacios, se encuentran insertos elementos ideológicos con ambos perfiles.
Nosotros sostenemos que esta división artificial no sólo es un craso error sino que está totalmente alejada de la realidad. Esta revolución no puede ser reducida a un simplismo tan inverosímil de una pugna entre civiles y militares. Este es un proceso (hasta el cansancio lo ha señala el Presidente Chávez), cívico-militar y sin dejar de observar el horizonte internacional, obviamente nacionalista. No es ni puede ser propiedad exclusiva de alguien y si se llega a esta afirmación ese alguien es El Soberano . Es una situación que debe estar clara sobre todo en aquellos (sin dejar de reconocer sus cualidades), que con sus actitudes y conducta demuestran claramente, ser capaces de sacrificar el Todo por sus ambiciones personalistas.
Quienes desean separar el estamento militar del civil, contraviniendo las recomendaciones del Comandante Presidente y la propia realidad, se encuentran en la tesis (para lo cual podrían ser señalados en algún momento de contra revolucionarios), según la cual la promoción de la separación tendría como propósito, hasta prueba en contrario, dividir y crear las condiciones para una guerra entre hermanos toda vez que, por la vía legal no han podido derrotar ni al Pueblo y menos aun, a su Líder.
Actuación Correcta en Revolución
La actuación de quienes pretenden llevar a feliz término un Proceso Político Revolucionario, debe inscribirse dentro de un modelo de actuación que se corresponda con la visión según la cual, se debe actuar de un modo distinto a quien no es Revolucionario. Lo contrario, ocasiona desviaciones en el resto de los compatriotas y camaradas que ejecutan las acciones
tácticas pues al no “comprender” las particularidades del Proceso mismo o de lo estratégico de éste, generan daños irreversibles. En otras palabras, sin obviar lo particular y sin constreñir lo individual creativo, existen reglas que marcan la diferencia entre la actuación de quien se subroga la condición de revolucionario vs. Quienes no lo son y actúan en consonancia (pese a que pudiese ser honesto), con una visión diametralmente opuesta a la Vía Popular. Para ello, debe estar claramente definida la idea de Revolución en atención al modelo societal (económico-político-social), que se desea implementar respecto del existente o inconveniente. En nuestro caso, el Socialismo.
No basta que seamos honestos en el sentido lato del término. Es necesario comprender, para actuar, el devenir histórico y las categorías del análisis que acompañan a la Corriente del Pensamiento Revolucionario Universal; aquella, cuyo propósito es, traspasar el Ejercicio del Poder Político y Económico a manos de la mayoría de los ciudadanos mediante los Mecanismos Democráticos que el Soberano a lo largo de su historia moderna, ha desarrollado y perfeccionado.
Por tanto, debe existir una meridiana claridad ideológica de parte del liderazgo, para guiar y orientar a quienes sempiternamente fueron conducidos a través de una corriente del pensamiento cuyo fin siempre fue, dejar todos los recursos de la sociedad al servicio de una minoría elitista y privilegiada.
Actuar como Agentes para el Cambio
Frente a este planteamiento es necesario que no existan dudas sobre nuestro papel. Nuestro compromiso como agentes del cambio es definitivo. No puede existir ambigüedad. Ello en ningún caso, entra en contradicción con la idea de convocar a la unidad de todos los ciudadanos; pues incluso en el seno de la propia clase media, existen profesionales y técnicos
que si comprenden y asumen (pues no están contaminados con el individualismo lúmpen burgués ni comprometidos o sobornados por el capital especulativo), el fenómeno político del cambio. Pero en ningún caso, so pretexto de agrupar fuerzas, debemos mostrar debilidad ideológica frente a quienes en aras de acceder al poder real, utilizan las coyunturas para catapultarse (“trepadores políticos”), buscando “identificarse” con la ideología del proceso o con la Organización que vanguardiza y promueve el Proceso. Generalmente, este tipo de personas, tienen compromisos paralelos con representantes del viejo régimen (político y financiero); siendo que con sus actuaciones duales y oportunistas, lo que realmente desean es anotarse –más no comprometerse- con todo lo que huela a ganador y nunca con el verdadero cambio, que entre otras cosas conllevaría, a una entrega espiritual, sacrificio de las apetencias desmesuradas, para comenzar a luchar por lo de todo el colectivo.
Valga decir, Profundizar la Democracia Participativa y Protagónica como vía única hacia el Socialismo del Siglo XXI. La convocatoria de La Unidad de Todo el Pueblo es correcta (lo cual no hay que confundir con la de los dirigentes de los partidos políticos), pero en ningún caso la dignidad debe ser canjeada en aras de lo cuantitativo; máxime si perdemos credibilidad.
La calidad de nuestras mujeres y hombres será la garantía de los éxitos en el futuro; por tanto, de la misma forma que nos debemos organizar como un partido de masas, éste también lo deberá ser de cuadros. Es del seno del pueblo (y no de la burguesía o de quienes se conviertan en sus representantes y difusores), de donde surgirán los preclaros dirigentes medios. La tarea por tanto, es detectar las necesidades y paralelo, proceder a formar los agentes del cambio que ocuparán los espacios que dentro del Aparato Burocrático del Estado y a nivel de toda la sociedad, garantizarán la concreción del Proyecto Bolivariano.
En el marco de lo anterior, debemos tener mucho cuidado a la hora de dejarnos influenciar u obnubilar por cantos de sirena, “actuaciones simpáticas” o tácticas maniobreras de “aliados” o compañeros de ruta política, quienes buscan crear espejismos de control político, presumiendo ascendencia popular. Algunos dirigentes regionales (probablemente honestos), son utilizados por esos sujetos “camaleones”, sus adláteres y voceros (infiltrados en el movimiento popular y revolucionario), para presionar y crear condiciones que después les garantizará negociar e imponer sus particulares criterios sobre el Proceso y su Devenir Histórico. Pueden incluso, esgrimir cualquier cosa en contra de sus potenciales adversarios; como por ejemplo, que quienes asumen posturas ideológicas (muro de contención contra el oportunismo), están equivocados. Los descalifican, señalándolos de “talibanes”, “radicales”, “no tolerante”, o que eso de ser Bolivariano es una “pendejada”. Solapadamente, insinúan que deben incorporarse personas “más equilibradas” (ellos serían la viva imagen), de otros estratos integrantes del sistema políticos existente; pues según ellos, no hay militantes bolivarianos químicamente puros.
Usan expresiones e ideas Gestos lingüísticas (eufemismos), cuyo fin es soportar su discurso para apartar a quienes puedan ser un estorbo, respecto de su “pragmatismo actitudinal” y oportunista. Primero atacan, después penetran y luego, aparecen controlando la estructura organizacional. Son hábiles para captar las posibles o eventuales debilidades ideológicas de los dirigentes fundamentales del Movimiento Revolucionario generando sobre la marcha, escenarios de confrontación entre los cuadros populares que los acompañan y los
“elaboradores de ideas” en el grupo. En otras palabras, buscan apartar a los dirigentes ideológicamente preclaros (camuflándose con el mismo lenguaje del cambio), para entrar a contaminar la organización. La práctica política nos advierte, que esta es una realidad de la cual nos debemos inmunizar. Ellos, son los verdaderos promotores e impulsores del “chavismo sin Chávez”.
Sería una equivocación no entender lo político como algo dinámico, pues estaríamos negando la dialéctica. Sin embargo, la ideología es la referencia que le indica al liderazgo hasta donde debe llegar sin perder la esencia de lo concreto. Hay leyes físicas, como la de la Resistencia de los Materiales, que les son útiles a la política. Lo ideológico, sería una suerte de Ley de Resistencia que nos puede indicar el límite sin perder el norte.
Rol de la Burocracia en la Construcción de la Nueva Sociedad.
El papel de los distintos Despachos involucrados en el proceso de la creación de una vía alternativa para modificar el estado de cosas existentes y que se desea cambiar (el Manifiesto de contenido ideológico –Libro Azul- que debería acompañar la Experiencia Bolivariana , más de las veces, no se refleja en las decisiones y estructuras administrativas propuestas), no ha variado en su esencia; no obstante sabemos que los Despachos sólo poseen capacidad jurídica. Por tanto, la voluntad de cambio no se manifiesta debido a que fundamentalmente los actores continúan siendo los mismos o algunos “nuevos” actores, se desenvuelven y desempeñan como agentes de la IV república. Lo que cambió, fue la circunstancia de su actuación; para lo cual, se mimetizan. La razón de ser de ellos es existir plenamente. Algunos de quienes en la actualidad toman decisiones, descaradamente continúan el sainete del viejo régimen, aplicando la máxima política “gato pardiana”. …”Que todo cambie, para que nada cambie”...
Promueven instancias aparentes de facilitación de la gestión ciudadana; siendo que la verdad, lo que crean son “monstruos de mil cabezas” a través de los cuales ellos continúan ejerciendo relaciones de control y poder. Con el agravante, que se fortalecen y garantizan por esa vía, que sus pares y socios internos y externos, puedan acceder al conjunto de posibilidades que más que ellas, se constituyen en privilegios de una sempiterna élite [4] .
Los tecnicismos administrativos, una vez más, son manipulados tal que, la Colectividad histórica [5] , es nuevamente colocada al margen de una Toma de Decisiones que en su esencia y estilo niega la posibilidad de aplicar la Democracia Bolivariana Participativa y Protagónica de Cara a la construcción del Socialismo del Siglo XXI.
No en balde, El Líder fundamental del Proceso Político, sin descanso, nos exhorta a promover, impulsar y consolidar, instancias mediante las cuales el ciudadano llano, tenga la posibilidad de expresar sus opiniones sobre materias de interés social que definirían Políticas Públicas incluso, a partir de los niveles inferiores en la pirámide de la estructura jerárquica de la Administración (Municipal, Estadal, Nacional), hasta llegar a poder influenciar temas trascendentales de la República ; incluso, en la esfera de las Relaciones Internacionales.
De lo que se trata es que no exista la posibilidad para que una élite privilegiada y clasista como en el pasado, se continúe subrogue para sí, el derecho de continuar decidiendo (bajo la figura de la representación pero en tiempos de participación), en nombre de todos los ciudadanos que constituimos la ficción jurídica denominada Patria, Nación, País, Estado.
El tema de los impuestos, de la economía, las actuaciones administrativas, las políticas públicas en general, son elaboradas por “expertos” desde cenáculos y no, a partir de la opinión surgida del consenso mayoritario de unos ciudadanos que manifiesten de viva voz y sin tutela, a través de instancias y mecanismos controlados por ellos mismos (Democracia Participativa y Protagónica), para dar luces con relación a lo que debe ser el camino correcto, procurando un destino más favorable para todos los venezolanos.
El Control en la Gestión Pública y la Definición para Garantizar el Destino de la Sociedad que Queremos.
No basta con tener ministros “confiables” si debajo, en la pirámide jerárquica, los que actúan continúan siendo los mismos funcionarios (muchas veces son “enroscados” y pasan a operar bajo la figura jurídica de la Comisión de Servicio en otros Despachos), que se auto califican de indispensables, por tanto, todo poderosos; permitiéndose manipular a sus superiores, muchos de los cuales poseen un conocimiento supino [6] del sentido, finalidad y dinámica de la Administración del Estado y la Cosa Pública.
Por ello, quienes al lado del Presidente constituyen el Ejecutivo Nacional y en los gobiernos regionales y locales, se les deberá instruir para que revisen sus respectivos despachos, invadidos de presuntos Técnicos [7] , quienes creen poseer derechos adquiridos, ubicándose por encima de Toda la Sociedad (actuando en el marco de la incompetencia de algunos funcionarios de “confianza”), aprovechan para entorpecer, distorsionar y retardar lo más que se pueda, el logro de los Objetivos de la Revolución Bolivariana. Ellos representan un viejo estilo burocrático de actuación que es antidemocrático, perturbador y corrompido; dándose el lujo (pues sus privilegios no los han perdido y en algunos casos los profundizaron por la ignorancia y permeabilidad de sus nuevos “jefes” [8] ), de inducir algunas tomas de decisiones, violentando el Principio Fundamental de la Nueva Sociedad que pretendemos construir, con base (Democrática, Participativa y Protagónica), al modelo socialista previsto hacia el siglo XXI.
Esta realidad nos obliga a entender que, En el Seno del Pueblo sí contamos con Cuadros Profesionales muy bien formados; que más temprano que tarde, a la luz de un plan real de redefinición del Estado, deberán ser incorporados en las distintas instancias y niveles, para Garantizar la Consolidación de la Revolución que lidera el Comandante Presidente.
Corolario hacia la burocracia
No pretendemos ser tajantes en afirmar que en la actualidad, todos los funcionarios sean corruptos o contra revolucionarios; de hecho, hay mucha gente decente. Pero lo que si es cierto, es que algunos de los cuadros que en todas las instancias gozan de la “confianza” del Jefe del Estado, “inexplicablemente” están rodeados de esa crema innata de corruptos y contrarrevolucionarios que además de sobrevivir, están a la espera de ordenes superiores para sabotear las distintas gestiones; bien por cuestiones político-ideológicas o bien, por que los planes gubernamentales de la Revolución, traban los intereses económicos de los mentores y financistas de sus jefes políticos y sus socios internacionales.
Antiimperialismo y la lucha por un Nuevo Proyecto de Vida
El discurso del Presidente Chávez, cuya base histórica moderna data de fecha (sin descontar nuestra propia historia patria y las tentativas que antecedieron a la Revolución de octubre en 1917), anterior a la primera y segunda guerras mundiales del siglo XX, luego del triunfo Bolchevique, donde la contra revolución internacional, “inventó” la Guerra Fría (surgida como consecuencia de la Polarización entre el capitalismo en contra del socialismo), que emergió como contra medida a las luchas revolucionarias que los pueblos del mundo daban como respuesta a las pretensiones de control y expansión de las potencias mundiales (viejas y nuevas), al querer supeditar por siempre y para siempre, el destino de pueblos y recién creadas Naciones, al desarrollo de su devenir económico y político; utilizando como principio base, la violencia legítima a través de órganos supra nacionales, a objeto de garantizar la dominación. En ese sentido, hoy como ayer, los luchadores sociales fueron y han sido vilipendiados y difamados (por sus enemigos internos y externos), dadas sus posturas irreductibles frente a los abusos y atropellos de parte de quienes se subrogan para si (cuales Dioses desde el Olimpo moderno), el “derecho” a manipular el destino del resto de quienes vivimos en este planeta.
El oponer el socialismo como filosofía de vida (tesis correcta en estos días de miseria política, globalidad y neo liberalismo económico planetaria), envuelve inexorablemente el estudio y comprensión de lo más sublime y elevado del desarrollo intelectual y espiritual de la humanidad, en su lucha por detener la irracionalidad, la utilización exacerbada, inconveniente e inoportuna, del individualismo, que como precepto es codiciosamente manipulado y utilizado por los mentores del capitalismo (desde tiempos inmemoriales), para debilitar el espíritu real del hombre.
El Colectivismo como base para la garantía del hombre en tanto ser individuo. No es otra cosa que, dar el Salto Adelante. De allí, la importancia y la necesidad, en esta hora crucial, que estudiemos para elevar y comprender en su justa dimensión, todo el contenido y soporte de la filosofía (ético-moral), de vida que el Líder de la Revolución expresa en su discurso político; base y sustento inequívoco, que como “viento favorable” nos da luces y nos indica el camino correcto para consolidar la Revolución Bolivariana.
Elaborado desde:
El Colectivo de Politólogos Siglo XXI, por:
Manuel José Montañez Lanza
Politólogo e Internacionalista
…”Quien nada sabe, cualquiera lo engaña. Quien nada tiene, cualquiera lo compra.”Maestro, Don Simón Rodríguez
...”Lo Más Atroz de las Cosas Malas de la Gente Mala, es el Silencio de la Gente Buena.”
Mahatma Gandhi
[1] En esta oportunidad nos referimos a las tendencias Del Pantano y Oportunista que forman parte de las “corrientes” militarista y civilista, ampliamente desarrollada en el presente trabajo y que las hemos observado en el movimiento político “revolucionario”.
[2] Aún cuando rechazamos una ruptura entre civiles y militares que en 1998/99 se planteaba, sostenemos existen tendencias tales como: Bolivariana y Revolucionaria; Izquierdista; Del Pantano –los ni/ni- y Oportunista. Estas tendencias o corrientes, tienen presencia tanto en los civiles como en los militares.
[3] Las presiones a los fines de la reactivación de “grupos de opinión” no es descartable. Ello podrían ser promovido por factores exógenos y endógenos que adversan al Presidente y consideran que el actual generalato está doblegado. Por tanto, promoverían disidencias en otras instancias de la oficialidad.
[4] Clase social nacida bajo el amparo del estado democrático burgués a partir del 59; Se han mimetizado e infiltrado, para continuar manipulando los hilos del poder en esta nueva etapa de la realidad político-económica nacional.
[5] Entiéndase que nos referimos al Soberano, expresamente citado en la Vigente Carta Magna.
[6] Léase desconocimiento total de la materia que se aborda o se es responsable.
[7] Acostumbrados a las artimañas y estilos del pasado. Pretenden consolidar el mito de que sin ellos
el Estado no funciona.
[8] Deliberadamente colocamos “jefes” entre comillas, por que en la práctica no son reconocidos como tales por sus subordinados inferiores. Muchos de ellos hacen el juego de presunta lealtad y obediencia, para sobrevivir. Antes por el contrario, esos presuntos “técnicos”, que se consideran intocables, continúan sirviendo a sus viejos amos políticos quienes a través de ellos, conspiran y actúan en contra del Proceso Administrativo de la Revolución en todas sus instancias.