Tanto pero tanto nos cuidamos de nosotros mismos que verdaderamente se nos podría estar infiltrando la Quinta Columna. Es la hora de revisarse y revisar bien a los que nos rodean. No puede ser que se continúe manteniendo las mismas prácticas del pasado, y no podamos hacer nada.
Debo confesar que esto de la organización y construcción del Partido Socialista Unido de Venezuela ha convocado en mi siempre demandante y crítico espíritu revolucionario particulares sentimientos, retos y reflexiones que son necesarias debatir o, por lo menos, exponer.
El haber tenido la satisfacción de ir creciendo en el pleno compromiso de verdaderamente vivir lo que acontece en esta Venezuela: faro del nuevo mundo que se avecina, me ha llevado a la responsabilidad y a la cordura de no esperar que se me cuente lo que humildemente he ayudado construir. Por eso, cuando el segundo llamado se hizo, como muchos, tuvimos el orgullo de haber sido juramentados por el propio Presidente de la República el 19 de abril en el Poliedro de Caracas, como Propulsor.
Como tiene que ser, como simples y verdaderos militantes, acudimos en los buses rumbo a lo histórico de ese momento. Algunos con la “mala pata” de habernos quedado varados en pleno camino mirando como en un juego de ping pong quien nos podría echar una mano para salir de esa oscura carretera. Aclaro, convengo la existencia de contados casos que por motivos de salud imposibilitaron el respectivo traslado a la ciudad capital de algunos camaradas que ya han dado convincentes señales de compromiso. Pero de resto toda excusa es señal de inexcusable irresponsabilidad para con los deberes y compromisos con este proceso revolucionario.
A partir de ese entonces la mayoría atendimos de buen modo a todos y cado uno de los llamados que se nos hacían (consta en los diferentes listados de asistencia). Oportuna y religiosamente se nos invitaba a cuanta reunión o taller juzgaba conveniente la Comisión Técnica Regional o Presidencial, por ejemplo, para recibir el adiestramiento y colaborar en un proceso de inscripción –para los aspirantes a militar al PSUV- que luego ni siquiera se nos sería tomada en cuenta nuestra participación a pesar de las, supuestas, precisas y detalladas instrucciones de la importancia de nuestro respectivo adiestramiento. Quizás por mi condición de extranjero, o porque a algunos ciertamente le incomoda el que presencie algunas de sus particulares y acostumbradas travesurillas, se me fue negada la inscripción al PSUV (el argumento no salir en el sistema), a pesar de tener 28 años en el país, y de haber llegado precisamente por razones políticas de mi padre para con la dictadura de Pinochet.
Desde el principio comprendimos y supusimos que la tarea que emprendíamos, por ser inédita, sería ardua, llena de compromisos y, lamentablemente, con algunos contratiempos. Crear una estructura de un partido que de forma decidida y valiente se propusiera deslindarse con todo lo antes visto y padecido, implicaría forzosamente que las personas o camaradas que conforman la Comisión Técnica de Apoyo Regional al menos sopesaran el momento histórico de la responsabilidad encomendada, y mantuvieran la conciencia ideológica necesaria para no sucumbir ante los efímeros encantos de las chequeras de los bacalaos que ya se disponen a comprar sus próximas candidaturas para las elecciones del año que viene.
Para muchos el resultado de lo que acaba de pasar este sábado en una considerable parte de las Asambleas del PSUV, encuentra antecedente y lógica en las primeras reuniones que se dieron para conformar el respectivo listado de aspirantes a Propulsor. En la primera reunión de la Comisión Técnica Presidencial en el Palacio de los Eventos (Maracaibo) de manera estúpida y arrogante se pretendió manipular y adulterar dichos listados. Por situaciones que no quedaron del todo claras una considerable cantidad de aspirantes que se habían inscrito en el Círculo Militar (donde por vez primera se presentó ante la militancia zuliana la Comisión Técnica Presidencial), tuvo que forzosamente re-inscribirse pues no figuraban por ningún lado. Lo cúspide y lo bochornoso reventó cuando la Comandante Lina Ron (bajo la ayuda de su fiel “chocolate”) procedieron a leer las listas de los aspirante a Propulsores que se habían hecho en el propio Palacio de Eventos, dado como resultando el misterioso hecho que muchos no se encontraban en el lugar, y la gran mayoría de los que sí estábamos brillábamos por nuestra ausencia. A lo cual la propia, desinhibida e irritada Lina Ron tuvo que comandar y personalmente supervisar la nueva ree-inscripción de nosotros. Hasta que no estuvo en lista el último de los presentes no se retiró. Hasta que no nos leyó en la lista no nos fuimos de ahí (alrededor de las 5pm.)
A la hora fijada, y ya habiéndome enterado que no sería el Propulsor encargado de montar la respectiva Asamblea, asistí, sin previa convocatoria, a la cancha de usos múltiples del Estadio Ramón Monsant (Parroquia Cecilio Acosta, Municipio Maracaibo). En el lugar se dieron cita tres batallones, cuyos Propulsores encargados totalmente desconociendo lo que tenía que hacerse se limitaron a solo solicitar las firmas de los aspirantes a militante sin promover Asamblea alguna. Fielmente obedeciendo a mi irrenunciable condición de militante les propuse a montar una asamblea, con los pocos que aun quedaban allí, para medianamente cumplir con las estipulaciones. Y así se hizo, quedándonos todos de acuerdo a reencontrarnos la próxima semana. Todo esto aconteció y devino a razón que DOS DE LOS TRES PROPULSORES NO FUERON A JURAMENTARSE EN CARACAS Y NO HABÍAN ASISTIDO A REUNIÓN PREVIA SOBRE CÓMO DEBÍA CUMPLIRSE EL RESPECTIVO PROCESO. Lo alarmante de la situación se torna insoportable cuando una buena parte de estas “asambleas” mantuvieron idéntico destino.
SUGIERO QUIEN TENGA INTERÉS, Y PUEDA DARSE UNA PASEADITA POR EL LISTADO DE LOS PROPULSORES QUE LES ASIGNARON BATALLONES, Y CONSIDERE QUE EL PARTIDO SOCIALISTA UNIDO DE VENEZUELA PUEDE TENER ASIDERO EN LA REALIDAD VENEZOLANA, REVISE ESTA HUMILDE PERO RESPONSABLE DENUNCIA.
waldo.munizaga@corpomaracaibo.net