En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana.
José Martí
Chávez denomina a Ezequiel Zamora la Tercera Raíz
Raíz Zamorana: El General del Pueblo Soberano
Chávez lo rescata de la historia insurgente, y escribe en El libro Azul (1990): es parte de la obra redentora y revolucionaria de nuestra historia, al respecto nos relata:
Es el modelo que completa la trilogía del proyecto político que ahora resurge de las entrañas de la historia patria. Está conformado por una síntesis filosófica orientadora, aquella que estremeció a la oligarquía conservadora, cuando Ezequiel Zamora, "El General del Pueblo Soberano", lanzó sus tremendas consignas federales:
"Tierras y Hombres Libres"
"Elección Popular"
"Horror a la Oligarquía"
Luego destaca que las tres raíces son razones y argumentos que integran un mismo pensamiento que, aunque en tiempos diferentes eran, son y serán una misma lucha -la emancipación de nuestros pueblos-
Chávez bebe de las fuentes originarias de nuestra historia rebelde y emancipadora, para ello, estudia con detenimiento la obra: Tiempo de Ezequiel Zamora. Del Historiador y Antropólogo marxista Federico Brito Figueroa. El maestro Brito nos alerta de la escasa obra escrita, histórica o literaria sobre Zamora, y de una historiografía concebida y escrita con criterio de clase dominante. Pero también nos vislumbra que a pesar de la historiografía reaccionaria, la masa popular ha fijado definitivamente el nombre y el recuerdo de Ezequiel Zamora en la historia, su comprensión y exacta valorización del papel revolucionario desempeñado por Ezequiel Zamora.
Federico Brito dedicó más de tres décadas de investigación documental, bibliográfica, como también entrevistas (testimonial y colateral), en los territorios donde el Jefe del Pueblo Soberano y General en Jefe de los Ejércitos de la República –Ezequiel Zamora- dejó huellas históricas.
EZEQUIEL ZAMORA y su Tiempo Histórico
El contexto político-económico y social donde nace Ezequiel Zamora, (Cúa, 1º de febrero de 1817), prevalece al dominio de poderosas familias que en las últimas décadas coloniales controlan la propiedad territorial, en conjunto con la explotación de los esclavos, indígenas, peones y campesinos.
Los padres de Ezequiel Zamora, Alejandro Zamora y Paula Correa son "blancos de orilla", medianos propietarios agropecuarios y, en consecuencia, forman parte de las categorías económica y socialmente oprimidas y explotadas.
Venezuela, se encuentra para ese momento, en los últimos momentos de la guerra de emancipación y los primeros años como país independiente.
Zamora desde temprana edad conoce los sinsabores de la represión política, en la persona de su padre Alejandro Zamora, oficial del ejército independentista, quien muere en 1821, luchando por la emancipación nacional. Su muerte coincide con la independencia absoluta y la expulsión de los colonizadores europeos.
Finalizada la guerra de independencia muy poco cambia el panorama donde transcurren los primeros años de Ezequiel Zamora: los llanos, los Valles del Tuy y Aragua, integran el epicentro de un vasto movimiento popular, expresión de hondos problemas sociales no solucionados por la guerra de independencia.
Ezequiel Zamora, rebelde y con un sentido social igualitario, elementos estos que son claves en su formación humana, condicionado, que, a pesar de ser blanco y vivir en una sociedad donde la explotación económica se escudaba en lo hondo del prejuicio racial, comprendiera, cuando advino la madurez, que en enconada lucha la razón estaba de parte de los hambrientos esclavos y peones, y no de los terratenientes y opulentos, identificándose con los sentimientos y aspiraciones de las masa populares venezolanas.
La honda agitación social con aires de insurrección a lo largo y ancho del territorio nacional, en los campos y en los centros urbanos, amenazando arrasar con la estabilidad de la clase social empeñada en construir una "República sin ciudadanos", con la población rural encadenada a la economía latifundista y los negros atados a la esclavitud.
Juan Vicente González, un ideólogo al servicio de la clase dominante escribía al respecto: "… los mantuanos representan la jerarquía, la propiedad y la opinión…"
EZEQUIEL ZAMORA, formación y realidad concreta a transformar
Los verdaderos formadores del carácter de Ezequiel Zamora son Paula Correa, su madre y Juan Gáspers, un emigrante francés casado con su hermana Carlota. Con el ejemplo de su abnegación hacia el esposo y los patriotas perseguidos, Paula Correa brinda a sus hijos lecciones de una vida vivida en batalla por la libertad y la independencia.
Juan Gáspers es un francés aventado a América por la represión antidemocrática que se generaliza en Europa, especialmente en Francia, después de la restauración. Como otros tantos revolucionarios europeos, Juan Gáspers emigra a América, huyendo a la reacción feudal-absolutista, y atraído por la lucha que liberan las naciones hispanoamericanas con la dominación colonial.
Gáspers es un venezolano más y confundido con nuestra población abajo y adentro participa en sus luchas, comparte las inquietudes y anhelos del pueblo. Introduce a Zamora en un mundo desconocido, labor para la que está suficientemente dotado. Se trata de un hombre de ideas emancipadoras que ha participado en las luchas revolucionarias del pueblo francés, él contribuye poderosamente a despertar la sensibilidad democrática de Zamora.
Ezequiel Zamora inquietudes socio-políticas y organizador para la lucha
En 1840, Zamora tiene 23 años de edad, pero como millares de hombres del pueblo, en busca de la tierra y la libertad, y atraído por la demagogia social guzmancista se identifica e incorpora al movimiento liberal amarillo, con actividades de modesto comerciante en Villa de Cura, y la de agitador y organizador de las luchas democráticas de la masa rural de los Valles de Aragua y Llanos de Guárico. En estas regiones, especialmente en San Francisco de Cara, San José de Tiznados y los caseríos adyacentes y asociado con el Licenciado Juan Martínez, inicia una intensa propaganda democrática, oral y escrita, a través de cartas personales, que rápidamente se extiende, como el fuego sobre la llanura, por los latifundios y centros de trabajo, transformando aquellas regiones en el más poderoso bastión del movimiento antifeudal el período de 1840-1846.
La masa popular repudia el orden político establecido, Zamora lo comprende y extrae elementos de juicio para la explicación de los principios democráticos, de gran valor agitacional y a tono con el desarrollo social, y la mentalidad de la masa rural que denuncia la explotación, la usura y la esclavitud, Zamora hace referencia a las campañas desarrolladas por Tiberio y Cayo Graco –campañas en pro del reparto de las tierras entre libertos y esclavos romanos-.
La modesta casa de comercio de Ezequiel Zamora se transforma rápidamente en un centro de lucha democrática, la mayoría interesados en escuchar las conversaciones del catire y la lectura de los periódicos que llegan semanalmente de Caracas. Zamora da sus explicaciones sobre la necesidad de unificarse en la lucha contra los poderosos, formula las condiciones para formas de organización y propaganda mucho más eficaces, capaces de contribuir como contribuyeron al desarrollo del vasto movimiento de masas.
De esta manera Zamora fue creando una amplia red de corresponsales, que –sin saber leer, ni escribir la mayoría de ellos- constituyen el núcleo más importante para la formación de una organización de lucha democrática. La lucha por una vida mejor para todos. Así comienza en primer lugar en Villa de Cura, más tarde en todos los valles de Aragua y posteriormente en todo el país.
El programa que inicia en Villa de Cura es: 1). Comunidad de las tierras; 2). Hombres libres; 3). Elección popular; y 4). Horror a la oligarquía.
El programa expresa elementos claves; la liquidación del latifundio al reclamar la "comunidad de la tierra", la abolición de la esclavitud y la ampliación de la democracia política, y en cuanto a "Horror a la oligarquía", constituía un repudio a la política de opresión y sojuzgamiento realizada por la burocracia militar y el grupo civil que monopolizaban las instituciones del Estado. Estos planteamientos diferencian radicalmente el movimiento democrático personificado en Ezequiel Zamora y la masa explotada, al movimiento liberal amarillo que ignoraba las reivindicaciones fundamentales de la masa campesina, indígena y esclava de Venezuela.
Insurrección campesina y antiesclavista de 1846: génesis de lucha de clases en Venezuela
Los esclavos, los campesinos e indígenas siguen en condiciones de explotación y servidumbre, los esclavos luchan por su libertad, es decir, con las armas en las manos mediante las fugas individuales y colectivas.
Desde 1830 a 1846 se dan ciento treinta rebeliones, insurgencias y revoluciones de esclavos, su lucha: la libertad y la abolición de la esclavitud. La población de obreros, artesanos, agricultores e indígenas, en sus mayorías explotados, otros sin trabajo y los esclavos representan las grandes mayorías de nuestro país. La situación era de miseria y explotación, pero igualmente de rebeldía. No había pasividad de los hambrientos frente a la represión de los poderosos que, con armas en la mano, por vía de hecho, se enfrentaban a los instrumentos represivos del Estado, expresión de las clases sociales dominantes. Era una aguda lucha de clases.
La insurrección campesina de 1846 comienza espontáneamente el 1º de septiembre, acelerada por la represión armada contra los campesinos de los Valles Centrales, con ocasión de las elecciones de primer grado. Se inicia con el alzamiento de Francisco José Rangel, antiguo soldado de la guerra de independencia, al frente de trecientos peones, manumisos y esclavos de las haciendas de Pacarigua y Manaure. Ocupa Guigue, a los gritos de Viva Venezuela libre, tierra y hombres libres, oligarcas temblad.
Al movimiento insurgente se le suman campesinos y esclavos de varias haciendas, estos después de la frustrada acción en Villa de Cura, huyen hacia las montañas, donde tuvieron noticias del levantamiento de Ezequiel Zamora. La insurrección campesina se extiende vigorosamente por los Valles y Llanos Centrales, Llanos Occidentales, por el Norte hacia la Costa, y por el Sur hacía las serranías de la Cordillera Caribe. A partir del 1º de septiembre de 1846, no hay aldea o caserío de las regiones mencionadas donde no se agrupen los peones, manumisos y esclavos bajo las banderas del programa -elección popular, horror a la oligarquía, tierras y hombres libres-.
A Ezequiel Zamora y a Manuel Ibarra se le suma Francisco Rangel, inician así una campaña de reclutamiento entre los límites de Guárico y Aragua. Marcha con una determinación: "echar por tierra a los oligarcas a hierro y plomo". El 15 de septiembre envía correspondencia a incorporarse al Ejército del pueblo Soberano, a los siguientes "Jefes de partidas rebeldes": Rosalio y Concepción Herrera (Llanos de Calabozo) Segundo Martínez, (La Platilla) Evangelista Cabeza, (Llanos de Canuto y Tiznados) José Antonio Tovar y Gregorio Matute, (Guardatinajas y Hernández, (Memo) Indio Simón, (Indios de Guaribe y negros cimarrones de El Potrero), Juan Martínez, (Tucupido) Pedro Rodríguez, (Chaguaramas) José (El Cacao) Natalio Cabrera y José Urbano Figuera, (Sierra del Sur, "monte adentro"), Judas Belisario, Juan Seijas y Juan Brito (Sierra de Guaripa) y Pedro Aquino, quien controla las guerrillas que actúan, desde el 17 de diciembre de 1845, desde la margen derecha del río Unare hasta el Cantón Orituco.
En sus escritos los exhorta a unirse y marchar con el Ejército del Pueblo Soberano y desde allí con orgullo y bizarría diremos: Viva la libertad, Viva el Pueblo Soberano, Elección Popular, Horror a la Oligarquía, Tierras y Hombres Libres. Hacia el logro de este objetivo combina la agitación política y el trabajo organizativo, habla y actúa en esa dirección, selecciona los oficiales y clases entre los más decididos y leídos, elabora un padrón de las armas blancas y de fuego en poder de los campesinos, establece una fábrica de pólvora, lanzas, balas de plomo y trabucos. Pide colaboración y cooperación a vecinos y centros urbanos quienes apoyan con ganado vacuno para la alimentación de la tropa, caballos y mulas para el cuerpo de caballería.
En San Francisco de Tiznados, Ezequiel Zamora, reorganizó el Ejército del Pueblo Soberano, reestructuró el Estado Mayor y este, a su vez, ratificó a Zamora como Jefe del Pueblo Soberano. Ahí celebra una asamblea en la que participan todos los vecinos, y los arenga en los términos siguientes: "…luchamos para proporcionar una situación feliz a los pobres,… los pobres nada tienen que temer, no tienen nada que perder, que tiemblen los oligarcas, no habrá ni ricos ni pobres, la tierra es de todos". Inmediatamente invita a los presentes a elegir al Jefe Político, una Junta Comunal de cinco miembros y los Comisarios de "veredas y vecindarios".
El 26 de septiembre, el Ejército del Pueblo Soberano salió de San Francisco de Tiznados a combatir la oligarquía, entre derrotas y victorias mantiene su rebelde estado de ánimo. Zamora establece su Cuartel General en la Tormenta, cima infranqueable, rodeada de desfiladeros y torrentes, al reagrupar mil trecientos combatientes, reúne el estado Mayor y exclama "…ahora podemos volver hablar con la voz gruesa, que tiemblen los oligarcas". En la tormenta destruye totalmente las columnas de sus adversarios, enviados para su captura por José Antonio Páez.
El campo de operaciones (en una guerra que combina batallas en sentido estricto y guerra de guerrillas) es vasto, comprende el territorio que en la actualidad forman los Estados Guárico, Aragua, Barinas, Portuguesa, Cojedes y parte de Apure, Anzoátegui y Monagas. Se trata de una fuerza debidamente organizada y políticamente orientada hacia el logro de objetivos revolucionarios. A Zamora se le unen guerrillas que llegan de todos lados a favor de la causa, con el programa de hombres libres y comunidad de las tierras.
Los triunfos de Zamora obligan a la República oligárquica a una reorganización total de sus fuerzas militares, al entender que no se trata de bandoleros ni de hombres sin principios, sino de una revolución social que atenta contra el estatus quo establecido.
La guerra es a muerte, los Jefes de Operaciones del Ejército de la República Oligárquica, cambia de estrategia, ya no solo persiguen a Zamora, ahora por donde pasan queman los ranchos y arrasan las siembras de los campesinos. Esta política de tierra arrasada, quemarles sus casas y conucos consideran que es la única vía de destrucción de la población campesina que apoya a Zamora.
El 14 de marzo de 1847, en pie del cerro de Juana Caliente, situado entre las bocas de los ríos de Juana Caliente y Palambra fue capturado Ezequiel Zamora. Después de la derrota de la insurrección campesina, la República Oligárquica aplicó con más facilidad la política represiva, llamada por el pueblo "la paz de los patíbulos".
La insurrección campesina de 1846 no fracasó, sino que fue derrotada después de una guerra civil de seis meses, que conmovió hasta sus cimientos la República Oligárquica. Los peones, manumisos y esclavos elevados a la condición de Jefes revolucionarios, jamás se rindieron; cayeron prisioneros o murieron con las armas en la mano, fieles "a la palabra comprometida": libertad o muerte. Estas fueron las últimas palabras de Francisco Rangel antes de ser vilmente ultimado a machetazos. Estas fueron las palabras de Zamora ante la justicia de las clases dominantes, representada por el Licenciado José Santiago Rodríguez, Auditor de Guerra del Estado Mayor del Ejército de la República Oligárquica.
En el proceso de la insurrección campesina de 1846, Zamora se destaca como jefe militar, como revolucionario convencido y consciente de su elevada responsabilidad política. Zamora se transforma en un héroe popular, es la figura más destacada de la revolución democrática, anti-esclavista y anti-feudal, es el hombre que simboliza y sintetiza la voluntad de las clases sociales oprimidas y explotadas para "hacer la revolución".
ZAMORA VUELVE LA LUCHA SIGUE ¡Ha sonado la hora! Insurrección campesina de 1859: por tierras y hombres libres
El movimiento campesino sediento de derechos por la igualdad y por tierras, se extiende por todo el país, levantando insurrectos en Portuguesa, Barinas, Cojedes, Carabobo, Aragua y Yaracuy que se negaban aceptar órdenes del Gobierno de facto y reclamaban la presencia de su Jefe Zamora.
Zamora desde Curazao mantenía comunicación a través de enviados especiales con amigos y compañeros de Venezuela, quienes le informaban de todo cuanto estaba ocurriendo, pero también se percató de los objetivos reales de políticos liberales que residían en otras islas del Caribe, como Juan Crisóstomo Falcón que solo veían la insurrección como una vía para llegar a la "Casa de Gobierno sin hacer la revolución".
El 20 de febrero de 1859 se da un pronunciamiento popular-militar, previamente organizado por Zamora y los miembros de la Junta Revolucionaria que funciona en Coro (formada por Juan Navarrete, Pedro Torres, José Melitón Toledo y Nicolás Saldarriaga), donde Zamora propone al Comandante Tirso Salaverría encabezar militarmente el pronunciamiento.
El 22 de febrero en el puerto a Vela de Coro, desembarca el general Ezequiel Zamora en compañía de sus compañeros de lucha: José Desiderio Trías, Napoleón Sebastián Arteaga, José Gabriel Ochoa y Juan Francisco Manrique.
El 23 de febrero ya como Jefe de Operaciones del ejército de Occidente, emitió su primera Orden General, procediendo a destituir las autoridades locales "tomaron el poder político en nombre de la revolución y del pueblo". Bajo la dirección de Zamora la insurrección se extendió por toda la Provincia de Coro. Deponen las autoridades municipales y proclaman "el gobierno del pueblo".
El 25 de febrero, los vecinos (reunidos en las plazas públicas de Coro y demás centros de población) eligieron un Gobierno Provisional Revolucionario, se promulgó un Estatuto de Garantías Ciudadanas y se formó el Gobierno Provisional Revolucionario, bajo la forma Federal.
El Gobierno había sido constituido sobre la base de la elección directa, con participación de todos los ciudadanos. En la misma manera fueron elegidos los miembros del Poder Municipal de los Cantones y los Jueces. Este Gobierno contaba con un Ejército, Una Armada y un cuerpo de Milicias.
En Caracas a tener noticias sobre los acontecimientos de Coro y sobre la presencia de Ezequiel Zamora, se escuchaba en sus calles, con la voz de su pueblo: Vivas al 20 de febrero y ¡Oligarcas, temblad!
El movimiento insurreccional del 20 de febrero de 1859 repercutió por todo el país, extendiéndose por todas partes, en Barcelona, Maturín, Maracaibo, proclamando democracia y federación. En Barinas y Portuguesa las proclamas alzadas son: Libertad, Igualdad y Fraternidad y el lema: Libertad o Muerte. Igual sucede en Aragua, Guárico, en Barlovento, Guatire y los Valles del Tuy.
Se extiende en los Llanos de Apure, en la Sierra de Carabobo, en la Provincia de Cumaná y Costas del Orinoco.
Únicamente en los Andes venezolanos no se observan pronunciamientos por "la democracia y la federación". Esta es la radiografía del país después del 20 de febrero.
Zamora con sus fuerzas ocupan la ciudad de Barinas, el 18 de mayo "sin disparar un tiro".
En Barinas, Zamora desarrolló el mismo plan político que inexorablemente aplicaba en todo territorio liberado "de la tiranía goda" por sus tropas; convocó a elecciones directas, las cuales se realizaron el 19 de mayo de 1859 para elegir a las autoridades civiles de la nueva entidad político-territorial, El Estado Federal de Barinas, con participación de todos los ciudadanos "vestidos de paisano o con uniforme militar", incluyendo a las mujeres y a jóvenes mayores de veintiún años. Fueron elegidos el Gobernador y la asamblea Legislativa Provisional, el Concejo Municipal de Barinas, los Jueces y los Jefes Políticos. Luego Zamora expidió una proclama:
¡Compañeros de armas! Habéis probado, con vuestra abnegación y sublime heroísmo, que solo el pueblo quiere su bien y es dueño de su suerte, y que solo de hoy en adelante Venezuela no será más el patrimonio de ninguna familia ni persona.
Luego de 10 meses de batallas, recorriendo el país en su liberación, organiza su última batalla en Santa Inés.
Zamora, el estratega. Santa Inés la batalla final: derrotar a la oligarquía
La Batalla de Santa Inés se convirtió en instrumento al servicio común, Ejércitos Federales, con el apoyo de la población civil, sin diferencias de edad y sexo, fue planificada por Zamora como una estrategia militar para derrotar al ejército de la oligarquía caraqueña. Zamora dice:
Santa Inés será la tumba militar de la oligarquía, se aproxima la hora de hacer la revolución.
El epicentro, el caserío Santa Inés, conjunto de ranchos o bohíos, distribuidos "como formando un embudo, lo angosto hacia la selva y lo ancho hacia la llanura", planeado como un vasto teatro de operaciones que se extendía por el sur hacia el río Apure; por el Noreste hacia los alrededores de San Carlos; por el Este hacia el río Guárico, y por el Oeste hasta Guasdalito.
Desde el 4 de diciembre de 1859 Santa Inés era el epicentro de las acciones militares que desde esa misma fecha comenzaron a desarrollarse desde los alrededores de San Carlos hacia Barinas, entre el 9 y 10 de diciembre.
Escribía José Brandford "aquí en cada peón hay un Negro Primero, para horror de la oligarquía".
En diciembre de 1859 Manuel Felipe de Tovar y Nicomedes Zuloaga por primera vez plantearon la posibilidad de ofrecer la Guayana venezolana a una potencia extranjera, con preferencia a Inglaterra o a Estados Unidos de Norteamérica, sobre la base del suministro de armas y de la cooperación de uno de estos países en la tarea de derrotar la revolución o guerra social que terminará, de triunfar, perjudicando los interese de las naciones amigas. Estos eran los pensamientos de la oligarquía y sus asociados; criminales de lesa Patria, dignos hijos de la raza goda, escribiría en su diario de prisión, el revolucionario Carlos de La Plaza en 1860.
El genio militar de Zamora organizó Trincheras comandadas por el Coronel Rafael Petitt, el Comandante Cumare, el Coronel Amador Armas y el Comandante de Ingenieros José Ignacio Chaquert.
La Batalla de Santa Inés, se convirtió en la tumba de los oligarcas, tal cual fue pronosticado y planeado por Zamora y su Estado Mayor. A las seis de la tarde del día 9 de diciembre, las fuerzas armadas del gobierno oligarca perdió alrededor de 1800 hombres de tropa, gran parte de la oficialidad superior, 800 caballos y mulas "de remonta" y la totalidad de las piezas de artillería. Así lo apuntó en sus anotaciones Emilio Navarro. La Revolución Federal 1859-1963.
10 de enero de 1859: el infortunio o la traición asesinan la esperanza -la revolución- dan muerte, al mejor amigo del pueblo
Al amanecer, el 10 de enero de 1860, por orden de Zamora las dianas de las tropas federales saludaron el primer mes aniversario de la batalla de Santa Inés; estaba seguro que ese mismo día, a las tres de la tarde los ejércitos federales de la República ocuparían San Carlos, ya los defensores de la ciudad habían solicitado una capitulación, pero Zamora había respondido que solamente la otorgaría a discreción y sin condiciones. Para ultimar los detalles relacionados con esta capitulación salió Zamora hacia San Carlos, en las primeras horas de la mañana, al mediodía estaba en la casa de la familia Acuña, donde había sido invitado a almorzar. Pero antes de que esto ocurriera tuvo necesidad de salir a revisar una trinchera que estaban edificando en un lugar cercano: no regresó más, sus últimas palabras fueron ya vengo… A menos de cien metros de la Iglesia de San Juan, estando en terrenos dominados por las tropas federales una bala le quitó la vida. Con profundo dolor escribía Emilio Navarro en su Diario de Campaña.
… vi el cadáver de Zamora, el fiel soldado de la Federación, el mejor amigo del pueblo, el punto único donde estaban vinculadas las legítimas esperanzas del Ejército Federal… desgraciados los hijos del pueblo que combaten por esta causa a la que han consagrado todos sus desvelos y sacrificios, derramando su preciosa sangre, su amor y lo más sagrado de su familia; terminaron sus bellas esperanzas, su más seguro porvenir … La víctima había recibido un balazo atravesándole el cerebro; entrole el proyectil por debajo del ojo saliéndole por el punto indicado
Había muerto Ezequiel Zamora, el jefe del Pueblo Soberano, el General en Jefe de los Ejércitos Federales de la República de Venezuela. Con el asesinato de Zamora finaliza la primera etapa de la insurrección campesina de 1859-1863, caracterizada, hasta ese momento, por la ofensiva militar-revolucionaria, la masa campesina, pero también los pobres y peones de los Cantones urbanos.
Terminamos con unos escritos sobre Zamora, donde se recoge la contribución revolucionaria de su lucha, y la conciencia de clase que dejó a la posteridad, como alimento espiritual y político-popular para seguir la lucha.
Francisco J. Iriarte, compañero de armas e ideales de Zamora, escribió en Barinas, el 3 de enero de 1860.
Con Zamora como líder, conductor político y militar, del programa "Gobierno de la democracia y la federación, tierras y hombres libres". Aseguraban la revolución. Sin imaginar que lo asesinarían siete días después. El asesinato de Zamora, ocurrido el 10 de enero de 1860, constituye el comienzo de la traición a la revolución social ya que detiene su marcha triunfal hacia Caracas, donde aspira "terminar con la oligarquía de opresores del pueblo y hacer la revolución".
José León Tapia, escribió en su obra Por aquí pasó Zamora:
Su incorruptibilidad e intransigencia revolucionaria, su prédica, su prestigio y genio militar, dejaron sembrado en la mente del pueblo venezolano -la igualdad racial.- Por primera vez la Patria fue para los negros, indios y pardos, con su deseo ferviente por la eliminación de camarillas militares y de privilegios de familias. La acción revolucionaria y las aspiraciones del pueblo explotado no murió con Zamora, persiste todavía en la profundidad de las aspiraciones de un pueblo aún no dueño de su destino.
Domingo Alberto Rangel, escribió sobre el Ejército de Zamora lo siguiente: A Ezequiel Zamora le sobran soldados, porque tiene pueblo. De cada caserío desemboca en su Ejército el contingente de la fe campesina. Hay alimentos para su hambre, venda para sus heridas y caminos para su marcha…
Nuestro Comandante Chávez, después de 132 años de la muerte del General del Pueblo, el 4 de febrero de 1992, levanta las banderas de Zamora, su plan insurgente lleva su nombre, es la raíz ideológica ubicada en un tiempo histórico más cercano al nuestro, pero alimentada también de Simón Rodríguez y Simón Bolívar. Sus ideas y lucha aún son vigentes: democracia directa, tierras y hombres libres - gobierno del pueblo a través de leyes emanadas de él mismo – quitarnos el yugo de la oprobiosa oligarquía- su figura aún ilumina, para la lucha permanente.
Referencia Bibliográfica
Angulo, Néstor y Carrero, Yonny: Método Chávez para la Emancipación Comunal. IMMECA, Mérida-Venezuela, 2023.
Chávez Frías, Hugo: El Libro Azul. Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información, Caracas, 2007.
Brito Figueroa, Federico: Tiempo de Ezequiel Zamora. Universidad Central de Venezuela. Ediciones de la Biblioteca. 6ª Edición, Caracas, 1996.
José León Tapia: Por aquí pasó Zamora.1974.