“La Chinche” regresa por el PSUV

«El motor de la historia es la lucha de clases» Carlos Marx

Superada la etapa de la liberación política y económica de la revolución, en otras palabras, superada la etapa de la Liberación Nacional, la Revolución Bolivariana se plantea la construcción del Socialismo Bolivariano, cuestión que ha removido cimientos, motivado definiciones en la palestra política y puesto de manifiesto ante el pueblo la osada lucha de clases que también se desdobla en su interior. Es una muestra de la vitalidad de la revolución.

Hoy, ya suman muchos los han quedado atrás en este indetenible y vigoroso proceso revolucionario. Ellos son, la pequeña burguesía definida, representada en las dirigencias socialdemócratas de PODEMOS y PPT; también han quedado atrás los dogmaticos y sectarios, representados en la dirigencia del PCV; y algunas otras individualidades. Todos ellos, junto a la oposición reaccionaria, hoy forman parte de nuestra historia. Allí han quedado, solo para el recuerdo. Dejemos que los muertos entierren a sus muertos. Nuevos espacios, y el mismo enemigo de clase escondido detrás de un disfraz “revolucionario” resurgen con nuevas personificaciones y otras no tan nuevas, hoy más fortalecidos, para seguir intentando revertir la revolución.

El nuevo escenario de batalla política, de lucha de clases por el control de la revolución, lo representa el PSUV. Antiguos aliados hoy son enemigos jurados de la revolución. Son ellos, los arribistas, o mejor dicho, la burguesía y la pequeña burguesía oportunista, quienes pretenden hacerse de ese naciente espacio político para intentar someter a la Revolución Bolivariana a sus intereses de clase. Ellos, los enemigos de clase del proletariado no despilfarran oportunidades para imponer su cometido. Y cuando se trata de montar un show teatral, nadie los supera. Como ese, el más patético: “Empresarios asiendo llamados públicos a integrar el PSUV para la construcción del un Socialismo Empresarial Privado y dirigentes políticos “revolucionarios” aplaudiendo la tal iniciativa.

¡Son “La Chinche”, el mejor nombre que los define!... Así nos expresaba el camarada Manuel Valladares en alusión a la brillante sátira teatral de VLADIMIR MAIAKOVSKI (1893-1930), Poeta y Dramaturgo revolucionario de Georgia, quien abordó la confusa situación que vivió la URSS en los años siguientes a la terminación de la guerra civil, específicamente durante la aplicación de la Nueva Política Económica NEP -que promovió un cierto florecimiento del capitalismo y, con él, de la burguesía, la pequeña burguesía, y las desviaciones oportunistas- con una brillante obra titulada “La Chinche”.

El camarada Valladares nos cuenta de la obra, lo siguiente:

«En la Rusia revolucionaria, un obrero y miembro del partido llamado Prisipkin, aspiraba a una vida más cómoda y refinada. Para lograrlo traiciona a su novia Zoia y seduce a la hija de un rico peluquero. Prisipkin estaba envilecido por los lucrativos calcúlos de su futura ganancia frente de la peluquería. El suegro, por su parte, está también satisfecho de que entrase en la familia un miembro del Partido, que sería una especie de seguro para la buena marcha del negocio.

La boda se celebra, pero se produce un incendio en el que todos perecen menos Prisipkin, que queda congelado por los chorros de agua que arrojan los bomberos. Pero cincuenta años después, los científicos del futuro descongelan a Prisipkin, que abre los ojos a un mundo completamente distinto al que dejó y que le horroriza. Como recuerdo sentimental del pasado sólo le queda una chinche, albergada en el cuello de su camisa, que ha sido descongelada con él. Prisipkin quiere retenerla para conservar por lo menos un punto de contacto con lo que fue su vida anterior. Revivido Prisipkin, intento reproducir los viejos vicios en la nueva sociedad comunista, pero los científicos, ante el peligro, decidieron congelarlo de nuevo»

El clásico de MAIAKOVSKI, a decir del camarada Valladares, encierra una importante lección para el presente. Pues, refleja el oportunismo renaciente de la época. Nos dice Valladares que burguesía y el imperialismo encuentran en los arribistas que circundan a la revolución una especie de seguro doble: por un lado, para la buena marcha de sus negocios “de los suegros burgueses”, que les permitan seguir explotando al pueblo, y por otro lado, para seguir tergiversando las ideas de la revolución y construir un falso socialismo que les permitan seguir reproduciendo los viejos vicios evitando el parto de una nueva sociedad socialista. Son la Chinche, ellos, sin lugar a duda, representan junto al imperialismo y sus lacayos “nacionales” el otro peligro para esta nueva etapa de la revolución.

Marx nos refería que, “Una revolución no irá más allá de la teoría que lo sustente”. Por ello, urge profundizar las ideas. De la teoría revolucionaria en dominio del pueblo dependerá la efectividad del insecticida contra la Chinche; de la conciencia revolucionaria del pueblo y su vanguardia, de la crítica abierta y justa ante las desviaciones políticas y del Estado se decidirá la batalla. Pero por si solas las ideas no son suficientes, también dependerá del grado de empoderamiento de las bases populares dentro del PSUV y de los obreros y trabajadores en el Estado.

basemtch@yahoo.com


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Basem Tajeldine

Marxista. Investigador de temas geopolíticos internacionales en el Centro de Saberes Africanos. Moderador del programa VOCES CONTRA EL IMPERIO, RadiodelSur y RNV.

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