La necesidad de lo urgente. XI Perorata por la necesidad de un cambio necesario

Deseos no preñan

“La obra maestra que llamamos sociedad del futuro, más vivible, más humana; debemos empezar a construirla gastando los materiales disponibles desde hoy.”

                                                                                                      José Gregorio Palencia Colmenares

                                                                                                                   (O lo que queda de él)

                                                                     



 

Quise iniciar esta reflexión, con una expresión que a menudo escuchaba a un ser extraordinario, que ostentaba con mucha gallardía la sabiduría que dan los años, a pesar de ser analfabeta, ella era mi abuela. Espero que disculpen mi familiaridad. Pero creo necesario hacer esa referencia, para establecer una conexión emocional con cada uno de ustedes, en el sentido práctico de que todos tenemos o alguna vez tuvimos una, que gozo de nuestros profundos afectos y nos revolverá la memoria, el legítimo empeño de su parte de enseñarnos de valores virtuosos personales con fortaleza de carácter y mucho amor.

Ella usaba esta expresión con la finalidad de hacernos ver, éramos muchos sus nietos, que a pesar de las buenas intenciones que podamos tener en nuestros propósitos, estos no se materializaran nunca, a menos de que vayan acompañados de una acción necesaria y suficiente en lo concreto.

Como seres humanos tenemos necesidades básicas, que deben ser cubiertas de algún modo dentro de parámetros de lo mínimo necesario. De lo contrario, se instalará en nosotros un espectro de sentimientos negativos, que nos conducirán a estadios de angustia, decepción y desesperanza, lo que como individuo será el reflejo de una sociedad también enferma de esas sensaciones.

Como siempre, debo insistir que nuestros problemas, parten desde nosotros, queremos que la realidad cambie, pero no somos capaces de generar el cambio que queremos en nosotros mismos. 

Como humanidad, la mayor riqueza que podemos tener es nuestra diversidad, las diferencias nos enriquecen, por lo que un pensamiento único nunca será posible, lo que necesariamente nos lleva al campo de la confrontación de ideas, de puntos de vistas, de exploración de necesidades, por tanto, la convocatoria en lo ético, es acudir al único método que existe para dirimir nuestras diferencias, el diálogo. En ese espacio necesario debemos construir no un campo de batallas, donde llevemos armas letales, si no por el contrario debemos convocar el pensamiento y la creatividad.

Solo reflexionando desde el dolor, quien nos indicará, sin alguna duda el origen de nuestros padecimientos como individuos, y por ende la sociedad, podremos elegir de manera consciente, aportar soluciones comunes que nos conviertan en una unidad social, que pretende aportar con alegría mejoras para nuestra vida, con iridiscencia de humanidad.

Como lo mencione, esta decisión de transformación personal es individual, debe ser consciente y libre, para lograr que nuestros objetivos comunes se cumplan, para ver con satisfacción en la mirada del otro, la felicidad que otorga el compromiso por una vida buena y plena, desprovista de antivalores como la vanidad, el orgullo, por ende, el individualismo y el egoísmo.

Todo cambio genera miedo, incertidumbre y como seres humanos sabemos que posiblemente desprendernos de esas características nos causaran dolor, solo es hasta que lo practicamos, que lo materializamos con acciones concretas en nuestro día a día, nos damos cuenta de su inmenso valor, cuando sintamos dentro de nosotros mismos los beneficios del bienestar, del florecimiento, de la felicidad nuestra y la del otro, que sin duda alguna garantizara el futuro común nuestro a largo plazo. 

No debemos esperar a que el mundo cambie para nosotros cambiar, no debemos esperar a que otros sirvan la propuesta sobre la mesa para comer de ella o desestimarla porque no nos gusta quien lo propone. No, debemos aproximarnos, revisar, transformarla hasta que se haga nuestra y comprometernos en la ejecución, es la participación activa en los derroteros de nuestro destino que definirá nuestra postura ante la humanidad.

Martin Luther King Jr., dibujó un mundo ideal, y su narrativa la construyó sobre los ideales y sus sueños, sin embargo, terminó diciendo que ojalá que no tuviera que soñar con ese mundo, eso me lleva a recordar la frase lapidaria de mi abuela.

Es para mi suficiente que, como la semilla que se arroja en suelo fértil, solo pueda convencer a uno, a militar en este pensamiento, ya que entonces seríamos dos los que abrazamos el optimismo en la fe racional de una mejor humanidad.  

 

Recuerden ser felices, es gratis.

Paz y bien.

 

Desde “La Gruta” en el día de Juana Enriqueta Josefina de los Sagrados Corazones Fernández Soler, quien asistía con su madre casi a diario a la santa misa y suspiraba por la Comunión, del dos mil veinticuatro.

 


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José Gregorio Palencia Colmenares

Escritor, poeta, conferencista y articulista de medios

 vpfegaven@gmail.com

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