Los Valores morales en la Revolución

La Revolución Bolivariana ha sido un carnaval de mucho oportunismo político en donde la prevalecencia de los valores morales es hoy en día su gran ausente. Instintivamente se han aproximado a este proyecto político una gran cantidad de personas honestas, que lejos de entender la Revolución como una forma de garantizarse privilegios, han desarrollado una plataforma de lucha que se ha traducido en una lucha abierta contra los antivalores que han estructurado los oportunistas para adueñarse de la Revolución.

El carnaval de militancia política en que se tiñó el MVR ha causado graves daños en la moral de la gran mayoría de los hombres y mujeres que han apoyado incondicionalmente este proyecto político. Es un hecho cierto que el despojo de partidos políticos, como Acción Democrática y Copey con todos sus vicios, han volcado sus miserables prácticas para enquistar sus perversidades a la Revolución.

Compañeros que nunca formaron parte de esas perversiones hoy son sus defensores, ejemplos claros, como el condicionar la participación (obligar) a empleados públicos en las marchas, pasar listas, son elementos que distorsionan el carácter revolucionario de este proyecto político, la insensatez de esas prácticas no dejan de ser patrones de conducta utilizados por los ya desaparecidos (siglas) AD y COPEY, su ex militancia nos arremete con prácticas tan viscerales.

La falta de elementos de carácter ideológico que no se definen aún, de manera significativa entorpecen la convicción de ser un buen revolucionario, la carencia de ideas se traduce en la falta de convicción política necesaria para entender el nivel de compromiso que tenemos con la Patria.

La corrupción estremece las instituciones y su buen funcionamiento, los buenos de ayer hoy son los malos, han asumido el trabajo de aquellos cuarto republicanos que sumieron a Venezuela en una de las más angustiosas crisis de volares morales, sin obviar la falta de definición de algunos factores de las Fuerzas Armadas (que bajo de la política del chantaje muchos oficiales subestiman el carácter de identificación social de las tropas), uno de los prospectos más ávidos de privilegios, que socavan las bases institucionales con su afán de lucro inagotable.

Se hace imprescindible insertar valores de humanismo y moralidad revolucionaria en todas las esferas del poder y de la sociedad venezolana. ¿Quiénes tienen hoy la responsabilidad social de educar? Porque debemos educarnos con valores alternativos al mundo moderno y neoliberal el cual se haya hegemonizado por la voracidad insaciable de un capitalismo salvaje e inhumano.

¿Sobre qué valores morales pueden hoy nuestros jóvenes formarse (la responsabilidad de muchos de nuestros dirigentes es educarlos), si estos dirigentes forman una suerte de conciábulo siniestro y corrupto, donde los valores morales y humanos son una suerte de conceptos utópicos? ¿Qué aprenderían nuestros jóvenes?

¿Son nuestros dirigentes ideológicamente preparados para educarnos en el plano ideológico, darnos herramientas de lucha? No lo creo, mientras estos dirigentes de papel estén tan al margen del pueblo y sostengan un discurso marxista-leninista, sin entender que hoy el Marxismo-Leninismo es meramente una fuente y parte integral en la formación del nuevo modelo ideológico que nos toca desarrollar, para estos dirigente de papel la dialéctica no cambia, cambia en concepto, más no en concepción.

Debemos asumir pués una formación racional en nuestros jóvenes, el PSUV podría ser la vía, siempre y cuando no permitamos que se nos secuestre por estos que se creen “lideres fundamentales”, aquellos que Chávez ha glorificado en el poder y ha llevado a la palestra pública, esos son los menos, los que no deben estar en las estructuras principales del PSUV, ya que con los vicios aprendidos en el MVR podrían socavar las bases del partido en formación, menos aun aquellos que su ineficiencia ha sido manifiesta en cargos públicos, aquellos que siendo ministros, gobernadores y alcaldes lejos de adecentar la institucionalidad, han contribuido a expandir las bases de la corrupción y la hipertrofia de la administración pública, esos deben estar en el PSUV para aprender y de seguro, para que devuelvan todo el dinero mal habido en el desempeño de sus cargos. No dejar que nos secuestren el PSUV es tarea de todos.

Debemos, a través del PSUV y de nuestros institutos de educación, formar sobre la base de una amplia cultura general, politécnica, laboral y de los sentimientos, con un fundamento científico y con los valores de la conciencia nacional el sentido de Patria y de patriotismo, de independencia y soberanía nacional, de justicia social y de unidad nacional. Con una actitud revolucionaria, emprendedora y transformadora ante la realidad, de búsqueda de soluciones a los problemas con inteligencia, creatividad y tesón. Con una ideología socialista que rechace el modelo de sociedad capitalista por ser antagónico a los intereses y derechos auténticos de las masas humildes y trabajadoras, que combata la corrupción y todas aquellas deformaciones que no estén en consonancia con la honestidad, la dignidad humana, la intransigencia e intolerancia ante la dominación extranjera y la solidaridad humana, sobre estos valores deben formarse los nuevos hombres y mujeres, jóvenes y niños para la Revolución.

La humildad y solidaridad, la derrota del egoísmo y valores individuales, son las tareas fundamentales en la formación del nuevo hombre, del revolucionario que podrá darle perpetuidad a este proyecto humanista que ha nacido sobre las bases del amor y la justicia social.

Partía socialismo o muerte…
Venceremos.

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Ricardo Abud

Estudios de Pre, Post-Grado. URSS. Ing. Agrónomo, Universidad Patricio Lumumba, Moscú. Estudios en Union County College, NJ, USA.

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